Capitulo 1

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El verano había comenzado , las escuelas se encontraban cerradas, no habría deberes, no habría preocupaciones por trabajos a entregar por exámenes sorpresas, lo único que debía preocupar a todos seria el hecho de pasarla bien, tal vez tirados bajo los rayos sol en el parque, disfrutando de una tarde de verano junto a la piscina con la pandilla, buscar planes alternativos para no morir de ocio, buscar actividades fuera de casa, para que las madres no estuvieran todo el tiempo sobre ellos, exigiéndoles su ayuda con los quehaceres del hogar.

El día comenzaba y con esto el primer día del verano, el sol reclamaba aquellos que todavía  seguían acurrucados en los brazos de morfeo, reclamaba atención, la luna hacia horas que había dado paso a él, siempre tan exaltado y de tan mal humor, tal vez el hecho de que con su simple llegada, ella desapareciera, jugando con sus sentimientos, dejándolo ahí, presa de la soledad y de las maldiciones matutinas de los jóvenes cansados, pero también se sentía orgullos e imponente cuando alguien admiraba su belleza abriéndose paso contra las colinas.

Un estruendo golpe hace ensombrecer a morfeo, que desaparece dolido de ser arrancado de ese lugar, unos hermoso ojos almendrados se abren paso entre unas abundantes pestañas, que tratan de protegerlos como si fueran lo más preciado del mundo, una voz suave, cantarina y estruendosa hacer abrir esos ojos a un mas, reclama por ser atendido.

— ¡Vamos!— tira de su brazo, que hace un esfuerzo en vanó por alejarse—  ¡vamos Tom que el verano comenzó, los chicos no esperan en la piscina!— dice alegre y soñador.

— Deja de molestar quiero dormir— reclama a su hermano.

—Vamos Tom, si te quedas mamá te pondrá ayudarla— dice en tono de amenaza, Tom salta rápido de la cama, corre hacia el armario y saca la ropa indicada para la piscina, corre veloz al baño a vestirse, su hermano ríe a carcajada limpia,  es tanta su diversión que la lagrimas comienzan a salir de sus ojo de color almendra.

— ¡Vamos Bill estoy listo! — dice Tom saliendo del baño.

Los hermanos bajan haciendo bromas por las escaleras, sus risas se escuchan por toda la casa, que pide a gritos que sean sacados de ahí, su pobre y frágil estructura duda  poder soporta de nueva cuenta a los gemelos en verano, asustada y cautelosa recuerda las últimas vacaciones, cuando tuvo que ser reparada porque a los gemelos se les ocurrió jugar sobre el techo lastimándola, también recuerda el gran agujero que Tom le ha hecho cuando le han pedido que coloque un cuadro con cuidado y como por distraído, termina perforándola, o cuando Bill intento hacer la cena pero se distrajo escribiendo una nueva canción y como el horno enfureció, quemando la cena y el humo saliendo, impidiéndole respirar, como los bomberos la dañaron intentando apagar el fuego y hacer que el molesto humo le dejara respirar, pide a gritos que la madre les mantenga fuera todo el verano, no más chicos dentro. 

— ¡Mamá, nos vamos a la piscina con los chicos!— grita Bill — volvemos para la cena— la madre sale de la cocina y les despide en la puerta, dándole un par de advertencias a los gemelos, pero sobre todo a Tom,  este fastidiado le dice que si a cada una de sus palabras respondiendo con un no intercalado, cuando es prudente. La casa les mira salir, orgullosa y victoriosa le sonríe al sol agradeciéndole que hayan salido, le promete hablar con la luna, para que esta le dé una oportunidad de explicarse, los gemelos caminan hacia la piscina municipal, entre risas y bromas, el lugar se encuentra a rebosar de jóvenes entusiasmados y felices por haber salido airosos de la escuela, por no tener que soportar a los maestros en verano, sienten lastima por aquellos que no lo han logrado, un grupo de chicas mira a los gemelos entrar, algunas gritan sus nombres, como si fueran dos estrellas de rock que se han perdido en un pequeño pueblo, pero es así, son dos estrellas que pronto brillarán en lo más alto del firmamento, ellos solo sonríen, Bill más tímido que su hermano, Tom las mira con arrogancia y con esa sonrisa que las ha hecho sucumbir ante él, las mira a todas recordando quienes han sido afortunadas de estar con él y quien podría llegar hacer la siguiente.

—Tom, deja de comportarte como un cerdo— reclama Bill molesto ante la actitud de su hermano.

— Deja de quejarte Bill, deberías de aprovechar como yo, disfruta que todas te miran pidiendo que las eleves al cielo — dice en tono de burla. Bill camina hacia donde se encuentra el resto de los chicos, ahí están, Georg con su hermoso cabello largo y lacio con sus hermosos ojos verdes puestos en las cuerdas de su bajo, las cuales son acariciadas con cuidado por sus manos, Andreas con su cabello rubio alborotado observando a Georg, recordando como tocar el bajo para así impresionar a alguna chica, más alejado de ellos esta Gustav, con sus  manos en posición de estar tocando su amada batería, claro que imaginaria, pero aun así guiado por el sonido interno que emana de su cabeza, los gemelos saludan a todos y ellos a Bill y Tom, de pronto dirigen su mirada a la entrada de la piscina todos lo hacen Tom y Bill se giran para ver quien ha entrado.

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In Your ShadowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora