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"Maldición, Annie, te amo!"

El pensamiento me azotó, durante el resto de la tarde, ambos partirían a primera hora del día siguiente, yo debía detenerlos.

Y tenía que ser esa misma noche.

Sabía que debía realizar el plan en horas de la madrugada, cuando todo el vecindario esté dormido. El auto de Kelian estaba estacionado en la vereda, cargado con cajas y pertenencias de ambos.

La rabia crecía en mi interior, se llevaría a Annie y eso no me agradaba en absoluto.

Tomé el pasamontañas, y la enorme masa situada en la parte mas lejana del garaje. Fue así como me adentré en la oscuridad de la noche. Esta era fría y opaca, pero el frígido aire no  me produzco escalofrío alguno, el enojo me comía por dentro, supe que lo que iba a hacer sería una locura, sin embargo empleé el plan al pie de la letra.

Comencé pinchando las cuatro cubiertas situadas en los costados del Ford, mi nariz estaba roja, los dedos ya no lo sentía, enseguida tomé la herramienta, la estrellé contra una de las luces delanteras esta misma se hizo añicos en cuestión de segundos, la adrenalina crecía, no podía parar, y tampoco tenía intenciones de hacerlo.

Todas la ventanillas estaban rotas, el auto estaba hecho simplemente un desastre. Pero una extraña y cruel sonrisa se formó en mi rosto.

Mi respiración era alterada y la tela de la máscara hacía mas denso el aire, sólo que una sensación estaba presente en mí. Me sentía inquieto.

Entonces cometí el grave error de mirar hacía la casa de mi amada. El corazón se me detuvo.

 Bajo la penumbra de la noche pude distinguir aquel rosto que me tuvo preso por años, aquellos ojos que tanto conocía, con los cuales soñaba poder tenerlos sólo para mí. Sólo que me estaban observando anonadadamente.

Pero venían acompañados de un par más, que me miraban con ira y desquite.

Hola! sinceramente les agradezco un montón por su apoyo, si les gustó el capitulo sólo voten y  comenten, les deseo lo mejor. Vale.
















Cartas para Annie.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora