"Speechless" - TERMINADA-

"Destiny"

Desperté en mi cama como una princesa en su palacio, suavemente con el cantar de las aves. Apenas podía creer que había despertado en ese lugar maravilloso. Me acerqué a la ventana para ver que una vez más, había un hermoso día en Neverland. El prado verde y las miles de flores que se extendían en el terreno, eran una motivación para salir pronto de esa cama y recorrerlo entero. Bantú dormía en su canastita al lado de mi cama y me miraba con curiosidad. Mi príncipe, Michael, aún no despertaba.

Corrí en pijama hasta la pieza de Mike, y toqué la puerta. — Sr. Le traigo el desayuno.

— ¿ehh? Gloria muchas gracias pero te dije que quería desayunar abajo con Julie, ¿recuerdas?

Me quedé callada y entré sigilosamente a la habitación, con una almohada en mi mano para sorprenderlo.

— ¡Ahá! ¡Aún en la cama dormilón!

— Julie que haces... no

Comencé a golpearlo con la almohada, pero eso no le gustó nada a Mike. Pesé que le causaría gracia, pero aún no conocía el genio de Michael cuando dormía... al parecer no era nada bueno. —ya basta, que imprudente eres. —dijo.

— Oh,... lo siento Michael no creí que fuera a molestarte. Perdona.

Justo en ese momento Bantú llegó corriendo y saltó encima de la cama de Mike, y él me pilló desprevenida...

— ¡toma esto! —Dijo mientras me atacaba con dos de sus cojines.

Comenzamos una guerra de almohadas, pero fue breve por que ambos estábamos muertos de sueño aún y no teníamos tantas energías como para terminar con una mega guerra como era la intención en un principio. Michael estaba sin camiseta, y aunque me hice la loca no podía evitar mirar su torso desnudo. Por dios, debo haber tenido una cara de estúpida... pero era tan bello.

Me impresionaron sus manchas en la piel, a diferencia de lo que se ve en la TV, tenía muchas zonas de piel oscura, pero no era un defecto. A mí me parecían lindas. Además sus brazos se notaban perfectamente tonificados. Michael notó que lo miraba y se puso la camiseta disimuladamente. Me atreví a enfrentarlo. —¿y esperas que no te mire si andas así de provocativo por la vida? —dije en tono gracioso.

—Julie, me sonrojas. ¿Y tú tienes esa costumbre de entrar a las habitaciones golpeando con almohadas?

— ¡ya cállate! Jaja —Le golpeé una vez más con la almohada y salí corriendo— te espero abajo para tomar desayuno, 'dormilón'.

Ese día fue el segundo de muchos más. Era como estar viviendo un sueño... íbamos al cine a ver películas, comer dulces. Nos divertíamos en los juegos, paseábamos horas y horas por los jardines, mirábamos las nubes, los animales... estuvimos con el elefante enfermo cerca de dos horas. Michael le cantaba y yo lo acariciaba, era tan hermoso... teníamos fe en que la energía de nuestro cariño podría salvarlo. De a poco respiraba más calmado.

Era impresionante. Su piel tan gruesa, y su gran tamaño daba una impresión aplastante, sin embargo, era tan dócil... su expresión era muy amigable, tranquilo y dispuesto a recibir cuantas caricias y canciones le dedicáramos.

Solté una lágrima y Michael no preguntó nada. Él sabía exactamente por qué estaba emocionada. Era magia, podíamos sentir juntos las vibraciones del elefante. —canta conmigo. —dijo.

— pero yo no sé cantar.

— vamos yo sé que puedes.

Le cantamos mientras lo acariciábamos, y luego de eso nos quedamos unos minutos más observándolo.