"whatever happens"

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Caminé hasta la casa, subí y empaqué mis cosas sin derramar ni una lágrima. Era como un zombie, sólo actuaba sin sentir ni pensar.

Dejé bajo su almohada una nota...

"Quizás estando separados comprendas de verdad cuánto te amo. Quizás no es el momento para estar juntos, tal vez pudimos construir sueños muy hermosos, pero no estamos listos para construir una vida real tú y yo, no estamos listos para luchar por ese sueño. Me hiciste muy feliz y siento no haber podido hacer lo mismo por ti. Te recordaré siempre y siempre esperaré que vuelvas a mi lado. Suerte"

Al salir de la casa, vi que Michael estaba lejos caminando por el jardín. Se acercó para despedirse. Miré sus ojos esperando que se arrepintiera en el último segundo...

— ya me voy.

— ¿te acompaño?

— No gracias, está bien así.

— llévate a Bantú. El es tuyo.

— él estará mejor aquí, luego te pido que lo envíes a mi casa. Dame unos días para acostumbrarme a la idea, ya sabes, de estar lejos.

Intentó besarme pero no lo dejé. Me abrazó y susurró un te amo, quizás el último que iba a oír de su boca. Quizás la última vez que estaba entre sus brazos. Lloré, y disimulando me solté y caminé hasta el auto. Finalmente todo era un sueño, y ahora me tocó despertar.

Mi príncipe estaba ya muy lejos, el hombre de mis sueños, mi amigo, mi esposo. Mi vida.

En el camino la prensa nos fue persiguiendo durante horas, pero poco me importaba. Llegué a casa y mis padres me recibieron felices, mi hermano también. Estaban bien, la casa nueva era linda y me alegró verlos, pero yo no quería saber más nada de la vida. En la sala había una foto mía y de Danielle. Recordé cuánto me había alejado de ella este tiempo, y que gracias a ella conocí al amor de mi vida.

Los días pasaban y yo no hacía otra cosa más que pensar en Michael. Sólo encontraba consuelo en mis pinturas, apenas comía, no hablaba con nadie. Es tan difícil llegar a comprender cómo la vida puede convertirse en un sueño, y luego derrumbarse de un segundo a otro.

Y ahí estaba en el mismo lugar que al comienzo: Sola, sin haber cumplido ningún sueño, y lo que es peor, sin haber sido capaz de ser feliz con el hombre que amo. Tuve el cielo en mis manos, pero era demasiado bueno para ser verdad. ¿Qué puedo hacer, si él quiere tenerme lejos?

Por las noches cuando lograba conciliar el sueño sólo veía su rostro y soñaba con mi piel cerca de la suya. Despertar sin él a mi lado era lo más triste que había vivido luego de la muerte de Danielle. Nada me impulsaba a levantarme, a hacer nada... solamente pintar, pintar su bello rostro, capturar un poco de su esencia aunque fuera con mis pinceles. Y le escribía cartas todos los días, en silencio lloraba mordiendo la almohada, ahogando mis gritos mientras miraba una foto nuestra paseando en la cabaña. Aquella casa en donde había sido tan feliz, en donde confesamos nuestro amor.

— ah, me lo imaginaba. Qué bien por él. Yo estoy bien. Necesito estar sola, necesito entender y resignarme. Pero es mucho más de lo que puedo aguantar. No me pidas que esté bien, sólo dame tiempo...

A la semana de estar separados le envié una carta. No decía nada especial, solamente que lo extrañaba, que si él sentía lo mismo que me respondiera. Pero no recibí respuesta alguna. Le envié cartas todos los días durante tres meses y algo más, sé que muchas no deben haber llegado a sus manos por que Mike había vuelto a los escenarios.

Le escribía algunas veces desesperada y llena de odio, lo trataba de cobarde, le decía que lo odiaba y luego le suplicaba que volviera a mí, le decía que estaba bien y luego que estaba a punto de morir, que no sé vivir sin él. Que me perdonara, que volviéramos, que lucháramos.

-No sé que hacer... ni escribiéndote mil palabras volverás porque ya te he escrito. Ni llorando mil lágrimas volverás, lo sé porque ya las he derramado. Sólo me queda cerrar mis ojos para tratar de ver tu sonrisa una vez más. ¿Cómo me pides que te deje ir, que me aleje? No sabes cómo duele, y no puedo creer que esto esté pasando. ¿Será que no queda nada más que hacer, excepto alejarse?-

La verdad es que ni yo misma entendía lo que quería decirle entre lágrimas, amor y rencor. Hasta la última carta en que le escribí:

-¿Te acuerdas de esa noche?, dijiste: frente a esta luna y con las hadas de testigo, juro que te amo y te amaré siempre.

Te amo Michael, sólo mira en tu interior y escucha tu corazón, yo sé que habla fuerte y claro... dime que regrese y ahí estaré, sólo dilo.-

Pero no recibí respuesta alguna.

Mi corazón roto en mil pedazos, seco... todo el amor estaba comenzando a transformarse en odio, a mi misma, a él, a esta vida que no entiendo, no entiendo, no sé cómo sobrevivir una vez más.

Las pinturas las rompí todas, destrozaba todo lo que tenía a mi paso, me sentía tan estúpida por haber caído en esto, por haber creído sus palabras, sus planes de casarnos. Todo era pura ilusión. Después de todo ¿Qué podía pedir del hombre más famoso del universo?, despierta, despierta!! Ya basta de sufrir, no vale la pena seguir intentando. Fue lindo, pero solo eso. Fui una estúpida, caí como una niña enamorada, pero terminó todo y punto, simple. Él me odia, y yo a él.

A las semanas recibí a Bantú en la puerta de mi casa. Lo extrañaba, pero me recordaba tanto a Mike... cuando paseábamos juntos, cuando llegó con este cachorrito a mi departamento. Cuando comenzábamos a querernos.

Eso fue lo único que recibí de él en todo ese tiempo.

"Speechless" - TERMINADA-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora