"In the closet"

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Nos estrellamos contra un árbol pequeño y nos salimos del camino. Fue un susto de aquellos pero no resultó nada terrible. Creí que íbamos a caer de un barranco o algo por el estilo, pero afortunadamente caímos en un inofensivo charco de lodo. Por supuesto mantener la compostura a esas alturas era complicado. Pareciera que la mala suerte nos estaba persiguiendo indeclinablemente para frustrar todos nuestros planes.

— ¡por que eres tan terco siempre! Genial, ¡genial! Te dije que nos quedáramos en la cabaña Michael.

— calma, no es nada grave.

— entonces ¿por qué no puedes sacar el auto de aquí?

— porque está atascado. —Dijo— Que haces Julie, ¡quédate aquí!

— voy a ver si está atascado. —Bajé del auto para ver qué podía hacer— Mira esto está lleno de barro. No vamos a poder salir de aquí.

— conduce yo intentaré sacar el lodo.

— ¿que te parece tan gracioso?, ¡ya deja de reírte Julie!

— Te ves muy chistoso.

— ah sí, ¿quieres un poco de esto?

— ¡olvídalo! No, ¡Ah!

Corrí para meterme en el auto. Mike entró por la otra puerta y ensució mi cara con algo de tierra.

— que bien, ¿justo ahora quieres empezar una guerra de barro? Aquí atrapados en la nada, sin poder secar la ropa ni nada.

—Sí que tienes tu carácter, te lo tenías guardado. —dijo bromeando.

—Mira, "súper conductor", no me pidas que me ría en este momento. A ver si te sirve hacer el moonwalk ahora para sacarnos de aquí.

— Vas a tener que aguantarme toda esta noche aquí encerrados. ¿Que pena no?

— Mm... Bueno eso no suena tan mal como pensaba.

Encendí la calefacción y nos quedamos callados unos segundos.

— ahora resulta que es mi culpa, ¡no es mi culpa! Yo quería salvarte de la tormenta.

— que lástima que no tienes talento para manejar. Acabo de descubrir el único defecto en ti.

— Julie, hasta para enojarte eres tierna. Jaja, además no soy tan malo, soy bueno para algunas cosas.

— nómbrame una sola cosa que me sirva en este momento Michael.

— Mmm, ¿que tal algo como esto?

Me besó, tan increíblemente que me daba lo mismo estar ahí en una tormenta encerrados en el auto, de hecho, era una situación muy agradable. Michael apagó los focos y me sacó la chaqueta mientras seguíamos besándonos. Me tomó de la cintura y me llevó hasta él. Me senté encima de él en el asiento del conductor, era muy incómodo pero era genial.

El auto comenzaba a empañarse de a poco y junto con la calefacción el calor era insoportable. Estábamos como haciendo el amor con ropa, encerrados en un auto bajo una enorme tormenta. Él era irresistible. La forma en que me tocaban sus manos, en que guiaba mis movimientos y su forma de besar...

— vamos atrás. —me dijo, algo ansioso.

Comenzó a acariciarme como esa noche en que me hizo suya. En mi mente lo único que hacía era pedirle más y más. A pesar de la lluvia, era una noche muy cálida, el calor de su amor y la dulzura de sus besos me hacía olvidar todo. Era precioso, él en todo momento era precioso: su forma de besar, sus gestos y su voz susurrándome al oído. Su forma de amarme siempre suave y fuerte a la vez. Me hacía sentir tan mujer, tan suya, y me hacía sentir la mujer más afortunada del mundo.
Besaba su cuello lentamente, su piel era suave y con un sabor salado por el sudor. Sabía que eso le encantaba, y a mí me perdía recorrer cada centímetro de su irresistible cuerpo.
- no, no hagas eso - dijo indecisamente.
— ¿por que?
— porque me vuelves loco...

Nuestros cuerpos transpiraban de calor y seacariciaban el uno al otro en un vaivén eterno... no existía dimensión temporalalguna. Ya no lográbamos, ni queríamos contener nuestro deseo. Ya norespondíamos a ninguna restricción porque todo lo que deseábamos era amarnos,desesperadamente amarnos.
Sobre él me deslizaba lentamente como una felina, sentía mis pechos pasearsesobre su hermoso torso que era mi debilidad, besaba cada rinconcito de sudeliciosa piel mientras nuestras lenguas jugaban y sus manos hacían lo quequerían conmigo. Cuando creía que todo iba a terminar me detuve. Lentamenteentraba, poco a poco caía en un delirio inexplicable. Un quejido salió de mí.Una vez unidos, sus manos guiaron mis movimientos... Yo me dejaba llevar yaumentaba el ritmo. Me miraba con esos ojos ardientes y se mordía los labios,era un dios, una perdición. Su lengua era maravillosa, tibia, suave y viajabalentamente por mi piel. Estábamos solos en medio de la nada, nadie podía oírnosy la lluvia golpeaba el techo del auto tan fuerte como él se hundía en mí.
Cada vez íbamos más rápido y ya no podíamos aguantarnos, estábamos desesperadospor amarnos más y más. Tomó mis caderas y pude sentir como entraba profundo enmí mientras seguíamos moviéndonos cada vez más rápido. Fue entonces cuandogrité tan fuerte como podía. Creí que moría. De a poco fuimos parando,volviendo al planeta tierra. —Oh dios, Te amo tanto, esto es... es lo mejor queme ha pasado. —dije.
— Lo es... yo te amo más.


"Speechless" - TERMINADA-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora