8 de febrero

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Luz ya había llegado al centro comercial. Ana acababa de llamar diciendo que no podía ir. Quedarían Elisa, Vicente, Óscar y ella. Entonces Vicente se le acercó.

-Que guapa estás.

-Gracias. Tú tampoco estás mal.

-Elisa me ha dicho que no va a venir porque sus dos hermanos mayores se han ido a estudiar a Polonia, y han ido dos hermanos a su casa, y tiene que quedarse a recibirlos, y como Óscar es su novio también está allí.

-Entonces solo quedamos tú y yo.

-Si, ya que hemos venido podríamos ir a ver la peli.

-Claro.

Entraron en la sala, donde ya habían apagado las luces. Se sentaron en sus butacas y empezó la película. Cuando acabó, fueron a cenar a un restaurante cercano. Durante toda la cena apenas se dirigieron la palabra, solo hablaron de cosas triviales. Vicente estaba visibleme nervioso, y Luz no sabía que decire. Vicente decidió que la situación no podía seguir así, y al salir del restaurante le cogió del brazo y se dirgió a la zona de las atracciones.

- ¿A dónde vamos?

-Tú espera y verás.

Llegaron a donde estaban las colchonetas, esas redondas y grandes que hay que atarse y puedes llegar muy alto.

-Yo ahí no me subo. Le tengo pánico a las alturas, y lo sabes.

-Me subiré contigo.

-Ni en sueños.

Entonces la cogió en brazos y se subió con ella a la colchoneta.

-¡¿Qué haces?! ¡Suéltame!

Pero ya era demasiado tarde. Vicente la cogió de la mano y se pusieron a saltar. Al principio iban muy bajos, y el chico le iba contando chistes para distraerla, y poco a poco fueron subiendo de altura. Luz se reía como nunca antes lo había hecho, y le faltaba la respiración. Después se montaron en un tiovivo, Vicente le compró algodón de azúcar y se momtaron en la noria.

-¿No te daban miedo las alturas?

-Contigo ya no me dan miedo.

La luna brillaba en lo alto del cielo, y las estrellas se confundían con las luces de la ciudad, tan lejanas desde ahí arriba.

-Que bonito..., suspiró Luz mientras apoyaba su cabeza en el hombro de Vicente.

Al bajarse, supo que era el momento de pedirle salir.

-Luz, antes no sabía lo aue sentía por ti, no sabía si era simple amistad, pero cada vez que iba pasando tiempo contigo, me iba dando cuenta de que siento algo más. ¿Quieres salir conmigo?

Entonces la chica se soltó de las manos de Vicente y salió corriendo. Él se sentó en un banco, totalmente hecho pedazos, y después se volvió a su casa.

 Él se sentó en un banco, totalmente hecho pedazos, y después se volvió a su casa

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Querida Lucía...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora