14. Cobarde

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Theo

Mierda.

Fue lo único que pensé al sentir el terrible dolor de cabeza y cuerpo que tenía; no recordaba donde estaba ni con quién porque estoy seguro que había alguien a mi lado o no sentiría esta presión en mi lado derecho.

Con cuidado me di vuelta y no, NO, NO¡¡¡

No pude haber hecho esto ¿verdad? No podría ser capaz de esto.

A mi lado estaba una chica alta, rubia y desnuda durmiendo.

Otro tipo de presión se instaló pero en mi corazón, ¿Cómo le hice esto a Shai?

Le tendría que decir aunque esto nos rompa y nos cause daño.

No. No podría.

Como diría mi padre. Corazón que no ve, corazón que no siente.

No habría forma que Shailene se entere de esto, nadie lo sabe.

No le diría nada por lo menos no hasta que esté más preparado.

Salí como pude de la cama cogí mis pantalones, y mi camisa arrugada, me aseguré de que mi celular, mi billetera y mis llaves estuvieran y salí como alma que persigue el diablo de la habitación de hotel.

Felizmente era un hotel barato por lo tanto no había posibilidad de que la prensa estuviera acá.

Pedí un taxi y volví a casa.

Cuando abrí la puerta un malhumorado Joe me esperaba.

-Hasta que apareces imbécil.

Ya con un dolor infernal no necesitaba ningún grito de mamá gallina

-Joe, para. Dame algo de café y una pastilla, que mi cerebro está que me duele.

Con cara de pocos amigos, me entregó la pastilla y el café.

Las tomé en el acto.

Cuando ya estaba más calmado me eché en mi cama para poder descansar algo. Pero volvió mamá gallina.

-Por favor dime que no hiciste nada con nadie- enfatizó el nadie

Estaba debatiéndome entre decirle la verdad o mentirle pero me fui por el camino más fácil.

-No hice nada malo, sólo estaba... algo borracho y no quería que Shai me viera por lo que me fui a un hotel a descansar algo...

La mirada que me dirigió Joe me hizo entender que no estaba muy seguro de creerme o no.

Se levantó de la cama y se acercó a la puerta pero luego se dio vuelta y me dijo:

-Por experiencia propia te digo que una borrachera y una chica fácil puede hacer que pierdas al amor de tu vida. No importa que creas que no lo sabrá al final siempre se sabe la verdad. Es mejor ser sincero que un cobarde.

Y sin más salió de mi habitación.

-Soy un cobarde- murmuré

***

Fue difícil evitar responder las llamadas de Shai, pero ahora no podía ni escuchar su voz, no aún; sólo necesitaba evitarla un tiempo y luego podría actuar como siempre.

Así que para mí no existía ningún mejor plan que tocar mi guitarra todo el día, así que comencé... pero eso me llevó a otros recuerdos.

>> -No me importa, sólo quiero largarme, no los necesito....

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