Capitulo 3

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Me despierto sobresaltada, creo que eso solo ha sido una pesadilla, estoy en mi recamara, pero hay algo malo con mi habitación, tardo un segundo en darme cuenta que no es mi habitación, ¡cielos si paso! me arrincono en la esquina de la cama, me cubro la cara con las manos y sin darme cuenta comienzan a caer mis lagrimas, mi mamá debe estar asustada, ¿que voy hacer?, ¿y si nunca la vuelvo a ver? ¿Y si me matan? Dios mío ayúdame por favor, lloro mas fuerte cubriéndome la boca, no puedo con esto, no me puede estar pasando esto a mí, escucho que se habré la puerta y corro a la parte detrás para pegarle al que entre y escapar como eh visto en las películas, el entra y lo golpeó con un florero, se tambalea un poco, corro hacía la puerta pero me sujeta por la cintura y me levanta sobre su hombro.
- ¡SUÉLTAME! - trato de golpearlo pero es inútil
El me pone en la cama, es mas alto que yo, se arrodilla enfrente de mi, ¡es él!, el de los ojos bonitos, pero su cara está cubierta por la misma mascara que traía al subir al camión.
- Déjame ir por favor, te lo suplico, no diré nada - le pido llorando
El seca con su mano mis lagrimas, al sentir su tacto cierro mis ojos.
- Escúchame, no puedo dejarte ir, no quiero que te vayas, no ahora que te encontré después de tanto tiempo, mi luz -
Su voz era grave y me parecía familiar, espera ¿que es lo que ha dicho?
- ¿De que estas hablando? Yo no te conozco, yo no soy ninguna luz, no soy tu luz -
- Lo sé, discúlpame, es solo.... -
Se queda sin palabras, estoy con un lunático, ni siquiera me conocía ¿y me estaba diciendo que era su luz?
- Mira les juro que no diré ni una sola palabra ni siquiera sé cómo llegamos aquí, por favor, llévame con mi familia los quiero ver, estar con ellos, te lo suplico -
El se queda observándome un segundo.
- Ya te lo dije, no puedo dejarte ir -
- ¿Me piensas tener aquí secuestrada todo el tiempo? -
- No, al menos por un tiempo hasta que se calmen las cosas -
- Así claro, mejor dicho hasta que la policía los deje de buscar ¿no? -
- Vaya no creí que fueras tan altanera, y sí hasta entonces -
-¿ Y cuánto tiempo se lleva eso ?-
- Aproximadamente unos tres o cinco meses -
-¿¡QUUE!? ¿ estás bromeando ? ¿ No es cierto verdad ? -
- No tengo por que mentirte, somos muy buscados, creo -
- Esto no puede ser, tengo que irme de aquí -
Me levanto decidida pero el se pone enfrente de mi, tan cerca que puedo oler su aroma, baja un poco su cabeza para decirme algo.
- Yo que tu me quedaría quieta, si no quieres problemas -
Alzo mi cabeza para contestarle y dejarle claro que no le tengo miedo.
- ¿Qué? ¿Me vas a golpear? -
El suelta una risita muy singular.
- Vaya si que eres valiente, y no, nunca te haría daño -
El se acerca más a mi y rosa su mano con mi mejia, no se por que tengo esa extraña sensación de querer besarlo, y creo que el también la siente por que se va acercando mas a mi boca, ¿quiero que me bese?, cierro mis ojos esperándolo, mi respiración se va acelerando, pero antes de que nuestras bocas se rocen, tocan la puerta fuertemente.
- ¿SI? -
- El jefe quiere hablar contigo - una voz ronca se escucha de afuera.
- De acuerdo, dile que enseguida voy -
- Esta bien -
El sujeto detrás de la puerta se va y el voltea conmigo.
- No te metas en problemas, ¿De acuerdo? -
- De acuerdo -
Me da un beso en la frente y después se va, cierra la puerta con candado al parecer.
¿Que demonios me esta pasando? ¿Iba a besarlo? No puedo sentir lo que estoy empezando a sentir, no, el me secuestro, me tiene aquí en contra de mi voluntad, debo dejárselo claro.
No se cuanto tiempo ha pasado desde que él se fue, pero creo que ha sido mucho, estoy sentada en la cama tratando de hacer algo, pero aquí no hay nada, no hay ventanas, solo unas e la parte del techo pero no podría salir por ahí, solo un ratón entraría, el cuarto está completamente cerrado, decido acostarme y pensar en como hacerle para convencerlo de que me deje ir, no quiero estar aquí, decido recostarme, pero mi estomago comienza avisarme que tengo hambre, ni siquiera eh comido algo en el día o si todavía sigue siendo de día, no se que hora es, pero comienzo a sentirme agotada.

>>>Esta muy oscuro y no logro ver, pero al parecer estoy en un callejón, camino un poco, después escucho un disparo, ¡dios!, corro hacía el lugar, encuentro a un niño como de diez años en el suelo, casi muriéndose, trato de acercarme a el, pero no puedo algo me lo impide, después aparece una niña de unos ocho años a unos pocos metros de el.
- No te vayas, no me dejes - le dice la niña extendiendo su mano hacia él.
- ¡Ayúdame! -
Pero la niña desaparece y el muere.>>>

Me despierto un poco confundida, ¿qué fue eso?, nunca había tenido esa clase de pesadillas, tarde un segundo en darme cuenta que alguien me estaba observando, es él, esta sentado en el sofá que esta a los pies de la cama, de nuevo con esa mascara, sobre la pequeña mesa a lado hay unas bolsas.
- ¿ Tienes hambre ? - me pregunta dirigiéndose a la mesa.
- No gracias - contestó de mala gana pero mi estomago me traiciona.
- Creo que tu estomago no esta de acuerdo contigo - lo dice con una estupida sonrisa en la cara.
- Que gracioso - le digo mostrándole una sonrisa falsa.
- Oye tienes que comer, ¿de acuerdo?, mira traje hamburguesas - me da una y la tomo de mala gana por que aunque no quiera me muero de hambre.
Después de sentirme un poco satisfecha decido investigar un poco.
- ¿Dónde estamos? - le digo sin dudar
- No lo sé - responde alzando los hombros con desinterés
- Si claro, eres un mentiroso - se lo digo mirándolo a la cara, pero solo sigue comiendo.
- Al menos me puedes decir la hora -
- Si claro son las tres de la tarde -
- Gracias - le digo de mala gana.
- Vaya veo que tienes modales - ¿qué?
- Si los tengo, pero aveces se me olvidan cuando trato con asaltantes - lo miro lo mas hipócritamente que puedo.
- Vaya entonces es muy seguido -
- ¡Idiota! -
Se levanta y se dirige hacia mi lugar, por un momento creo que lo hice enfadar, que me va a golpear, instintivamente retrocedo hacia la esquina de la cama, pero solo toma el plato desechable para tirarlo, después sale del cuarto con todas las cosas.
Vuelve a pasar un largo tiempo desde que el se fue, ¿qué estará pasando con mi familia? ¿Les habrán avisado de mi secuestro?, quiero que esto se termine de una vez, avisarle a mi mamá que estoy bien, ¡Eso es!, debo intentar convencerlo para que me deje llamarla, al menos debo intentarlo, pero él no regresa, ya se tardo mas tiempo, comienzo a caminar por la habitación dando vueltas, pierdo la cuenta alrededor de la cincuenta vuelta y ya me empiezan a doler los pies, cuando escucho que la puerta se habré, corro hacia la cama, me siento aliviada cuando veo que es él, me doy cuenta que ni siquiera se su nombre, de nuevo trae la mascara ¿nunca se la va a quitar?, tal vez no quiere que lo vea, a lo mejor si piensan regresarme. Después comienza a quitarse la chamarra, trae una camiseta ajustada a su cuerpo que parece que ejercita un poco, ¡Alto! ¿Qué piensa hacer? ¿Acostarse?, me apresuro a preguntarle.
- ¿Qué estás haciendo? - le digo confundida
- Preparándome para dormí - dice quitándose la camiseta, lo veo con la boca abierta, vaya esta guapísimo, sacudo mi cabeza al ver mis pensamientos.
- ¿Y dónde piensas dormir? - ahora el me mira confundido
- En mi cama por supuesto - se dirige hacia donde estoy
- ¡ALTO! - mi voz suena un poco más alto de lo que pretendía - ¿No estarás pensando dormir aquí verdad? -
-¿Por qué no? - lo miro como si estuviera loco
- Será porque yo voy a dormir aquí y no pienso dormir contigo - el suelta una carcajada - ¿De que te ríes? - cuando se calma logra hablar
- De ti mi luz, sabes, eres valiente pero a la vez eres miedosa, oye no te voy hacer nada, que tu no quieras claro, pero esta es mi recamara y no tengo donde dormir así que tendrás que aguantarte -
- Ni en tus sueños, prefiero dormir en el sillón - me levanto decidida dirigiéndome al sillón de enfrente de los pies de la cama.
- Como tu quieras, pero solo vas a ganar una torcedura en el cuello por que ese sillón está muy incomodo -
El tenía razón, pero no pensaba dormir a un lado de él, luego de unos minutos se quedo dormido, escuchaba su respiración, y yo no lograba acomodarme en este incomodo sillón pero no me quedaba alternativa, solo me concentro en escuchar su respiración.

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