Todo por un accidente

Capítulo 1

Capitulo 1

Una tarde de primavera un hombre de unos 36 años caminaba apresurado por el Callejón Diagón. Se abrió camino entre la gente hasta que pudo llegar a su destino. La tienda de ingredientes y accesorios para pociones.

Entró con decisión a la tienda y se acercó al mostrador buscando al dependiente. Pero este no estaba. Lo buscó con la mirada y vio a alguien subido en una escalera.

Como no tenía mucho tiempo para perder se acercó a la escalera y habló.

-¿Podría atenderme? -preguntó cortante.

Sorprendido por una voz que apareció de repente, la persona que estaba subida a la escalera, cayó de esta; pero en vez de notar su cuerpo golpeándose contra el suelo, sintió unos brazos que pararon su caída.

Desorientado, el accidentado levantó la mirada y se quedó impresionado por la mirada que su salvador le daba. Ese hombre tenía unos profundos ojos negros.

Por su parte, el hombre también se había quedado mirando al joven que tenía entre sus brazos. Era un joven de pelo negro y revuelto y con grandes ojos color esmeralda.

Los dos se quedaron mirando durante un tiempo, hasta que un ruido afuera en el Callejón los devolvió a la realidad.

El hombre dejó al joven de pie en el suelo.

-Siento haberte asustado -se disculpó-, pero tengo algo de prisa.

-No, no se preocupe. Debí prestar más atención a la llegada de los clientes. -El chico fue hacia el mostrador y se puso detrás de este. -¿En que puedo ayudarle?

-Necesito opio en polvo, hojas de adelfa, extramonio, arena fina y roca volcánica.

-Ingredientes para la poción calmante -murmuró asintiendo al tiempo que impresionaba al hombre por recordar que esos ingredientes se usan para esa poción.

Sin decir nada más el chico comenzó a buscar cada ingrediente necesario para hacer esa poción. Mientras el hombre lo miraba ir de un lado al otro de la tienda, reuniendo los ingredientes. Debía admitir que ese chico era hermoso y parecía tener una buena cabeza para las pociones.

-Aquí tiene todo lo necesario para la poción -dijo el chico sacándolo de sus pensamiento, al tiempo que dejaba los ingredientes empaquetados frente a el.

-¿Cuanto te debo?

-Seis Sickles.

El hombre le entregó el dinero y sin decir una palabra se fue.

El chico lo único que pudo hacer fue mirar como ese hombre se iba.

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Lo prometido es deusa. Aquí os traigo el primer capítulo de este nuevo fic.

Conste que los ingredientes de las pociones que aquí aparecen las saqué de internet; así que si están mal, lo siento.

Se que ha sido un capítulo muy corto. Y me parece que los primeros tres, son más o menos igual de cortos. Pero prometo que luego serán más largos.

Nuevamente, quiero agradecer a todos los que me habéis dejado un comentario y un voto en mi primer Fic.
Espero que este también os guste.