-¿Podrías dejar de acelerar cada vez que ves un semáforo en verde? Y por favor, baja el volumen de la maldita radio.
-Mi coche. Mis reglas.
-Mi vida. Mi seguridad.
-¿Quién ha dicho que vayas a morir?
-La velocidad que marca el coche.
Inconscientemente, un suspiro se escapó de mis labios, escurriéndome en el asiento trasero. Desde el medio, veía como los labios de Spen se movían y Elliot, de vez en cuando, apartaba la vista de la carretera para poder mirarle y así contestarle. Spencer acababa alarmado y gritándole que no apartase la vista de la carretera y Elliot le aseguraba que no iba a ocurrir nada.
Y vuelta a empezar.
Sus discusiones, lejos de parecerme divertidas, acabaron resultando tediosas y a cada insulto que sus bocas soltaban me arrepentía más de haber decidido que Spencer y Elliot estuviesen juntos en un mismo coche.
No sé si alguien escuchó mis plegarias, pero el coche se paró y giré el rostro para comprobar donde estábamos. Era la casa de Spencer, pero no recordaba cuando este le había dado su dirección.
-Baja, Spen.-el nombrado le mira furioso, obviamente por el mote empleado.
-No me llames así.-se gira hacia mi dirección, cambiando por completo su rostro molesto a uno más dulce.-¿Qué vas hacer tú?
-Tranquilo, Elliot me llevará a casa.-eso a Spencer no pareció que le convenciese e hizo una mueca de desaprobación.
-¿Podrías mandarme un mensaje cuando estés en casa, para comprobarlo?
-¿Spen...?-le miré sorprendida ante su actitud.
-Lo siento, lo siento...Tienes razón.-suspiró, pasando sus dedos por su cabello.-¿Puedes prometerme al menos que el salvaje extravagante no te hará nada, al menos?
-Sigo aquí.
-Créeme que lo sé.-volvió su vista hacia mí, esperando mi respuesta.
-Te lo prometo.
-Bien, confío en ti.-dijo satisfecho, bajando del coche.-Adiós, Nix.-hizo un ademán de mano, con una sonrisa.-Adiós.-dijo esta vez, dirigiéndose hacia Elliot sin molestarse en parecer amable.
-¡Te ha faltado lo de salvaje extravagante!-gritó, mientras andaba por las baldosas hasta llegar a su casa. Spencer se limitó a enseñarle el dedo medio. Elliot soltó una carcajada, volvió arrancar el coche y nos encaminamos hacia mi casa.
El trayecto fue calmado, nadie dijo palabra alguna. El silencio en ningún momento me pareció incómodo, aunque cierta duda surgía ya que me era raro ver al castaño tanto tiempo callado. Pero tampoco me esforcé en preguntar, así que la situación seguía igual.
El coche volvió a estacionar, pero delante de mi fachada. Elliot giró su cuerpo y mantuvo sus ojos sobre los míos por unos segundos-segundos interminables a mi parecer-para decir:
-Mañana hay una fiesta pero va a ser más íntima, con un grupo limitado de personas. ¿Te gustaría venir?
Me quedé en silencio, meditando mi respuesta. Mañana tenía la cena con mi padre, un evento importante, sin embargo, Elliot me había invitado después a una celebración. Estaba claro la respuesta, no podía dejar a mi padre plantado.
-Seremos siete personas como máximo, iremos por el centro, hablaremos de nuestras cosas y después lo que salga. Realmente nos gustaría que vinieses.
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Phoenix.|Tercer Libro.[PAUSADA]
Teen Fiction❝-Dime, Nix. ¿Hasta cuanto podrás soportar?❞ [No hace falta leer las dos anteriores historias para entender esta] [Tercer y último libro de la trilogía Ellas] [Superfrikichics portadas hechas por @FindingA_]