Preludio de verano en tus ojos,
sendas depresiones erosionadas
e inundados golfos por verdes aguas.
Las caricias alisias de tus manosa su voluntad revuelven el pelo,
jugando con la inocencia de un niño,
que con cierta brusquedad hiñó,
y dejó huella en el ya seco suelo.Aquí en la tierra de los volcanes
Donde fertiles y amplios páramos
son el pan de cada día; pidamos
pues a tus vientos, grises nubarrones,y así brote a las faldas de los Chaches
el verde vestido de la sirena
Famara, que con belleza enajena.
Ya en el centro, corazón azabache,Acobijadas utopías duermen.
pequeños poblados entre montañas
donde la belleza mata la mala calaña
de aquellos con ignorancia inermePero por hermosa que sea mi cautela,
sigue siendo una agobiante celda.
Así que de este ancla ya desuelda,
Salgo al aire que mis pulmones anhelan