Santísima trinidad

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¿De qué sirvió tu puritanismo María,
Si tu propio hijo acabó con Magdalena?

En la cruz clavado está agonizando
Mientras la que antaño ramera
Y ahora de la misma condición
Qué tu hijo, "el gran salvador",
Llora a los pies del santo cadaver.

Ella le hizo disfrutar de la carne,
De ese pecado que a ti se te vetó.
Bebió de su sangre y comió su cuerpo,
¿De ahí su condición de santa?

Oh por Dios, si de ello dependiese,
Yo, hipócrita de fe en los buenos días,
Asegurado tendría el cielo.

Yo maté a Dios cuando vi la injusticia,
Siendo testigo del sacrificio de Caín,
No se derrama sangre por una deidad.

No fue Nietszche en el loquero
Fui yo con la lanza punzante,
La aguda razón enfiló a sus costillas
Esa asesina de padre, hijo y espíritu santo.

Amén.

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