Capitulo 23

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  Jorge hizo una parada en la carretera. Se bajó del auto, dio la vuelta por delante del auto y llego a la puerta del copiloto donde Martina se encontraba, ella quedo totalmente confundida, no podía ser aquí, ya que estaban en medio de la nada.

- ¿Qué hacemos aquí? – pregunto una vez que Jorge la ayudaba a salir del auto. –

- Es aquí, aquí es nuestra cita. – contesto sacando un pañuelo de su bolsillo, lo bastante grande para cubrirle los ojos. –

- ¿Y eso? – pregunto señalando el pañuelo. –

- Deja de preguntar y déjame todo a mí. Ahora date la vuelta. - Martina sin protestar lo hizo, Jorge amarro el pañuelo, dejándola sin ver nada. – confía en mí. – susurro en su oído. Una corriente sacudió el cuerpo de la chica.

- Confío en ti. – contesto sonriendo.

Caminaron por un irregular camino, Martina iba nerviosa, creía que en cualquier momento podría caerse pero confiaba en Jorge, hacía ya una semana que lo hacía perfectamente y sabía que él no le fallaría, sólo debía dejarse llevar.

Podía sentir el sonido de una cascada, el sonido de los árboles chocar unos con otros danzando al son del viento, también como este jugaba con su cabello y la respiración de Jorge es su cuello, mientras la tomaba de su cintura fuertemente. Dando un hermoso sentimiento de protección.

- Llegamos. – susurro nuevamente. - ¿Lista para ver?
- Martina asintió, girando la cabeza hacía él, Jorge desato aquel pañuelo. – puedes ver tu sorpresa.

Martina giro nuevamente la cabeza para mirar el hermoso paisaje que se encontraba ante sus ojos, era un magnifico bosque, aun lado de este había una mesa con una cena y dos platos, velas alrededor y una guitarra aun lado, era verdaderamente hermoso.

- Me has... - suspiro encantada. – me has dejado sin palabras, esto es verdaderamente hermoso. – lo miro con un brillo en los ojos, nadie jamás se habría dado la molestia de hacer aquello por ella y él hombre que lo había hecho no había sido ni más ni menos que Jorge Blanco. Sin vergüenza avanzo hasta él, abrazándolo fuertemente con lágrimas en sus ojos. – muchas gracias Jorge, de verdad, muchas gracias. – lo miro a los ojos.

- Ey. – musito él. – no es para que llores. – sonrió secándole las lágrimas que mojaban sus blancas y suaves mejillas.

- Lo lamento es que, de verdad es hermoso y nadie habría hecho esto por mí, nadie se habría dado el tiempo de hacerlo, estoy bastante impresionada. – Jorge sólo sonrió, Martina era maravillosa – Me ha encantado.

- Te lo merecías. – respondió. – te merecías todo esto, además, esto es sólo el comienzo. – sus ojos nuevamente se llenaban de lágrimas.

- ¿Aun hay más? – Jorge asintió. –

- Si, pero luego de cenar. – señalo con su mano la mesa que se encontraba ahí, pequeña y redonda.
La cena transcurrió entre conversaciones y malos chistes de Jorge, pero aun así Martina reía. También Jorge le había comentado que amaba la música, ese también era el porqué de aquella guitarra. Se moría por saber cuáles serían las nuevas sorpresas que él tenía para esa noche, pero se imaginaba que no sólo serían para hoy, si no para muchos días más, porque como ella lo había dicho, Jorge era una gran caja de sorpresas.

Jorge miraba a Martina fijamente, algo que la hacía ponerse nerviosa.

- ¿Tengo algo en la cara? – Jorge rió. –

- No. - contesto él. -

- ¿Entonces por qué me miras así? – pregunto extrañada.

- Porque eres verdaderamente hermosa. - confesó, Martina quedo impresionada con aquello.

"Patito Feo"-(Adaptada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora