Cris libera su labio de entre sus propios dientes, dejándolo rojo y excesivamente inflamado. Siento la tentación de alzar mi cuerpo y comenzar a lamerlos con la punta de mi lengua una vez tras otra, tratando de aliviar su muy probable dolor; pero sus ojos, brillantes por la excitación y el desenfreno, me impiden hacer otra cosa que no sea pestañear mientras que admiro lo jodidamente guapa que está en estos momentos, siendo simplemente Cris al natural. Su mirada perdida en la mía. Su piel caliente cubierta por un rubor de color rojizo, brillante bajo la fina capa de sudor que comienza a aparecer. Sus labios entreabiertos, hinchados y jadeantes suplicando por más atención. Sus blancos dientes que se asoman tras esa tímida sonrisa, amenazando con seguir mordiendo mi piel. Su respiración agitada provocando que sus tetas se muevan con pequeños temblores de arriba abajo sin cesar... pienso en todo lo que quiero hacerle, pero sé que vamos justos de tiempo. Tengo que descartar la parte de Cris a cuatro y Cris contra la pared. Mierda, la Cris a cuatro frente a mí con sus dientes mordiendo la almohada para no gritar habría sido completamente digno de ver. Joder. Noto como mi dureza da una sacudida dentro de mis bóxers y un escalofrío recorre mi cuerpo. Cris sonríe y sus pupilas se dilatan aún más. Supongo que ha notado el pequeño azote y se ha encendido todavía más.
Clavo mis dedos contra su cadera y la sujeto fuertemente haciendo presión hacia abajo. Quiero que sienta lo tenso que estoy por su culpa, pero ella decide fingir inocencia mirando tímidamente mi torso mientras que desliza su dedo desde mi cuello hasta mi ombligo, dibujando todos y cada uno de sus músculos. Cierro los ojos y trago saliva, deseando que ese dedo descienda un poco más... pero muy a mi pesar bordea mi ombligo mientras que suspira tiernamente. Maldita Cris, qué rápido ha aprendido cómo torturarme. Abro los ojos, convencido de que voy a encontrarme con su mirada tentándome antes de su siguiente movimiento; pero en lugar de eso, veo cómo sonríe de lado y se muerde el labio con la mirada puesta sobre la goma de mi ropa interior. Sé lo que está pensando, quiere meter la mano por dentro y seguir jugando conmigo. Está tanteando el terreno recorriendo la goma con su dedo índice de un lado al otro de mi cadera. Quiero agarrarle la mano y forzarle a que la meta entre la tela y mi piel de una vez por todas, enseñarle cómo me gusta que me agarren y correrme para terminar con esta tortura. Pero supongo que eso sería demasiado brusco incluso para mí...
Tomo aire llenando bien mis pulmones y echo todo el aire lentamente mientras que me intento convencer a mi mismo sobre la parte de "sin prisas pero sin pausa". Así que calma Tom, ¡calma! Calma es lo que se parece haber tomado Cris. ¿No piensa terminar de quitarme la ropa? Alzo ligeramente la cadera, esperando que ella agarre de la goma y la arrastre hacia abajo en un solo tirón. Sin embargo Cris pierde el equilibrio y cae de golpe sobre mi torso con sus manos puestas sobre mi cuerpo. Vuelve a poner su mirada sobre la mía y disfruto al ver la sorpresa en sus ojos.
Su cadera sigue sobre la mía, torturándome con su calor. Sus tetas me rozan suavemente y tengo ganas de agarrarlas otra vez entre mis manos. Me muerdo el piercing y tiro ligeramente de él intentando tranquilizarme, pero Cris me mira a la boca y sonríe de lado, así que decido cambiar mi aro por su labio. Tiro de él hacia mí, haciendo que Cris se acerque más. Consigo volver a besar sus labios, pero un beso corto que me deja con la boca abierta en cuanto Cris se aparta y separa completamente su cuerpo del mío.
Lo que no me esperaba era que se tumbase junto a mí, con sus piernas abiertas de par en par haciendo un hueco para mí entre ellas, reclamándome entre suspiros un poco más de atención...
Cris sujeta mi cara entre sus manos, impidiendo que me aleje ni un segundo de ella. Enrollo un mechón de su pelo entre mis dedos y tiro suavemente de él, notando como gime contra mi boca. Los labios empiezan a escocerme, pero no tengo intención de parar. Disfruto con el juego de su lengua contra la mía, tragándome sus gemidos entre suspiro y suspiro. Se dedica a balancearse de forma sensual contra el colchón y mi cuerpo, aumentando la fricción que hemos provocado roce tras roce. Dejo que suavice el ritmo de nuestros besos, hasta el punto en el que tan solo son pequeñas caricias que atrapan mis labios de forma sutil, guiados por el vaivén de nuestras caderas. Apenas soy consciente de que ha dejado de besarme cuando al abrir los ojos veo cómo me mira a los labios y muerde los suyos, retorciéndose tras un pequeño escalofrío bajo mis brazos. Bajo uno de mis brazos hasta que mi mano queda a la altura de sus tetas, acariciándolas y rozándolas con mis dedos de camino hasta su cintura. Juego con el elástico de su ropa interior y tiro de ella hacia abajo, deshaciéndome de esta con un poco de su ayuda entre sonrisas. Lanzo la prenda por alguna parte de la habitación sin ningún tipo de cuidado. En este momento lo que menos me preocupa es fijarme en dónde cae. Ya lo buscaremos luego. O no.

ESTÁS LEYENDO
Dejemos que empiece la fiesta (Dejemos 2)
FanfictionDespués de conocer a Cris y de que nos contase cómo su noche pasó de ser aburrida a ser la más alocada de su vida al conocer a su ídolo Tom Kaulitz, ha llegado el momento de saber qué fue lo que pasó con Tom. Porque esta historia es cosa de dos... S...