Camine hacia casa, estaba molesta, no, más que eso, ese idiota, hijo de........
En fin, luego me las pagara, por otra parte, estaba aquel mensaje, bueno, posiblemente lo más seguro es que se hayan equivocado.
Seguir mi camino, ya más calmada, ahora lo único que me queda es lidiar con Sara, al diablo, de seguro es que ni en casa a de estar.
Estaba ya serca de casa, en la esquina mejor dicho, rápido saque de mi mochila mis llaves.
-que parte de "NO LLEGUES TARDE" no entendiste?- al escuchar eso, voltee en busca de la persona, era ella, estaba sentada en la entrada de mi casa, espera un momento, Daniela estaba en la puerta de mi casa esperándome.
Corrí literalmente a ella para abrazarla ignorando olímpicamente su cara de "Muerte pendeja".
-estúpida por que no me avisaste? Te extrañe mucho- dije aún abrazándola
-y crees que no lo hice?- dijo separándose de mi
-pues no, tu............- en ese momento me acorde del dicho mensaje de esta tarde, shit, era ella- y como diablos voy a saber que eras tu, sin siquiera haber dejado tu nombre al último del mensaje?- me justifique
-no tienes mi número guardado?- me lo preguntó sería, estoy muerta.
-p-pues, verás, yo........
-no así dejalo, no me sorprende viniendo de ti tonta- dicho eso rodó los ojos
-bueno- la mire, me miró y de la nada empezamos a gritar como locas, realmente la extrañe mucho y al parecer ella a mi- y dime cuanto tiempo te quedarás?- dije mientras abría la puerta de mi casa, entre primero y luego ella cerrando la puerta.
-pues, en si, nosé, luego veo eso- encojio los hombros y observó la sala como si estuviese viendo que todo estuviera en su lugar, como hace 3 años, entonces me senté en el sillón al igual que ella
-Tienes donde quedarte?- volví a preguntar, por que no sabía si había venido ella sola o con su familia.
- si, no vengo sola si eso piensas- una parte de mi se decepcionó, en realidad yo quería que se quede conmigo, en casa, por lo menos la habría tenido a ella para distraerme, tal vez era lo mejor, después de todo, ni ella ni para sé tragaban y no creo que ahora eso halla cambiado - mis padres quieren quedarse una temporada acá, tal vez, hasta seamos compañeras de salón.
Su mirada cómplice me lo confirmó, no bromeaba, se quedaría y tal vez, después de, por lo que par mi fue, mucho tiempo, mi vida regresara a cuando tenía
13 o 14 años, travesuras, locuras, diversión, alegría, lo que ya no había sentido en mucho tiempo con una sola persona.
Daniela de algún modo u otro, hacia que mi verdadera yo, saliera de su pequeña cueva, sin importa los comentarios y críticas de los demás.Al día siguiente todo fue normal, bueno si se le puede decir así, no había ido al colegio, no para soportar las pendejadas de los demás asía mi, mientras que a Sara, a ella posiblemente le aventaron flores y regalos a montón, no me dolía ni me daba celos, pero si me enfurecía la simple idea de que si hubiese ido, no dudaría en restregarmelo en la cara, típico de ella.
Eran las 3, ya no debería tardar, hoy era su dichosa fiesta y mi ida de aquí también.
Mamá había llamado en la mañana para felicitarnos, como siempre fui yo quien habló por las dos, mintiendole para salvarle el pellejo a su otra hija, otra vez, no me podía quejar, por lo menos yo si recibía el amor de mamá.
La puerta principal se oyó abrirse y cerrarse con un fuerte portazo, Sara y había llegado.
Seguí acomodando mi pequeña mochila, dos mudas de ropa, mi pijama, zapatos, productos de limpieza personal, audífonos, cargador y lap-top era todo lo que llevaría para quedarme en la casa de Daniela, sólo por el día de hoy y mañana.
Ella y su madre estuvieron de acuerdo con quedarme en su casa, claro que con una condición, no negarme a nada de lo que me propongan.
-oh, todavía no te vas- comento Sara apoyando con delicadeza su mano venenosa en el arco de mi puerta, me estaba corriendo la pendeja.
-esta también es mi casa, puedo salir y entrar cuando quiera- hundí las manos en los bolsillo de mis jeans y pude distinguir el enrojecimiento de sus facciones, estaba enojada- de todos modos ya no falta mucho para que la casa sea totalmente tuya- me encogí de hombros, desinteresada, Seguí con lo mío, sin importar que su mirada me estuviese matando, deje que la cólera la consumiera por dentro.
No confiaba en mi, aun que en verdad me fuera.
Voltie hacia mi puerta, pero ya no estaba, deje escapar un suspiro y me senté en mi cama, no recordaba cuando fue la última ves que pase un momento agradable con ella, no que implique después de los 13, tanto habíamos cambiado.
Antes de Daniela, estaba Sara, mi mejor amiga, mi cómplice, mi caja de secretos infantiles, mi hermana.
Sólo éramos ella y yo contra el mundo, que estupidez.
Todo era mejor en ese tiempo, si ella reía yo reía, si ella lloraba yo lo hacía también, si una era regañada la otra la defendía, cuando yo tenía miedo ella estaba ahí protegiéndole de un simple suéter que se escondía en el armario.
Podíamos distinguir lo que le pasaba a la otra sin preguntar, tal vez era esa colección que teníamos como gemelas.
No lose, sin embargo hoy, ya ni siquiera podemos estar las dos en un mismo techo.
Poquito, lose, subiré más seguido ❤