Capitulo 9

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Por la mañana del lunes, en el instituto, estaba muy rayada, no sabía como se lo había tomado mi madre, ni si sabía más de él, ni si se lo había comentado a mi padre. Quería hablar con ella del tema, pero no tenía fuerzas de voluntad para hacerlo.
-Vega, debes hablar con tu madre. Hazme caso, te sentirás mucho mejor y estarás aliviada.
-Sí, pero no puedo. Me cuesta mucho empezar el tema, y si ella no ha querido decirme nada será porque no quiere hablarlo, ¿no? ¡Aii no sé! Estoy muy liada.
-Dícelo a tu hermana esta tarde, haber que opina ella sobre esto y sabrá lo que debes hacer.
-Tienes razón pero...
-¡Todo son "peros"! No te quejes más, anda... Que eres la princesa de un tío de ojos verdes.
-Jajajajajaja !Y que es verdad!
Fuimos riendo hacia clase. Por el camino me encontré a David.
-¡Hey chicas!
-¡Hola!- contestamos al unísono.
-Yo voy más rápido, quiero hablar con Santi- dijo mi amiga.
-Vale.
-¿Qué tal te va?
-Bien, ¿a tí?
-Muy bien. Oye Vega, ¿qué te parece si un día quedamos para estudiar? Puedes venir a mi casa.
-Sí, pero... Ahora tengo un lío en casa... ¿Podría ser otra semana?
-¡Por supuesto! Cuando quieras me lo dices y te vienes a casa.
-¡Vale! Muchas gracias David -y entramos en clase.

Cuando acabó la jornada me dirigí a mi casa junto a un grupo de amigos, hablando de una fiesta que querían hacer cuando terminásemos los exámenes.
Llegué a casa y decidí llamar a Hugo .
-Hola.
-Hola amor.
-Tengo que contarte algo -dije.
-Pff... No es el mejor momento, llego tarde al entreno. ¿Quedamos más tarde?
-Vale, te espero en la puerta del polideportivo a las 6.
-Bien, después nos vemos, te quiero.
-Y yo- colgué. No me gustó aquella llamada. Me fastidió que no pudiera hablar por teléfono conmigo. Además, lo vi muy frío en esa llamada.

Como le había prometido a Estrella, al rato fui a hablar con mi hermana.
-¿Se puede?
-Claro, entra.
-Bien, emm... María tengo un grave problema.
-Dime cariño.
-Verás... Mamá sabe que tengo novio, y no me atrevo a hablar del tema y... No sé si papá también lo sabrá.
-¿Cómo?¿Desde cuando lo sabe?
-Desde ayer.
-Pero bueno, tú ya eres mayorcita para saber lo que haces, no creo que te digan nada -me consoló.
-Ya, pero tengo miedo. ¿Qué hago?
-Cuéntaselo mañana o pasado, si estás insegura, sino ella intervendrá, ya la conoces.
-Gracias. Te quiero.
Fui a vestirme y salí de mi casa.

Cuando llegué al polideportivo lo vi en la puerta.
-¡Hola amor!
-¡Hola Hugo !- nos besamos.
-¿Qué pasa?¿Qué es lo que tanto te preocupa?
-Es mi madre... Lo sabe todo.
-¿Cómo?¿Cómo has podido dejar que eso pase? Osea, que quedamos en que los padres no lo sepan y vas tú contándolo a los cuatro vientos.
-¿Cómo te atreves? -me alteró mucho- Se ha enterado porque te vio el sábado en casa, si te hubieses ido por la noche en lugar de quedarte...
-Ahora encima soy yo el malo.
-¿Quién es, sino?
-Tú me dijiste que me quedara.
-Sólo un rato. Mira, no voy a discutir más, sólo te he venido a decir que mi madre lo sabe. Pensé que me ayudarías, porque estoy muy afectada. Aquí se ve quién de verdad te quiere y quién no.
-¿Me estás diciendo que no te quiero?
Me fui. Llorando me fui corriendo.
<Desgraciado, miserable, sólo me quiere para lo bueno> pensé.

Llegué a casa, me encerré en mi habitación y no salí hasta por la noche.
-Vega cariño, vamos a cenar.
-Mamá, siéntate conmigo por favor -había venido a mi habitación y aproveché para explicarle lo que me pasaba- Hoy he ido a contarle a Hugo que sabías que estábamos juntos.
-¿Qué pasó? -suspiró.
-Se ha enfadado porque dice que todo es mi culpa.
-La culpa no es de nadie, porque no es nada malo. Pero lo que a mí me chocó fue que me creí que en su momento me lo contarías.
-Y lo iba a hacer, mamá. Pero es que tan solo llevamos unas semanas. ¿Quién sabe qué puede pasar? Llevamos muy poco.
-Tienes razón, pero por favor quiero que a partir de ahora me cuentes todos tus problemas y te tomes esto muy en serio.
-Lo haré, te lo prometo- dije.
-Y...Dentro de unos días... Ve contándole algo a tu padre.
-De acuerdo -le di un beso.
-Vamos a cenar, nos están esperando.

Y ese fue mi día, destrozada acabé por acostarme a las 22:30.

Mi Principio Y Mi FinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora