Fueron 3 semanas las que pasaron, tres semanas normales, sin saber nada de Hugo, ni querer saber nada de él.
Al fin, un 23 de Marzo, decidió volver al principio. No quiso llamarme, simplemente hablarme por whatsapp.
-Hola.
Tardé en contestarle, me extrañó mucho que me hablara y me quedé muy sorprendida.
-Hola.
-¿Qué tal?¿Todo bien?
-Sí.
-Me alegro -dijo.
Yo ya no sabía qué responder, ni si hacerlo. Y lo hice, hice mal en sacar el tema, pero así fue.
-Mira Hugo, yo sólo te voy a decir una cosa. No quiero que ahora vengas de bueno y de ''no ha pasado nada'', porque sí ha pasado.
-Simplemente quería saber cómo te iba.
-Pues te explico: lloro cada día y cada noche, maldigo mi vida unas 20 veces al día y hay veces en que preferiría no existir.
-No te pongas así, Vega. Nos enfadamos por una jilipoyez, nada más.
-Con que una jilipoyez, pues bien que no has querido saber de mí, ni preguntarme, ni llamarme...
-Lo siento.
-¿Qué dices?
-Que lo siento.
-Esto es increíble -ahora era yo la que de verdad estaba enfurecida.
-Vega, no te enfades.
-Paso.
-Vega...
-Ya está, se acabó.
-No, no te equivoques.
-Fin del cuento, el fin, mi fin. Adiós.
Acabé llorando en el baño, cabreada con el mundo. Mi hermana me escuchó, y corriendo fue en mi busca.
-¡Vega!¿Qué te pasa? -nos abrazamos.
-No puede ser María... Estoy muy harta. No puedo más.
-¿Pero qué? Hugo, otra vez, ¿verdad?
-Viene de bueno. Soy yo la que no quiere nada ahora. Que se joda.
-Ignóralo, se cansará.
-Pero ¿es que crees que no lo quiero?
-¿Cuánto hace que no hablas con él?
-3 semanas.
-Si en tres semanas no ha querido saber de tí pon fin.
-Eso acabo de hacer.
Me lavé la cara y salimos del baño.
-Y que sepas que tú y yo mañana nos vamos juntas a pasar el día al centro.
Reí, me encantaba la idea. Mi hermana siempre sabía la solución.
Pasé una noche de perros, con un dolor de cabeza terrible, con calores corporales y despierta toda la noche. En la madrugada decidí ir a la cocina a por agua, sin no me conseguía dormir, tendría que tomar una pastilla para coger el sueño.
A eso de las 5:30 me conseguí dormir, cansadísima.
Por la mañana, oí como se abrían las persianas de mi habitación y me supuse lo que era.
-¡Arriba!¡El centro nos espera!
Yo mientras iba abriendo los ojos, hasta que la ví, haciéndome cosquillas encima de la cama.
-¡Para!¡Ya me levanto! -cuando pude ponerme de pie, fui a escoger la ropa que me pondría, pero en ese momento mi hermana me empujó hacia detrás..
-Hoy te pondrás esto. Vas a ligar.¡Arréglate, mujer!
Había elegido una ropa que me encantaba.
Cuando al fin quedé vestida y maquillada, salimos de la casa en su Fiat 500.
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Mi Principio Y Mi Fin
RomanceTodo empezó por un simple pozo. Una historia de amor ideal que enamora a los lectores