Capitulo 9. ¡Al parque de atracciones!.

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Una vez me senté en la isla de la cocina mi madre termino de hacer el batido y mi padre termino de hacer las tortitas, mi madre se acercó a mi y me bajo de la isla y después fui a la mesa, mi padre se dispuso a desayunar con nosotros cuando, de repente, una llamada nos interrumpió, el se levantó y fue hacia el móvil, lo descolgó y....

- Hola, al habla Leo, quien llama?

- Hola, somos del internado, al parecer ese niño tendría que cambiar de familia ya que ustedes no disponen del perfil adecuado para criarlo.

- Como se atreve? Hemos estado trabajando muy duro para que sea nuestro hijo no vamos a dejar que ustedes nos lo quiten así como así! - grito desde el salón haciendo que corra hacia mamá.

- Muy bien, usted lo quiere así, nosotros tenemos pruebas de que no son adecuados para su cuidado.

- Me da igual, ustedes no van a conseguir nada, ahora déjenos en paz! - seguía gritando y al acabar esa frase colgó el teléfono, por su cara, estaba muy enfadado y con ganas de romper algo, me acerqué a él con mucho cuidado.

- P-P-Papi.... estas bien? - me atreví a decir mientras temblaba de miedo. En ese instante me miro con su cara de enfado pero le cambio en un segundo y olvido el cabreo, es como si fuese su mayor felicidad, su verdadero hijo.... Me cogió en brazos y me llevo de vuelta a la mesa y mamá le miro, el intercambio de miradas duro varios segundos pero lo suficiente para decir una cosa...

- Podemos ir al parque de atracciones hoy? - con miedo y temblando un poco.

Ambos se miraron y sonrieron.

- Claro hijo, esta noche vamos los tres juntos - contesto mi madre con su voz dulce y tranquilizadora, aunque la de papá tampoco se quedaba atrás, eran voces muy dulces, cálidas y con mucha dulzura y amor, nunca les vi discutir, aunque se enfadadasen siempre lo resolvían, simplemente, eran diferentes, unos humanos diferentes al resto.

Pasaron las horas y yo quede dormido en el sofá junto a mamá, ella dormitaba con la cabeza apoyada en el reposa brazos mientras que papá estaba en su estudio haciendo sus trabajos de la empresa, como hacia cada mañana, cuando desperté, vi el rostro iluminado de mamá, la luz que entraba desde el ventanal del salón hacia que pareciese un ángel, un hermoso ángel caído del mismo cielo, papá siempre la observaba en esa hora porque fue justo el mismo momento en que el dijo que le amaba, que le gustaría pasar su vida junto a ella.

Eran las seis y media de la tarde, quedaba una hora para que se hiciese de noche, empezamos a arreglarnos para ir al parque de atracciones, me vestí con un pantalón vaquero negro y unos zapatos normales azul marino y una camisa blanca con un dibujo de un águila en color rojo, azul y negro, adoraba esa camisa porque fue la que me dieron como primer regalo al llegar a la casa.

Al acabar de vestirnos, salimos hacia el garaje y subimos al coche, mama conduciría esta vez porque papá iba a hacer una llamada, durante el camino me quede mirando por fuera de la ventana, al ver los pájaros soñé despierto con poder volar como ellos, con ser como los pájaros, volar por donde quieras sin restricciones ni normas, cuando papá me miro, dijo que tenia una sonrisa que nunca había visto, el miro por su ventana y vio a los pájaros, pensó que ya era hora de hacerlo...

Llegamos al parque de atracciones y nos montamos en todas las atracciones, fue muy divertido, en el parque encontré a muchos amigos del orfanato y a algún profesor, cuando eran las once nos fuimos a casa, caminamos al coche pero antes de llegar papá se paro y dijo....

- Hijo....

Esto es para el próximo capítulo jejeje

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