Capitulo 18. El gran desafío.

19 1 1
                                    

Caminé hasta una meseta completamente libre de árboles, mi imaginación no supo que pasaría en ese lugar, tuve miedo pero me adelante con paso firme y decidido avanzando por el enorme descampado, llegue al centro y espere a que algo pasase...

Pasaron varias horas y no pasó nada, me sentí aliviado ya que se hacía de noche, coloqué mi tienda de campaña y me prepare algo de comer, como otras noches, me dormí mirando las estrellas, esperando salir de aquel lugar victorioso, cerré los ojos y me quede dormido al poco tiempo.

A la mañana siguiente, desperté temprano, mucho antes del alba, recogí las cosas y las guardé. Cuando di un paso, el suelo tembló, tiré las cosas hacia los árboles y cogí la espada del Minotauro, espere a que viniese mi rival, espere y el suelo volvió a temblar pero esta vez mas fuerte, se acercaba mas, era enorme para poder hacer temblar el suelo de esa manera, sentí miedo.... mucho miedo hasta que vi a aquel monstruo, aquel inmenso monstruo.

Tenia dos cabezas, andaba a cuatro patas, no tenia alas pero parecía un dragón, en ese instante me di cuenta que era la Hidra, un ser inmenso, gigante, con varias cabezas pero con un defecto casi imperceptible para un ser humano, cada vez que se le cortaba la cabeza, le salia otra y otra, así hasta llegar a 100 cabezas, sabia eso por leerlo y verlo en las películas sobre la mitología, solo me quedaba hacer una cosa para matar a esa bestia.

Envaine la espada, salí corriendo hacia la Hidra, y le corte ambas cabezas, me alejé para comprobar si era cierto lo que decían, y no se equivocaban, de tener dos cabezas paso a tener 4 cabezas, al averiguar esto, espere a que me comiese y me tragase, mientras hacía esto, clavé la espada desde su garganta hasta su estómago, abriendo en canal a la enorme bestia. Salí por el hueco que conseguí hacer, me alejé de la Hidra muerta y camine hacia un lago, al llegar, me quite la ropa y me bañe en el lago. Me quede un rato mirando el cielo, estaba completamente nublado y hacia un poco de viento pero no hacia frio, salí del agua y me vestí de nuevo, cogí mis cosas y camine hasta una roca gigante.

Me pare delante de ella, había una inscripción en el centro que parecía una mano, me acerqué y coloque mi mano y el suelo empezó a temblar. Pensé que era un terremoto hasta que, de pronto, la roca se abrió en dos,l dejando ver un enorme pasillo que parecía no tener salida.

Camine por este pasillo completamente a oscuras, no veía nada, supe que iba bien porque no había tocado ninguna pared ni nada por el estilo, seguí caminando durante varios minutos hasta que, por fin pude deslumbrar una luz al final del túnel.

Avance mas rápido casi corriendo hasta salir, al salir de aquel túnel negro, un destello me cegó durante un tiempo, no podía ver nada hasta que mis ojos se acostumbraron al brillo del Sol, tuve suerte cuando mire al suelo, estaba en un acantilado y estuve a punto de caer al vacio.

Polos OpuestosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora