2. En busca de mamá.

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Ya han pasado tres días desde que mi madre se fue. Mi hermano y yo pensamos que iba a cazar en las primeras horas, pero; estoy segura que detrás de esto hay algo. Mi madre siempre ha cumplido lo que ha dicho, si decía que eran dos horas, eran dos horas; y si decía que eran dos días, eran dos días. Pero nunca ha pasado esto; además, siempre que sale de casa avisa de a donde va a ir y cuanto va a tardar. ¿Pero, que puedo hacer? Owen y yo tenemos que ponernos de acuerdo en que hacer.
Aunque sea mayor que mi hermano, él tiene tanto derecho de razón como yo.
Como con James me llevo nueve años para totalmente lo contrario; toda la vida me ha recalcado que siempre tenia la razón.
Un momento... ¿Que hora es? Aún estoy en la cama, y todo este rato me he dedicado a mirar la pared y reflexionar. Me decido ha levantarme de la cama para darme una necesitada ducha fría. Cuando acabo, bajo a la cocina y miro el reloj.
¡Eran las seis de la mañana! Lo curioso es que no tenía ni una pizca de sueño. Me pongo a comer algunas sobras mientras escribo una nota para mi hermano. Esto es lo que dejo escrito:

"Hola oso dormilón; déjame adivinar; son las once de la mañana. Me encanta tu forma de madrugar. Bueno; la cuestión; no te preocupes. Me he levantado a las seis, sí, a las seis; y me he ido a correr y pensar un poco que hacer. Intentaré llegar pronto y llevar algo de comida. Besos."

Cuando acabo me dirijo a la habitación de Owen, y la dejo donde pueda verla. Antes de irme me acerco, y como no; tiene los dos pies y las dos manos fuera de la cama, el pelo en las cara y con la baba en el colchón; su postura natural. Cuando acabo de admirarlo le doy un beso en la frente.

Antes de llegar a la puerta ya estoy transformada, y recuerdo que... Los lobos no pueden abrir puertas. Cuando al fin la abro, me pongo en posición, me transformo y corro lo más rápido que puedo.

Hoy no voy al bosque de siempre, voy al bosque Negro; un bosque oscuro y desagradable, que donde dar un paso en blanco puede llevar a tu perdición. Pero allí están los mejores platos que conozco.
Ahora estoy parada, intentando oír algo; me esfuerzo y me esfuerzo, pero nada; no se oye absolutamente nada.

Voy recorriendo cada rincón del bosque, cuando al fin oigo algo. Oigo el pisar de un ser; un ser bastante grande. Voy corriendo hasta donde alcanzo a oír. Después de unos minutos logro ver a mi víctima. Un ciervo; un magnífico ciervo que en la vida nadie de mi familia a probado. Me escondo y me pongo en posición; cuando voy a saltar; el ciervo desaparece en un abrir y cerrar de ojos. En estos momentos estoy volando por los aires hasta que toco tierra.

Cuando me levanto veo un paisaje completamente diferente del de antes; parece ser un lugar plano. Empiezo a caminar hasta que tropiezo contra una rama... Resultaba ser que no era plano, porque estoy rodando colina abajo, en un lugar muy oscuro. Cuando al fin paro de rodar, me encuentro en un sitio muy extraño; parece ser un túnel que lleva a algún lado.

Vuelvo a mi forma natural y avanzo hacia donde lleva ese túnel; cada vez está más oscuro, así que paro ya que no puedo ver casi nada. Me doy la vuelta, pero me paro en seco cuando de repente veo una señal de reojo. Me acerco hacia el cartel que ponía que este túnel llevaba hacia... La zona oeste.
Cuando la leo pongo los ojos como platos. Vuelvo a atrás para retomar mi camino corriendo, pero antes cojo una piedra y me dedico a marcar un camino para volver sin perderme.
Cuando acabo mi tarea voy rumbo a casa para comentarle a Owen mi gran y aventurera idea.

Mi Mundo Roto |Pausada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora