Te Odio...

Capítulo 06 (segunda parte): Flash Back.

Tomar una decisión y proteger algo es difícil de hacer, incluso si se ha tomado la decisión nadie sabe que viene después.

Entonces que Donghae... ¿Vendrás? ¿Lo recuperaras? – interrogo el señor Lee. –Es tu decisión, el destino de ambos esta en tus manos. Él se encuentra en Paris... ¿Qué harás?

-...-

--FlashBack—

-No eso no es verdad...no –Ella acompaño las palabras con un movimiento negativo con su cabeza-No puede ser verdad –susurro incrédula. Mirando a su hijo, su sangre, su pequeño niño.

¡Esto no podía ser cierto! No podía estar pasando no, a ellos no. Todo era broma ¿verdad? Una muy cruel. Pronto Donghae se defendería, su bebé le diría que nada de lo que había visto era cierto. Que él era normal, que más adelante se casaría con una hermosa mujer y a ellos les haría felices con hermosos nietos.

Esa era la regla de la vida al crecer. Era lo correcto. Lo que la biblia dictaba.

El hombre debe de amar a una mujer, consumar el acto y darle vida a aquella consumación. Con vida...con hijos.

Y Donghae no la rompería. No...él, no. Donghae se casaría y seguiría con el camino correcto de dios.

Su hijo...su Hae ¡Donghae no sería una abominación!

Por eso estaban ellos para ayudarle a aclarar su mente, a ponerlo en el camino correcto. Ellos tenían claro que no permitirían que su hijo fuera un desviado. Harían todo lo posible por quitarle esas ideas tontas y locas de su inocente cabecita. Porque aquel chico lleno de lágrimas frente a ellos no era su dulce Donghae. No, ese chico era un desconocido, algo contagioso. Algo que aborrecer. Ese chico débil frente a ellos era una...una enfermedad.

¡Si, eso! Una maldita enfermedad, como un virus que ha atacado a su pequeño. Un virus cruel y determinado a acabar con la vida de Donghae. Y lastimosamente ese virus tenía nombre y apellido.

¡Lee Hyukjae!

-Claro...claro...claro –la señora Lee comenzó a caminar de un lado a otro, palmeando con la palma de su mano en su frente, de forma frustrada. Hablando palabras difíciles de entender. –Claro...claro... –seguía repitiéndolo. Agitando su cabello castaño con sus manos nerviosas.

Donghae que estaba frente a ellos, de rodillas. Clamando perdón por su crimen.

<<No hemos cometido un crimen>> recrimino su subconsciencia frente a él, de igual forma llena de lagrimas y rostro triste. Mordiéndose los labios. Miro a su madre: con la mirada desesperada y decepcionada, su cuerpo tembloroso. Su padre: apretando los puños, con el entrecejo fruncido y rostro furioso. Y eso le dolió como una patada en el culo. No. ¡Dolió mucho más!