-Muérdago- murmuraron ambos.
Tragaron en seco, no tenían ni idea de qué hacer. Es obvio que la tensión entre ellos se sentía, siempre hubo esa "chispa" entre ambos pero siempre la ignoraron, nunca pensaron en verse involucrados en una situación así. Aparte de que ya habían "superado" el pequeño incidente que pasó entre ellos hace años.
Se vieron entre si un tanto nerviosos. Los ojos grises de Sirius mostraban deseo y a la vez estaban asustados, él pensaba que eso de ver a Niamh de esa manera era incorrecto y estaba mal. Ella es guapa y Sirius lo sabe, pero quiere creer que la atracción que siente ante ella es solamente efecto de que ella sea parte veela y nada más. En cambio Niamh se sentía muy mal con ella misma, se había convencido que demasiado de que nunca tendría que pasar algo con sus amigos, en especial con Sirius, pero la actitud de Black siempre la confundía. Él siempre era muy abierto con ella y no le molestaba, le gustaba que confiará en ella pero no entendía por qué se molestaba cuando el tenía un ligue. Igual se molestaba con James, pero Alice la hizo pensar, le dijo que con James les gritaba a ellas, pero cuando era acerca de Sirius se enojaba con él.
Sus mentes daban mil vueltas sobre el asunto. No querían arruinar la amistad que tenían y últimamente ambos se han estado sintiendo muy raros y diferentes al lado del otro. Pero apenas estaban en cuarto, tenían 15 años, no podían estar pensando en esas cosas.
-¿Qué debemos de hacer?- pregunta Sirius, no quería hacerla sentir mal dándole a entender (de nuevo) que ella no era lo suficiente para él, pero tampoco quería incomodarla.
-No lo sé- responde la pelinegra un tanto asustada- Dicen que las personas que no lo hacen terminan con una maldición, aunque nunca he creído eso- confiesa- Últimamente no sé que creer- murmura por lo bajo.
-¿Quieres hacerlo?- le pregunta el rizado viendo los ojos verde esmeralda de ella, le parecían indescifrables, los había visto una y otra vez y nunca lograba comprender lo que había tras de ellos.
-Yo no... no lo sé- responde nerviosa. Mordió su labio inferior mientras sus mejillas se teñían de un rosa pálido.
Miró a los ojos grises de Sirius. La gente decía que los ojos son las puertas del alma, ella comprendía con exactitud esa frase. Cada cuanto le sucedía, veía cosas de los demás con un simple toque o una simple mirada. Pero nunca le había pasado eso con Sirius, por más que tratara de ver lo que había dentro de él, lo único que lograba ver era su reflejo en la pupila gris tormenta del chico.
Sirius tomó la mano de Niamh, la cual estaba helada. No tenía ni idea de qué iba a hacer, siempre terminando regándola con ella o diciendo alguna estupidez. Pero Niamh le había regresado el apretón, sonrió un poco mientras se acercaban.
-No puedo- la voz de la pelinegra lo sacó de sus pensamientos, la vio confundido, estaba seguro de que ella igual quería- No soy una rompe-relaciones, y aunque no es nada formal aún, tu estás con Victory y yo... simplemente no puedo darle la razón en decirme zorra- su voz temblaba un poco.
Sirius quitó su mano de la de ella con cuidado, sonrió triste mientras bajaba la mirada*. Por más que quisiera entender a Niamh nunca lo haría, ella no le debía nada a Victory más que una gran bofetada. La castaña se dedicaba a hacerle la vida imposible a Niamh y ella simplemente no podía hacer eso para darle la razón.
-Sí, tienes razón- responde luego de un largo silencio. No quería demostrar que le decepcionaba un poco en que no pasará nada- Aparte no quieres que volvamos a lo mismo, ¿cierto?-.
¿Qué si las palabras de Sirius le dolieron? Sí, y mucho, pero no lo iba a demostrar. Ella le había dicho eso, es su problema que sintiera cosas diferentes luego de decírselo. Por lo que asintió lentamente y le dio una leve sonrisa.
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La quinta Merodeadora |S.B|.
Fantasi°°||De vez en cuando las estrella se alinea. Hombre y mujer se encuentran por el gran diseño. ¿Podría ser que tu y yo somo los afortunado?||°°-Lana del Rey Lucky Ones. Niamh Collins tenía una vida en lo que cabe de normal, o eso es lo que ella pensa...