PDV de Isabela.
Unos golpes en la puerta de mi habitación me sacaron de mi sueño. Abrí los ojos mientras suspiraba de una forma cansada. Estaba enredada entre las sábanas de un grueso algodón y varias colchas. Jamás había dormido tan bien en mi vida. Vi como la puerta se abría y del umbral de esta aparecía Jazmin. Tenía el cabello suelo, no como ayer que lo traía amarrado en una cola de caballo. Su cabello era de un castaño cobrizo rubio y sus ojos de miel. Tenía puesta sobre los hombros una bata de color rosa, con la imagen de ‘’Hello Kitty’’ a un lado. Caminó hacía mi de una forma lenta, como si pensara que la echaría hacía afuera. Miré la hora del reloj que estaba en una pequeña cómoda a un lado de la cama: 8:11 am.
Era temprano, pero con el cielo nublado y aún nevando ya de una forma mas lenta, parecía como si aún estuviera de noche. Me senté en la cama mientras sentía como Jazmin se subía al lado desocupado de la cama matrimonial y bostezaba.
—¿Qué sucede, Jazmin?
—Es que… Tuve una pesadilla y quise ir con mi hermano, pero no despierta, como siempre… —hizo una pausa, su voz cansada y apagada—…y luego fui donde mis papás, pero estaban dormidos muy cómodamente y siempre los despierto a esta hora, no quise molestarlos —la pequeña parecía apenada y avergonzada por el echo de que me haya despertado solo a mi, aun que no me importaba demasiado.
Abrió su pequeña boca para continuar, pero yo la interrumpí.
—¿Quieres dormir conmigo hasta que amanezca por completo? —le pregunté.
Asintió, mientras un leve rubor se posaba sobre sus mejillas. Sonreí, era tan inocente. Abrí las colchas y ella se metió dentro de la cama a mi lado. La cubrí como mi madre solía hacerlo conmigo para luego acurrucarme yo. Ella acercó su pequeño cuerpo para abrazarme, de inmediato me tensé un poco. ¿Me golpearía? Me reí yo misma por esa pregunta tan tonta. Era muy pequeña y solo necesitaba compañía.
La abracé también y acomodé mi cabeza en la almohada de plumas para luego cerrar los ojos y dormirme, al igual que Jazmin.
|Sin PDV|
—Eduardo… Despierta cariño.
Eduardo se despertó por los llamados de su madre. Abrió con pereza los ojos para encontrarla a ella con una sonrisa en su rostro. Se sentó en la cama mientras se pasaba las manos por el rostro para intentar saciar el sueño. Se despeinó el pelo y miró a su madre.
—¿Qué sucede, mamá?
—Ven conmigo, cariño. Quiero que veas algo —sonrió. Se levantó y caminó.
Eduardo suspiró, se levantó y caminó atrás de su madre.
Solo dormía con unos pantalones de franela y nada para arriba. Él chico de cabellos dorados acostumbraba a pasearse así por la mañana antes de ducharse y vestirse. Su madre lo esperó frente a la puerta en donde Isabela se quedaría por esa noche. Extrañado, Eduardo caminó hacía ella.
La puerta estaba abierta, lo que dejaba a la vista la habitación por completo. Entraron los dos y Eduardo logró ver a Isabela abrazada de una forma realmente cariñosa con Jazmin, quien también lo hacía con ella. Ambas durmiendo profundamente.
—De seguro que Jazmin tuvo una pesadilla y vino con Isabela. ¿No es tierno? —dijo con una leve y silenciosa risa su madre.
Eduardo se quedó en silencio observando aquella tierna escena, lo que le produjo una sonrisa. Su hermana y Isabela abrazadas durmiendo. Miró la hora de la mesita al lado de la cama matrimonial: 10:49 am.
—Creo que deberíamos despertarlas, ¿no? —preguntó.
—Si, iba a despertar a Isabela y me encontré a Jazmin aquí.
Miró como su madre se acercaba al lado de Jazmin y se sentaba allí. Le acarició el hombro y comenzó a susurrar su nombre hasta que la pequeña de su hermana despertó con pereza. Miró a su madre y se separó de los brazos de Isabela, provocando así que ésta se despertara. Ella se sentó en la cama mientras miraba como la madre de Eduardo cargaba a Jazmin y salía de la habitación, sin antes decir un ‘’Buenos días’’ dirigido a Isabela.
Eduardo se acercó a Isabela y se sentó donde antes había estado acostada su hermana.
—¿Cómo amaneciste? —le preguntó.
—Bien, supongo… —murmuró la castaña.
Ella lo miró y se encogió de hombros, para luego desviar algo avergonzada su mirada.
—No importa que yo haya dormido con… Jazmin, ¿cierto? —Le preguntó a Eduardo.
Él la miró extrañado y confundido. Sacudió la cabeza mientras sonreía.
—No, claro que no, Isabela . ¿Porqué me preguntas eso?
—Uhm… Yo… Curiosidad —mintió la chica. La verdad es que Isabela le había preguntado aquello para saber si –quizás- él la golpearía por haber dormido con su hermana y Eduardo logró ver nuevamente su miedo a través de sus ojos, por más extraño que sonara. Necesitaba aclarar sus dudad.—¿Te puedo preguntar algo, Isabela?
—Uhm… Si, claro.
—¿Porqué Aaron, ayer en el almuerzo, te tocó así? —preguntó.
Detrás de todo, Eduardo sentía un enojo profundo al verla ese día tan indefensa, mientras intentaba alejarse de aquel imbécil de Aaron. Cuando le apretó el moretón de su mejilla, Eduardo había logrado ver como Isabela ponía una mueca de dolor, por lo que él no había sido nada cuidadoso con ella como para deducir que si eran algo. Esperó, expectante, la respuesta de la chica.
—Y-yo… Uhm… Él… —cayó. Bajó la cabeza para así evitar mirarle a la cara.
Eduardo la miró, sin saber que decir o hacer. Necesitaba respuestas, y por alguna razón sentía una extraña necesidad de cuidar a esta chica que, por casualidad, llegó a su casa cuando más lo necesitaba. Agarró con delicadeza el mentón de la chica para así obligarla a mirarle. Sonrió cálidamente mientras negaba con la cabeza.
—No importa, Isabela. Déjame preguntarte algo más fácil, ¿alguien más te hace eso en la escuela?
Lo miró por unos leves segundos antes de volver a desviar la mirada y bajar con sus manos la mano de Eduardo. Algo apenada, asintió débilmente...
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Sálvame
Random''Haría lo que fuera por hacerlo, princesa'' ''Sácame de aquí, haz que se detengan... Haz algo'' ''Lo que sea por ti, nena'' (...) ''Yo sé como puedo salvarte'' ''¿Cómo? Dime, por favor'' ''¿Confías en mi?'' ''Si, confío en ti'' #611 in Romance - 17...