◐SIETE◑

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Cuando sentí sus dientes clavados en la piel tierna de mis muslos, supe que era hora de parar aquello.
-Ha... ¡Harry!
-¿Qué sucede, princesa? -levantó la cabeza, pero mantuvo sus manos en el peligroso borde de mis boxers.
-Déjame, por favor. Mi madre puede llegar en cualquier momento y si me descubre... Me mata.
-Todo está bien. Me aseguré de que Lo tardara más de la cuenta.
-Pero es que yo...
No tenía salidas. No quería que él me tocara, y la única oportunidad era golpearle y salir corriendo.
-¿Es que tu qué?
-No quiero hacer esto ahora. Soy virgen y quiero esperar.
-¿Y crees que mi lengua en tu coño va a arrebatarte eso?
Sus palabras me dejaron nauseabunda.
-No quiero ninguna clase de sexo. Papi, por favor.
Harry entrecerró los ojos cuando dije lo último.
-¿Dices la verdad, Sy?
-Sí, sí. Lo juro... Papi.
-Si vuelves a tratarme mal, no tendré consideraciones contigo, Sy. ¿De acuerdo?
-Mhhm -me faltaba el aire. ¿Podía existir persona más insoportable?
-Dejarás que te acaricie y que te bese cuando quiera, y harás todo lo que yo pida.
-Mhhm -repetí.
Harry dejó fluir una risa jovial.
-¿Ya ves que no es tan difícil, princesa? Ahora ven, levántate y bésame. Puedes hacer eso.
Ordené la falda, me acomodé las calcetas y me pare de puntillas para intentar besarlo.
-No, princesa. Haces mal. No quiero que me beses la boca.
Al descubrir la verdad en sus ojos demoníacos, quise correr de nuevo.
-Harry yo... Te dije que no quería ningún tipo de sexo.
Bufó.
-¿Crees tú que besar a tu papi mancharía tu preciosa virginidad?
-No te voy a hacer sexo oral.
-Dijiste que harías lo que yo quisiera. ¡Ya!
Tomó mis hombros y me tiró al suelo, mientras separaba las piernas y se deshacía del cinturón.
-Esto va a ser bueno, princesa. Tienes que familiarizarte con lo que va a estar dentro de tí. Abre la boca, relaja la garganta y respira por la nariz.
Hice el gesto de negarme y ponerme de pié. Harry me dio una pequeña cachetada en la mejilla y me miró.
-Sé niña buena, Sy. No quieres que me enoje contigo ¿hum?
Miré a su entrepierna, en donde su miembro medio flácido sobresalía. Sentí asco, pero me acerqué, poniendo mis codos en sus rodillas y tomándolo con mis dos manos.
-Saca la lengua y lame la punta lento -ordenó.
Tragué saliva y con la lengua seca recorrí la mitad de su largo.
Se removió un poco y jadeó.
-Eso estuvo muy bien, princesa, pero humedece más tu boca... trágame lo más que puedas.
No creía estar haciendo eso, y estuve al borde de llorar, pero me contuve, ahuequé la garganta y bajé hasta que tocó más allá de mi campanilla.
-¡Ah! Eso es bebé -me tomó el pelo, ciñendo mi cabeza en un solo lugar y comenzó a mover sus caderas hacia arriba.
Respiré por la nariz como él había dicho al principio, pues estaba segura de que vomitar ahora lo enfurecería, y enterré mis dedos en la piel de sus piernas cerrando los ojos.
Mientras gemía más fuerte, un leve temblor recorría su cuerpo. Fue entonces que me separó de él, haciendo mis manos como si estuviera pidiendo limosna, y siguió acariciándose hasta que un chorro blanco y espeso brotó de la punta de su miembro y fue a parar a mis manos.
Me quedé quieta, sin saber qué hacer, y con una sensación extraña en el pecho.
Harry se echó el cabello para atrás y suspiró.
-Vete a lavar las manos, princesa. Por hoy ha sido suficiente.
Por supuesto, corrí a mi habitación y entré al baño. Lloré a más no poder y me acurruqué en mi cama, esperando a que mamá llegara.

△▼△▼△▼

Días después.

-El banco quiere exhumar el cuerpo de tu padre -dijo mamá, mientras comíamos y Harry no estaba.
-No puedes permitir que hagan eso -murmuré.
-¡Claro que no! No soy estúpida. Por eso debo regresar unos días a Manchester, para arreglar las cosas.
Palidecí.
-¿Vas a ir sola?
-Tu tienes escuela. Regresaré en tres días, no creo que mueras -rodó los ojos.
Me serené. Podía pedirle a Gwen que me dejara quedar en su casa hasta entonces.
-Claro -dije y me levanté de la mesa- ¿Cuándo te vas?
Ya imaginaba su respuesta.
-Por la noche, cuando Harry llegue. Espero que seas una niña buena y no des problemas.
Sus palabras me hicieron recordar y mi estómago se revolvió. El sabor de Harry aún estaba en mi boca.

El resto del día me encerré en mi cuarto a escuchar música y leer revistas. Cuando la luna se alzó, las llantas de un auto crujieron en la entrada.
Él había llegado.
Escuché a mi madre mantener una charla breve, luego ambos salieron a montarse al auto y desaparecieron calle arriba.
Yo, sin preveer nada, preparé una mochila con ropa y enceres y salí de la casa para tomar un taxi rumbo a casa de Gwen.
Ni loca me quedaría a solas ¡tres días! con el pervertido ese.

△▼△▼△▼△

Qué pena. Les agradezco la paciencia bebés... no recordaba mi contraseña jiji.
Gracias por sus votos y comentarios. ¡DUPLICAMOS LA META! No puedo creer que ya estemos en 19k leídos. *muero*
Voten y comenten mucho, mucho. ♥
V.G

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⏰ Última actualización: Jul 28, 2016 ⏰

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