◐DOS◐

10.9K 323 21
                                    

๑๑๑

El camino en auto duró más de una hora, en la cual solo nos detuvimos una vez para comprar gasolina.

Holmes Chapel nos recibió con un mediodía ventoso y frío, y eso me alegró. Al menos no tendría que acostumbrarme al clima, pues era el mismo que el de Manchester.

La casa del señor Styles era grande, poco más que la mía, y de estilo victoriano, igual que la mansión que solíamos tener en Liverpool.

–Sylvanne, recoge tu maleta –ordenó mi madre segundos antes de bajar del auto.

El señor Styles se había bajado primero para abrir la puerta de la casa.

Yo hice lo que mamá me ordenó y saqué el equipaje de la cajuela. Caminé a pasos torpes hacia la entrada, esto en parte debido al peso que estaba sosteniendo y en parte al nerviosismo acumulado.

Juro que todo lo que quería en aquel momento era encerrarme en cualquiera que fuera mi habitación y no salir por el próximo par de años.

–Deja que te ayude con eso –Styles me sonrió cuando dejé las maletas en su poder. –Buena chica. Las princesas como tú no deben hacer trabajos pesados.

Fruncí el ceño. Aquello no me había gustado.

–Yo no soy una princesa –farfullé antes de pasar de largo.

Mamá estaba en el medio de la sala, admirando la decoración que, en el mejor de los casos, podría decirse que era "vintage". A mí me desagradó.

Ella volteó a verme y, cuando no vio las maletas en mis manos, negó con la cabeza, furiosa.

La puerta se cerró a mis espaldas. El silencio fue sepulcral, hasta que mamá decidió romper con eso.

–¡Harry, tu casa es preciosa! –observó– ¿Tú la decoraste?

–No, la compré en un remate bancario y así ya estaba. Me agrada, por eso la he dejado así.

Mi madre asintió y se estrujó las manos, se sentó en el sofá.

–Vengan –dijo él entonces. –Les mostraré sus habitaciones. Deben de estar muy cansadas y querrán instalarse.

¡Sí! Eso era lo que yo había tenido en mente durante un largo rato.

.

Mi recámara era azul y blanco. Una cama doble, un baño, y un tocador de madera completaban el cuadro.

El señor Styles me miró raro aquél día, después del "incidente" en la entrada. Yo esquivé su mirada con éxito y traté de manetenerme lo más tranquila posible, pero me resultó difícil y no supe por qué.

En aquel momento, la idea de ver al señor Styles como algo más que como al hombre que nos había salvado a mi madre y a mí de la calle no cruzaba mi mente, pero eso cambiaría con el paso de los días...

Una semana después de la llegada de mi madre y mía a Holmes Chapel, empecé a ir a la escuela que se encontraba a quince minutos de la casa. Hacer amigos fue difícil y, durante más de un mes, no hablé con nadie en el colegio.

Mi madre había pactado con el señor Styles que él la dejaría hacer los quehaceres de la casa a modo de agradecimiento por su amable gesto.

Yo seguía vistiéndome de colores oscuros, pero cada vez el dolor por la muerte de mi padre era más soportable, hasta que aprendí a llevarlo dentro de mí como cualquier otra emoción.

You Are Mine. H.S (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora