NATASHA ROMANOFF
─Vamos, ve a probarte estos vestidos. Sal cuando ya estés lista, ¿Okay?─ Pepper me entregó varios vestidos mientras ella sacaba su celular y empezaba a escribir en el. Yo asentí y me metí al probador.
Eran tres vestidos. Uno era color blanco con brillos dorados en todo este. Tenía un cinturón dorado también. Estaba bonito. Otro era beige y era pegado, no como el otro que era suelto. Y el último era blanco con un escote en la espalda. No tenía brillos ni nada, así como yo me había imaginado que mi vestido sería cuando me casara.
Opté por probarme los últimos dos vestidos. Primero el beige. Este se apegaba a mis curvas. Me gustaba. Salí a que Pepper me viera.
Ella estaba en el celular sentada en un sillón que tenían ahí. ─¿Cómo me veo, Peps?─ Le pregunte y ella volteo a verme rápidamente. Sonrío ampliamente. ─Te ves hermosa.─ Dijo mientras se paraba y venía a mi. ─Steve es muy afortunado.─ Comentó. Yo sonreí. ─Me gusta, pero no tanto.─ Le dije y ella asintió.
─Me probaré los demás.─ Le dije mientras ella asentía una vez más y regresaba a su asiento. Regrese al probador y me mire al espejo una vez más.
El vestido era hermoso. Sin duda. Sin embargo, no me sentía cómoda. Escuche que el celular de Pepper sonó y ella contestó. Decidí ignorar los sonidos de afuera para concentrarme en mi. Me quite el vestido delicadamente para probarme el otro.
Este era el blanco, es precioso. Al cerrar el cierre del vestido voltee a verme al espejo. Este es el vestido que quiero. Parecía una princesa. Sonreí. Salí rápidamente del probador. ─¡Este es el indicado Pepper!─ Exclamé feliz. Ella volteo a verme. Tenía sus ojos rojos y lágrimas en sus mejillas. ─Steve.. está en el hospital. Steve esta grave.─ Dijo entrecortada mente.
Deje de sonreír y empece a negar. ─No, no, Pepper no.─ Sentí que mis ojos se llenaban de lagrimas. ─¿En dónde está? ¡En donde esta!─ Grité desesperada. Los empleados llegaron a a donde estábamos rápidamente. ─En el hospital, en en Gilmore's Hospital.─ Pepper dijo mientras buscaba algo en su bolsa. Corrí a la salida y escuche como me decían que no me podía ir sin pagar.
¿Acaso no entendían? ¡Mi comprometido estaba en el hospital! ¡Mi Steve estaba grave! Pepper me tomo de la mano y me llevo al auto. Happy estaba ahí. ─¿Qué está pasando?─ Preguntó este al vernos llorando. ─¡Conduce! ¡Llévame al hospital Gilmore!─ Pepper le ordenó.
Yo estaba ida. No me podía concentrar. Lo único en lo que pensaba era en Steve. En todos los momentos que vivimos. En los besos y abrazos que nos dábamos. En el amor que nos teníamos. ─¿Qué le pasó?─ Happy preguntaba. Pepper sollozaba y yo estaba llorando en silencio.
No me podía expresar. Quería gritar, saltar, llorar; quería morirme. ─Le dispararon.─ Pepper contestó con la voz entre cortada. Le dispararon, entonces tiene probabilidades de no morir, ¿cierto? Si, él estará bien. ─Estará bien.─ Susurre para mí más de tres veces.
Al llegar salí rápidamente con Pepper atrás de mi. Las dos corríamos atrayendo la atención de todos. Había demasiada gente afuera del hospital todos murmurando el nombre de Steve.
Happy me tomo del brazo y nos llevó a la entrada trasera. Pepper venía con nosotros. Mi maquillaje ya estaba corrido de seguro, mi peinado estaba hecho un asco. Unas enfermeras nos vieron y reconocieron a Pepper. Nos dirigieron a la sala de urgencias.
No había nadie en el hospital más que nosotros y algunos pacientes. Sentí como mis manos sudaban y mi corazón latía fuertemente. Creí que saldría de mi pecho. Me mordí el labio y pude ver a Clint con Wanda. Me acerqué a donde estaban. Steve estaba en la habitación en frente de nosotros. Al verme, corrieron hacia mi. ─¿Qué es lo que pasó?─ Pregunté entrecortadamente. Clint me abrazo, pero yo me quite rápidamente. ─Responde.─ Ordene tratando de no explotar.
