Las horas de sueño que he perdido por culpa de los nervios me están pasando factura y me estoy dormitando en el avión. Pero no me puedo dormir del todo por culpa de los nervios. Tengo una gran lucha interna. Nos queda una media hora para aterrizar y estar por primera vez en Washington.
He acabado el curso con una media de notable y mis padres me dejaron hacer este viaje. Me he tenido que venir sola porque Paula tenía un viaje por Europa que sus padres pagaron hace tiempo, pero en un mes vendrá conmigo.
Este último mes ha sido bastante estresante y angustioso por los exámenes y motivador al mismo tiempo porque sabía que iba a volver a verle. Niall y yo hemos estado en contacto todo este mes con mensajes, llamadas y Skype, pero no es lo mismo que tenerle cerca. Estoy muy nerviosa porque en una hora lo podré volver a ver.
Miro el reloj y quedan 15 minutos para aterrizar así que decido ir al baño. Hago mis necesidades, me lavo las manos y me peino como puedo con la mano ya que, ir medio durmiendo me ha despeinado. Salgo del baño y me dispongo a ir a mi asiento:
- Siéntese y póngase el cinturón, señorita.-me giro y veo a una azafata- En 2 minutos aterrizamos.- me sonríe.
Hago exactamente lo que me dice la azafata y meto las cosas que había dejado en la mesita del avión. El avión aterriza sin problemas y nos informan de que podemos bajar del avión y recoger el equipaje. Me quito el cinturón y me pongo en marcha.
Cojo el equipaje y entro al aeropuerto. Hay gente esperando a los familiares o amigos que iban en el vuelo. Levanto la cabeza y veo a un hombre musculoso vestido todo de negro y con un auricular que no para de mirar a todos lados. No sé de qué pero ese hombre me suena bastante pero no acabo de saber de dónde. Cierro los ojos y pienso pero nada, así que continúo con mi camino.
Me quedo mirando a la gente que espera a sus familiares, amigos o conocidos y hay algunos que están muy emocionados, supongo que no se verán desde hace mucho. Un poco apartado de la gente hay un chico con una gorra verde que le tapa casi toda la cara y espera… ¿en ese cartel pone mi nombre? ¡Maldita sea! Por qué no me habré puesto las gafas… Decido acercarme un poco y entonces veo que el chico deja el cartel en el suelo. Cuando se levanta y veo que lleva la sudadera de “oklahama city” verde oscura sé que es él.
Me acerco hasta él, suelo la maleta sin esperar a dejarla bien plantada, por lo que se cae al suelo, y le doy el abrazo más cariñoso y fuerte que no le he dado nunca a nadie y que tanto necesitaba dárselo a él. Él me responde exactamente igual a mi abrazo y me dice al oído:
- Te he echado de menos, pequeña.
- Y yo. Mucho, además.-estoy a punto de llorar de la emoción- Gracias por venir a recogerme. Y por ponerte mi sudadera favorita.- me rio.
- Lo que haga falta por ti. Venga, vámonos al hotel.-nos separamos del abrazo y recojo mi maleta.
Niall me coge de la mano y salimos por la puerta. Noto una presencia que nos sigue y veo que es el hombre vestido de negro que había visto antes. Claro, ahora ya sé de qué me sonaba. Tendría que haberme dado cuenta.
Nos metemos en el coche y vamos dirección al hotel. Obviamente al que se quedan los chicos porque van de un lado para el otro. Aunque dentro de una semana tendrán vacaciones todo lo que queda de verano.
- ¿Qué tal ha ido el vuelo?.-me pregunta Niall.
- Bien, iba un poco sola pero todo bien.-lo miro y me quedo hipnotizada en su mirada. Esos ojos azules que tanto echaba de menos. Necesitaba tenerle cerca.
- ¿Cuándo viene Paula?
- En un mes. Tiene un tour de esos que hacen para viajar por toda Europa.
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Dreams come true.
Teen FictionUn día te despiertas y no tienes razón aparente por la que vivir, te miras al espejo y te ves fea, gorda, unos pelos que no puedes controlar, demasiado pálida... Sin embargo, te levantas al día siguiente y te ves con energía, te sientes viva, te gus...