Dark Lustfulness {HunHan}

Problemas

Su ceño se acentúa cuando ve a Gain acostada en su cama, con las piernas recargadas en la pared. Parece estar durmiendo pues tiene los ojos cerrados y su respiración es calmada, pero LuHan la conoce demasiado bien y sabe que no está ni cerca de estar dormida. Tomando una de las cortas playeras de Gain, se la lanza a la cara con fuerza.

— ¿Cuándo va a llegar el momento en que me escuches?

Gain abre los ojos pero no voltea a ver a LuHan, mira el blanco techo con una sonrisa traviesa, quitando con lentitud la playera de su cara.

—Cuando seas mayor que yo.

LuHan sabe que es inútil pelear con su hermana pero él prometió cuidarla, incluso si ella era mayor. Gain gira la cabeza para verlo y por unos segundos, su sonrisa burlona desaparece, su hermano parece estar pensando en algunas cosas importantes.

No es como si fuera bueno molestar a alguien que parece pensativo pero... ellos son Demonios, ¿qué significado tiene la palabra bueno para ellos? Suspirando, LuHan se sienta en la esquina de la cama de Gain, sus labios aun sienten el cosquilleo del beso. Y se siente enojado, porque quiere más.

Es extraño que él se sienta de esa manera, durante el tiempo que conocía a SeHun, se había limitado a ignorarlo. Claro que habían tenido sus choces, siempre había alguien que los estuviera comparando. Y así fue como la rivalidad empezó y sus actitudes chocaban demasiado, SeHun era alguien creído y arrogante. LuHan... él simplemente odia cualquier tipo de actitud.

— ¿Qué es esta vez, LuHan? —Gain pregunta, viendo con atención las expresiones de su hermano.

—Nada que te importe.

LuHan se levanta de la cama y sale del cuarto de su hermana, no está de humor para hablar sobre sus difíciles sensaciones.

+

SeHun mira con atención a la chica que está enfrente de él. Su lengua pasa por su labio superior de manera lenta, la chica frente a él mueve sus caderas sensualmente. Es lo único que SeHun disfruta del mundo de los vivos, ese tipo de chicas en ese tipo de lugares. Él realmente no sabía cómo es que había llegado ahí. Y aunque le habían prohibido bajar a la tierra, él deseaba tener algo con que distraerse.

Al poco tiempo, ambos se encuentran en algún cuarto donde aquella mujer ha arrastrado a SeHun. No sabe donde están y poco le interesa, lo único que le interesa es en aliviar el dolor que le provoca su erección. No tiene delicadeza cuando tiene relaciones sexuales y está no es la excepción. Toma el cuello de la chica y se entierra en ella en una sola estocada.

No importa si la lástima, ¿qué importa cuando está más abierta que las puertas del infierno? Mientras la embiste, abre la boca dejando escapar varios gruñidos, su frente empieza a mojarse por una fina capa de sudor. Su cuerpo está ahí, pero su mente empieza a viajar.

Porque cuando abre los ojos y fija su mirada en el cuerpo que embiste con fuerza y sin delicadeza, gime fuertemente al ver a LuHan. Ya no es más la chica con la que ha entrado al cuarto, ahora es LuHan. Y muerde con desesperación su labio cuando siente el ya conocido cosquilleo en su vientre bajo.

El agarre que tiene sobre el cuello del cuerpo que ahora está inmóvil, se intensifica. SeHun saca su pene y deja que su semen manche el abdomen de la chica.

—LuHan.

Gime con fuerza y pone los ojos en blanco, sacude la cabeza y parpadea varias veces. Es entonces que se da cuenta que no es LuHan con el que tuvo sexo, se da cuenta que se ha pasado con aquella mujer y que ahora, posiblemente, este inconsciente. Frunciendo el ceño, se aleja del cuerpo inerte y empieza a vestirse con cierta molestia. Su mente está jugando sucio y eso le enoja, parece que no tiene control sobre su mente y no es divertido.