Capitulo 6

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Estuvieron largo rato viéndose, ninguno de los dos hablaba. Era extraño y comenzaba a ser incómodo para ambos.

–Que coincidencia ¿no? –habló Jorge.

–¡Si, vaya coincidencia!

–¿Tienes mucha hambre o quieres algo ligero?

–Pues, algo ligero.

–Bien, conozco un lugar cerca, podemos ir caminando.

–Si vamos.

Caminaron alrededor de 10 minutos y llegaron al restaurante, se sentaron en la parte de la terraza y pidieron algo de tomar.

–Me cayó bien tu amiga —dijo Jorge.

–Si, por tu culpa la deje sola.

–No, ella como es buena persona, se quiso ir para que tu y yo pudiéramos salir a tomar algo.

–Es lo mismo. Oye con todo respeto, tu amiga me cayó mal.

–¿Adriana?

–Bueno Adriana me cayó mal.

–Jorge río.– Ni si quiera la conoces y ya te cae mal.

–Si, la verdad es que si.

–Bueno, pero ¿y tu? Se nota que le gustas a tu amigo.

–¿A quien, a ti? Si ya sabia.

–No la verdad no, a mi no. Y aparte no sabía qué tan rápido me considerarías tu amigo.

–No, solo te estaba molestando. Pero, entonces, ¿nunca te gustaría?

–No. Aparte no me digas que no te gusta tu "amigo" Dante.

–¿De que hablas?

–De que lo vez y se te ilumina la mirada –dijo con una sonrisa y a al vez trataba de hacerla enojar.

–Estas muy equivocado, yo solo lo veo como mi amigo.

–Yo sé lo que digo, aparte no descarto la idea de que tu también les gustes.

Silvia río y negó con la cabeza. –Si que estas mal... –Jorge rió.– Bueno ya me voy, –se pudo de pie y tomó su bolso– Tengo cosas que hacer, gracias por el café.

–No, espera déjame llevarte –imito la acción de ella.

–No, yo traigo mi carro, gracias. Nos vemos luego.

–¿Entonces va a haber una próxima vez? –dijo con una sonrisa.

–No lo se Jorge, nos vemos.

–Oye de verdad, lo siento por haberte tratado mal en el aeropuerto.

–No, la verdad no se como acepte venir aquí contigo.

Salió del restaurante. Jorge dejó varios billetes en la mesa y salió de tras de ella. Salieron y se percataron de que estaba lloviendo.

–Espera, esta lloviendo muy fuerte –apenas se alcanzó a escuchar la voz de Jorge, por lo fuerte que estaba lloviendo– ¿Segura que no quieres que te lleve?

–Si, no te preocupes.

–¿Donde esta tu carro?

El Fuego de Nuestro AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora