VIKTOR

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*Narrador*

Romina aprovechó el momento en el que Rubén fue hacia su habitación para poder salir de ahí, no quería involucrarlo en sus problemas, ¿como iba a decirle que la persona que habían visto fuera de su casa no era su padre si no su "esposo" y que si la miraba con alguien más seria capaz hasta de matarlo, ella no podía permitirlo, Rubén es alguien con quien ella se siente bien, tranquila y feliz, hace mucho que no se sentía así con alguien, no iba a perder a ese amigo por la vida que llevaba.

Ella salió del departamento de Rubén, bajo a toda prisa las escaleras, abrió la puerta del pequeño salón principal y cuando salía choco con alguien que iba entrando.

-lo lamento mucho, es que tengo algo de prisa y no he visto bien antes de salir.-se disculpó con el chico al que había tumbado, el cual estaba aun sentado en el suelo viéndola.

-no hay problema, se ve que vas a prisa.- respondió el chico dedicándole una cálida sonrisa a Romina, ella le regreso la sonrisa y le tendió la mano para que se levantara, la cual el chico aceptó.- mucho gusto mi nombre es Alejandro, pero puedes llamarme Alex si te gusta más.

-Igualmente mi nombre es Romina, ahora discúlpame enserio pero, llevo mucha prisa, ¿te veré después vale?.- dijo apresurada, debía salir de ahí antes de que Rubén llegara y se lo impidiera.

-pero dame al menos tu celular para quedar algún día.- replicó Alex sacando su teléfono y viendo a Romina con unos ojos enormes y brillantes como de perrito bajo la lluvia.

-está bien.- contestó Romina y tomo el celular de Alex anotando su número y guardándolo.- me gustara verte cualquier otro día, ahora en verdad tengo que irme, disculpa.- continuó y salió corriendo hacia su casa.

Faltaban pocos metros para que Romina estuviera en casa, y venia deseando que el auto de Viktor ya no estuviera, pero desgraciadamente al llegar se dio cuenta de que el seguía ahí, sacó sus llaves y antes de abrir la puerta dio un gran suspiro. Al entrar estaba Viktor en el salón cruzado de brazos viéndola fijamente.

-¿Donde estabas?.- fue lo único que el dijo, su voz era gruesa y muy ronca, tenia el ceño fruncido y no apartaba la vista de Romina. Ella no decía nada, estaba parada ahí inmóvil.- te he preguntado ¡¿Que donde estabas?!.-grito Viktor dando un golpe a la mesa de centro, esto hizo que Romina se estremeciera, pero aun así no dijo nada.- ¡¿que acaso estas sorda estupida?! Pues si no piensas responderme por las buenas, tendré que sacarte las putas palabras a golpes.- exclamo aun mas enojado Viktor mientras se acercaba a Romina quien aun no se movía.

-muévete Romina, si no te mueves va a matarte.- se decía A si misma, pero le era imposible moverse estaba petrificada del miedo, solo sintió un fuerte golpe en la mejilla que hizo que cayera al suelo, Viktor la había cacheteado, cuando se encontraba en el suelo volteo hacia Viktor quien de acercaba peligrosamente hacia ella con una botella de cerveza en la mano, los ojos de Romina comenzaron a aguarse, tenia miedo de morir en ese momento, de morir a manos de Viktor, sintió un fuerte dolor en las costillas, era Viktor que la había golpeado con la botella en el costado, dolía, dolía muchísimo, la botella estaba llena.

-¿Ya hablaras perra o quieres que te mate?.- decía Viktor mientras seguía golpeándola con la botella, paso de su costado a sus piernas, brazos, recorrió todo su cuerpo, Romina solo lloraba y gemía de dolor.

-¡Déjame!.- por fin pudo salir una palabra de su boca, al escucharla Viktor se detuvo, dejo la botella en el suelo a un lado de él y tomó a Romina por el cabello, haciendo que lo mirara.

-¿Que has dicho?.- preguntó Viktor lleno de coraje, pero de nuevo Romina no dijo ni una sola palabra, Viktor comenzó a reír mejor dicho, se burlaba de ella y del miedo que le tenia.- lo preguntaré de nuevo, si respondes considerare el no terminar con tu patética vida de una vez, ¿ Donde estabas? ¡¿Donde?!.

-So-solo estaba e-en el parque.- dijo Romina con dificultad haciendo una pausa, estaba casi a punto del desmayo, tenia múltiples golpes en el cuerpo, no soportaba el dolor.- f-fui a leer un p-poco.

Viktor comenzó a sonreír cálidamente y a acariciar el cabello de Romina, se acerco a ella y la beso, a ella le parecía una persona asquerosa, pero debía corresponder el beso, era su esposo a fin de cuentas.

-Lo vez amor, tan difícil era decirme la verdad.- exclamó Viktor mientras seguía acariciando su cabello, repentinamente volvió a jalarlo y a obligarla a verle a los ojos.- Porque, es la verdad ¿cierto?.

Romina solo asintió mientras por sus mejillas rodaban unas cuantas lagrimas, Viktor tomó la botella de cerveza de nuevo, y la acercó a la cara de Romina.

-eso espero corazón, no me gustaría tener que usarla de nuevo, y terminar, lo que empecé hoy.- soltó el cabello de Romina y se puso de pie, la cabeza de ella cayó al suelo noqueandola.- Bueno me voy, te veré la próxima semana cariño, espero y te encuentres mejor para entonces.- dijo Viktor mientras dejaba un fajo de billetes en la mesa de centro y salía de la casa, subió a su auto y se fue.

Amor, sangre y otras torturas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora