Y asi nos conocimos

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Eran las cuatro de la tarde, entre las grandes avenidas de Barcelona, iba una chica caminando lento, con su cara metida en un libro, la chica comenzó a avanzar sin rumbo hasta llegar a una plaza en la cual buscó una de las bancas que estaban más metidas en el parque, se sentó, dejó su bolsa a un lado y estiró sus piernas a lo largo de la banca y continuó su lectura sin siquiera despegar uno de sus ojos de las páginas que leía, un sonido interrumpió su lectura, eres un móvil que estaba sonando.

* llamada telefónica*

-diga, ¿quién habla?.-Preguntó Romina en voz baja, no le gustaba que las demás personas escucharon sus conversaciones por teléfono.

-vale!, Me dirás que ahora no te acuerdas de mí, o es que ya no reconoces la voz de un viejo amigo.-dijo una voz masculina al otro lado del teléfono, la voz no era ni muy profunda ni muy suave pero para ella era extrañamente familiar, sus dudas acerca de si conocía o no la voz del otro lado se desvaneció por completo cuando escucho una carcajada, eso la hizo pensar.- " yo realmente conozco esa risa ".

-¡pero Damián que sorpresa!, claro que reconozco tu voz, eso lo que, me toma por sorpresa que me llames, pensé que seguías de viaje por México.-Dijo Romina alzando un poco su voz, hacia mucho tiempo que no miraba Damián y la simple idea de volver hacerlo la ponía muy contenta, siempre había dicho que Damián era lo único que valía la pena en su vida.

-Si me he dado cuenta que te alegra escucharme, te alegrarás más cuando sepas que en dos días regreso para Barcelona, de hecho es la razón por la que estaba llamándote.-exclamó Damián con una risa algo nerviosa.

-¿es en serio que regresas?, no sabes lo emocionada que me pone saber eso, pero dime qué es lo que necesitas.- Romina no pudo evitar enderezarse de como estaba, bajando sus pies de la banca, estaba muy emocionada de volver a ver a la única persona que quería en todo el mundo.

-si mira, lo que pasa es que es un poco apresurado lo de Barcelona, eso significa que como sabrás no tengo donde quedarme, desde lo que pasó la última vez, mis padres ni de broma quieren que me quede con ellos, así que estaba pensando que tú serías la mejor amiga de todo el mundo si me dejas quedarme en tu casa, no digo que definitivamente quizá una semana máximo dos meses, en lo que consigo algo para alquilar, ¿ qué dices?.- dijo Damián tan apresuradamente que Romina apenas y pudo comprender lo que decía, ella no pudo evitar soltar una pequeña risa le hacía mucha gracia escuchar a Damián nervioso.-¿Estás riéndote de mí?.-replico Damián su voz sonaba en una combinación entre molesto y divertido, lo cual divirtió más a Romina.

-no no claro que no.-Dijo Romina entre risas.-Sabes que yo encantada de que te quedes conmigo, sólo dime exactamente cuando llegas para preparar todo.

-claro, mi vuelo sale mañana por la mañana así que creo que si todo va bien estaría allá el sábado creo (nótese que realmente no tengo idea de cuánto se hace de México a Barcelona).

Después de eso un silencio invadió la conversación, ella se quedó viendo el suelo pensando que era lo que iba decir, después de casi cinco minutos por fin se rompió el silencio.

-Yyyyy....-dijeron ambos al unísono.-no pudieron evitar reír ante esto que acaba de pasar.-Vale vale habla tu primero.-Dijo Damián cediéndole el lugar a Romina para que hablase.

-está bien...sabes me hace muy feliz saber que te volveré a ver, te extraño mucho, tú volvías mis dias más amenos y contigo mi vida era un poco menos mala, desde que te fuiste yo...

*fin de la llamada telefónica*

Romina no pudo terminar esa frase, Damián había colgado el teléfono, eso hizo que ella sintiera coraje y lanzó su celular por los aires. A lo lejos sólo se escuchó un quejido y un chico acercándose con el celular en una mano y con la otra sobándose la cabeza.

-oye esto es tuyo?.-preguntó el chico dándole el celular a Romina

-yo lo lamento mucho, no fue mi intención golpearte lo que pasa es que, bueno, no tiene importancia disculpame.-Dijo tomando el celular y agachando la cabeza.

- no te preocupes, sólo que no pienso que lanzar celulares a la cabeza de las personas sea la mejor manera de llamar su atención, si querías tener una cita conmigo sólo me hubieras gritado, creo que hubiera sido más rápido y menos doloroso.-Dijo el chico en un tono gracioso mientras que seguia sobando su cabeza, Romina no pudo evitar reír, el chico era muy gracioso y debo admitir que no era nada feo, era alto, mucho más alto que ella su cabello estaba despeinado , por la luz del sol se miraba un café muy muy claro, su piel era blanca aunque por su risa se miraba un tono rosado, y tenía los ojos más hermosos que Romina podía haber visto jamás, no podían siquiera compararse con los de Damián estos los superaban 1000 veces más, su color entre verde y un café muy claro quizá miel, vaya no importa mucho el color eran hermosos.

Amor, sangre y otras torturas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora