Capitulo 23. Eternamente.

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Ya eran las siete y media, la prueba ya había pasado, hora y media antes de que el concierto diera inicio. Carmen se la paso reclamándome.

Mientras estábamos formadas a fuera para entrar, vi varios posters e imágenes del grupo. Sentí que mi corazón latió muy rápido, con razón su rostro, su nombre y su apellido se me hacían tan conocidos, él era integrante de ese grupo... en mi defensa, soy la persona más distraída de este mundo.


- ¡Es Freddy!

- ¿Dónde? -Carmen no preguntó, gritó y comenzó a buscar a su al rededor-

- Ah, no es que vi los posters de allá y ubiqué a Freddy, es del único que me acuerdo.

- Sí, es muy guapo. Ya muero por abrazarlos. Los habría visto ya si no fuera por cierta personita.

- Ya te dije que lo siento.


Pocos segundos después empezó a avanzar la fila para entrar, Carmen estaba emocionadísima. La persona que se encontraba en la entrada, al ver el boleto que Carmen le dio y después de checarlo, nos detuvo.


- ¿Qué paso? -Preguntó Carmen preocupada- ¿Por qué no nos deja entrar?

- Sus boletos son falsos.

- ¿Qué? ¿Cómo cree? -Enseguida Carmen ya estaba exaltada-

- Sí, son falsos. No puedo dejarlas pasar.

- Pero no son falsos, no puede ser.

- Carmen. -La aparté de la entrada y salimos hacia donde estaban vendiendo posters- ¿Quién te los dio? Creí que los habías comprado por internet.

- No, bueno sí al principio. Pero no eran VIP y yo quería VIP así que intenté conseguir con alguien y estos me los vendió una chava.

- ¿Y aún tienes los otros? porque sí nos da tiempo de ir a tu casa, los tomes y regresar rápido, llegaríamos justo a las nueve.

- No, se los di a la chava y la diferencia en efectivo.

- Ay Carmen, te hicieron tonta. ¿Ahora? -Me le quedé viendo, su expresión me hizo sentir mal- Ya vámonos, en mi casa comeremos palomitas, pediremos pizza y vemos una película.

- Yo quería ver a mis chicos en su primer concierto, los quería ver triunfar. Me siento fatal. -Vi como sus ojos se empezaron a hacer cristalinos-

- ¿Hay un cajero por aquí?

- No lo sé, pero aquí atrás hay una plaza.

- Corre, vamos.


Yo llevaba la tarjeta donde mis papás me depositaban dinero, sacaría un poco para comprar unos boletos para las dos. Quería mucho a mi amiga y se veía tan triste que me sentía fatal con el simple hecho de verla así. Para nuestra suerte sí había un cajero de la compañía de mi tarjeta, después de sacar lo suficiente corrimos al teatro y buscamos revendedores, sólo deseaba que no la estafaran, o bueno a mí, de nuevo. Encontramos uno que nos vendió boletos en sección B, justo después de comprarlos fuimos con el de seguridad y para nuestra suerte no nos reconoció, nos dejó pasar y Carmen estaba de lo más emocionada de nuevo.

Después de media hora de haber entrado, el concierto dio inicio. Aunque nunca los había escuchado bien, intentaba divertirme al igual que Carmen y actuaba como cualquier otra fan. Las letras de algunas canciones eran lindas y también cantaron algunas que mi mamá solía poner cuando yo era más pequeña, después de todo me estaba divirtiendo.

Mi Mejor Casualidad «FREDDY LEYVA»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora