Capítulo 15.

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—Hola Pey.

Peyton se paralizó ante la sorpresa de oírla. Oculta tras la puerta de metal de su taquilla, cerró los ojos y neutralizó su semblante.

—Hola —contestó finalmente, cerrando su casillero.

Sharon apareció frente a ella, y Peyton enmudeció por completo al ver el asesinato que ella había cometido con su cabello. De llevarlo largo como el suyo, ondulado y color chocolate, ahora lo tenía sumamente corto y rubio. Rapado a los lados, casi al ras; con la línea de costado, de izquiera a derecha. Mayormente arrojado hacia la derecha. Tenía un estilo punk, pero sabía que no lo era. Sus ojos azules permanecían sin maquillaje, ni siquiera una máscara de pestañas. Eso le agradó. Su cabello le daba un aspecto de tener veinte años cuando solo tenía diecisiete.

De imaginarla maquillada... no quería ni pensarlo.

La miró anonada.

—Pero, que...

Sharon sonrió a medias.

—Me corte el cabello —dijo, pasando los dedos por entre los mechones rubios que le caían sobre su frente—. ¿Te agrada? Creo que fue un gran cambio.

—De eso no cabe duda —coincidió Peyton—. Otro gran cambio.

Sharon dejó de sonreír.

—¿Crees que podamos hablar?

—¿No estamos hablando ahora?

La chica, ahora rubia, suspiró, aflojando su agarre alrededor de la correa de su bolso.

—Me refieron a hablar. Las dos. En privado.

—¿De qué quieres hablar, Sharon? No tengo tiempo, y quede en encontrarme con Sophie en la cafetería y perderé lo que me queda del receso.

—Estas molesta conmigo —musitó, mirándola con sus suaves ojos azules.

Peyton pareció volver de su momentáneo estado de shock, y cambió su semblante a uno serio, recordando cómo estaban las cosas entre ellas realmente.

—¿Debería estarlo? —soltó entonces, un tanto irónica.

—Oh vamos, sabes que odio ese juego de palabras —Sharon rodó los ojos— Sé lo que paso con Ashton. Tú y él pelearon, y sé o siento, que nosotras estamos iguales. Y antes de que me mandes al diablo como lo has hecho con él, prefiero que hables conmigo. Que hablemos —repitió— Te extraño. Demasiado. Y sé que tú también. Vamos Pey, eres mi mejor amiga...

—¿Lo soy aun?

—Claro que si —insistió—. ¿Por qué piensas que no?

Peyton le dio una mirada obvia.

—¿Enserio tengo que decírtelo?

Sharon la miró, la miró y la miró, luego negó con el entrecejo fruncido.

—Mira, no sé cómo te has enterado de lo de Ashton. No sé si te lo conto él o que, lo cual dudo por la relación que siempre llevaron entre ustedes. Pero, lo único que te diré, es que si nosotros o nosotras estamos como estamos, no es exactamente por cosa mía y lo sabes.

—¿Por qué te molesta tanto que tengamos otros amigos? —preguntó Sharon de pronto.

De todas las cosas estúpidas que podría haber dicho en ese momento, Sharon eligió la más idiota y con la que había terminado de colmar su paciencia.

—¿Sabes qué? —dijo Peyton, frunciendo el ceño—. No te contestare como lo hice con Ashton, pero por tu bien y por el de la poca relación que queda entre nosotras —Sharon abrió sus ojos con estupor, y, antes de que reaccionara para hablar, Peyton la cortó—. Tengo hambre e iré a almorzar con Sophie, quien, al parecer, tiene más neuronas que ustedes dos juntos y es la única que no se dejo comprar por una cara bonita o siquiera me cambio por alguien más. Así que, si me disculpas, me esperan en la cafetería. Que tengas un buen día.

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⏰ Última actualización: Feb 29, 2016 ⏰

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