Capítulo 3

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Abriendo los ojos

-¡Es el momento, soltad a las tropas! –Una voz femenina se escucha al otro lado de la puerta.

-Pero capitana, aún no hemos llegado al punto de ruta establecido. –Refuta el piloto.

-Es una orden soldado.

Ocurre una leve pausa en la conversación.

-¡Si Señora!, copiloto avisad a los demás transportes.

-Aquí líder alfa a escuadrón alfa, procedemos a soltar la carga, repito, procedemos a soltar la carga, coordenadas 22 – 75.

Las caras de mis compañeros resaltan los nervios que en estos momentos nos invade, el pulso se acelera cuando los seguros son liberados, algunos quedan paralizados en sus asientos sin hacer nada más que mirar a un punto fijo, solo los despierta del trance la alarma que indica la próxima apertura de la compuerta, se abre la puerta de la cabina y una figura femenina aparece tras esta.

-Muy bien señoritas, debido al mal clima haremos escala en este lugar, su viaje continuara por tierra, el objetivo sigue siendo el mismo, gracias por volar con nosotros.

-¡Capitana, le han dado a uno de los transportes!

-¡Descended de una vez! Aquí somos blanco fácil de esas cosas.

La compuerta se abre dejando ver una estela de polvo en una tierra árida, el terreno es algo accidentado, entre algunas montañas rocosas, el cielo de color rojizo y la visibilidad algo limitada a simple vista. En el fondo se escucha el fragor de la batalla, explosiones, gritos, y un sinfín de ruidos ensordecedores.

-Aseguraos de no caer en un cráter.

Debido a la condición del terreno debemos saltar desde unos 7 metros de altura, no será fácil.

-primera oleada lista, segunda oleada en 5 segundos.

Cuatro soldados saltan de la nave caen a tierra y buscan cobertura entre las rocas. Ahora es mi turno, salto junto a otros tres soldados, caemos a tierra, pero uno sufre una lesión en la pierna.

-¡Médico! –grita un soldado mientras otros dos lo ayudan a llegar a las rocas.

Adam se une a nuestro grupo poco después, me alegra saber que sigue con vida, ya que él iba en otro transporte.

-¿Estamos todos?

-Solo falta un pelotón que fue desplegado colina abajo nos reuniremos en el camino.

Los transportes se marchan a toda prisa antes de sufrir más bajas regresando a la órbita.

-¡A mi señal todos corran hasta la siguiente cobertura!

Grita el líder del grupo, haciendo señas a un grupo de rocas a unos cien metros de distancia.

-Permanezcan juntos y muévanse rápido, a cualquier señal hostil abran fuego, ¡ahora!.

En estos momentos los nervios y la adrenalina ya son casi imperceptibles, la tensión del momento hace que todo acto se haga de forma improvisada, enfocándose solo en el ahora.

Todos salimos corriendo en la dirección indicada, a mitad de camino recuerdo al soldado herido y miro hacia atrás, y allí está, es ayudado por otro soldado, y aunque ya puede afincar la pierna aún no está totalmente funcional y su movilidad es reducida.

-¡Dense prisa o quedaran aislados del grupo!

A unos metros de distancia se escucha la voz de nuestro líder.

Orion: RevelacionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora