Café

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Nos decidimos por ir a un café, ubicado dentro del hotel en el que nos hospedabamos, Mads por momentos no era él y aunque mi mente estaba hecha un caos debía ser fuerte por mi hermano, después de todo él me había cuidado desde siempre, era el momento de compensarlo.

-Disculpa, donde está mi ropa?.

-Es esa de allí, saldré mientras te cambias!- dije acercandome a la puerta para luego salir; me sentí un poco mareada, era normal en mi situación, también estaba bastante deprimida tanto por Mads, como por saber que quienes nos habían lastimado ni si quiera eran nuestros verdaderos padres.

- Ya estoy listo.

-Bien, vamos Mads dame tú mano!, así no te pierdes- le indique mientras lo jalaba a rastras del hospital, por alguna razón apareciese como si jamás hubiese visto nada más que las 4 paredes de la habitación del hospital; se encontraba totalmente inmerso admirando todo lo que componía la ciudad, los árboles, el cielo, los pequeños animalitos, e incluso las personas y las edificaciones.

-Es muy tranquilo aquí?.

-Casi siempre, pero ya casi llegamos, sólo dos edificios y ya.

El lugar al que íbamos no estaba muy lejos, por lo cual mientras mi hermano admiraba yo me aseguraba de jalarlo de la mano para que así no se fuese a exponer a la autopista.

Una vez en el hotel decidí que antes de ir al café podríamos subir, pues quería llamar a alguna amiga, necesitaba desahogarme en ellas.

-Mads, primero subamos.

-Bueno.

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MADS:

No sabía por qué caminaba con una chica tan rara y tan joven, por lo cual sólo le seguí la corriente, subimos a la habitación y ella se sustrajo usando el teléfono, así que decidí escapar de allí cuanto antes, por lo cual abrí con cuidado la puerta de la habitación y salí de puntillas a correr por el pasillo, para luego acelerar el paso y terminar chocando con alguien que igual corría hacía mi.

-Mads?!, Dios mío, lo siento, estas bien?, te lastime?.

-No- me sentí mareado y no logre levantar mi rostro para confrontar al de aquel chico que me preguntaba cosas un tanto angustiado.

-Voy a ir al café, gracias y adiós.

-Mads, se que no te llamé, pero por favor perdóname, no puedes enojarte toda una vida por eso, y si fue estúpido de mi parte pero en verdad quiero estar contigo y esta vez no abandonarte, aunque admito aun me duele que no te despidieras, tan poco te importó?.

Directo Al CorazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora