Conóceme.

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10

Conóceme.

Me sorprendía que Rel fuese tan distinta y más cercana a mí esta última semana.
Al parecer tienes que romperte un hueso para conseguir atención y cortesía de esta mujer.

La tal Kristen, su amiga, no trabaja mal, pero desde mi punto de vista aún tiene mucho que aprender, pues a diferencia de Malkovich ella no logra satisfacer mis exigencias.
Dejando eso de lado, es una mujer agradable.
Kai ha mostrado mucho interés en ella y viceversa, pero eso ya no me incumbe.
Cuando la semana de descanso terminó, me costó trabajo terminar Ugly aún con mi costilla rota.
La canción era difícil, no sólo por las notas que tenía que alcanzar,  también la pronunciación del inglés —como siempre— se me dificultaba.
Rel me ayudó con eso, de hecho fue de gran ayuda incluyendo y corrigiendo ciertas frases y palabras en la canción. Cuando le comenté que le daría créditos por ello, se negó y me dijo que no estaba interesada en eso, diciéndome entre broma que prefería seguir en el anonimato.

Aún mi costilla estaba rota, había sido un duro día de trabajo dedicado a la segunda canción del single y estaba agotado.
Al llegar a casa fui recibido por Koron, y antes de cargarlo me quité las botas pues desde hace horas me estaban matando de dolor.

— ¿Rel? — llamé a mi compañera, quien estaba sentada en el sofá con el computador en sus piernas.
Al parecer seguía haciendo el diseño de la compañía, desde que me fui en la mañana estaba haciendolo.
Había al menos cinco latas de bebidas energéticas vacías tiradas en el suelo.
Sus ojos estaban rojos, aún tenía puesto el pijama, su cabello estaba desarreglado y estaba tan concentrada que no la había visto parpadear desde que llegué. — Malkovich — la volví a llamar pues no me atendió la primera vez.
— Ah, bienvenido — me dijo sin apartar su mirada de la pantalla.
— Oye... ¿No crees que te exiges demasiado? Ya has avanzado bastante el día de hoy, descansa un poco... — Nuevamente no obtuve respuesta. — ¿Me estás escuchando? — Dije esta vez con un timbre más fuerte.
— ¡Sí! — exclamó, no en respuesta, más bien en signo de festejo. Levantó sus dos brazos con fuerza y con sus manos empuñadas. — ¡Terminé, por fin terminé el segundo trabajo de la compañía! — me dijo, alegre.
— ¿Qué? ¿Tan pronto? — pregunté, incrédulo.

Me senté a su lado y miré el diseño.

— Excelso. — opiné con una sonrisa amplia. — Los colores, el degradado, todo es perfecto.

Volteé a verla y aprecié en su rostro una sonrisa de satisfacción.
Revolví su cabello y me puse de pie.

— ¿Por qué no vamos a cenar para festejar? — en respuesta negó con su cabeza.

— Vamos a beber. — pidió abultando los labios — Anda, se ve que conoces un buen lugar...

— ¿Beber? Yo no bebo, además ¿no es algo vulgar para una mujer?

— Sólo llévame — pidió.

Rasqué mi nuca, haciendo memoria de todos los bares a los que suelo ir con los muchachos.
No podía recordar muchos, no soy aficionado a tomar alcohol.
Miré el reloj, marcaba las siete de la noche. No era muy tarde.

— Cámbiate y nos vamos. — propuse.

— Iré a tomar un baño primero — me sonrió — No tardo.

Tardó treinta minutos en terminar, y yo aproveché ese tiempo para ver un capítulo de "Hijos de la anarquía", una serie que recientemente había estado viendo.
Cuando Malkovich salió, se sentó a mi lado y miró la televisión con una boba sonrisa en el rostro.

Step by Step (Ruki/the GazettE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora