Despertando un sentimiento.

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Despertando un sentimiento.

Amanecí con una resaca horrible, hace años no tenía una así.
Ni siquiera podía abrir los ojos por la migraña, o al menos moverme.

— ¿Ya despertaste? — me llamó Rel, su voz se escuchaba desde la puerta. En respuesta gruñí con molestia.

La escuché irse y regresar, al parecer fue por medicinas o algo así.
Me ayudó a enderezarme sin necesidad de hacerme abrir mis ojos y acarició mi mejilla.

— Abre la boca — me pidió.

Hice una mueca y abrí la boca, me ayudó a tomar una infusión horrible, era de jengibre, y no tenía ni una pizca de azúcar o al menos unas gotas de miel.

— Mujer, ¿quieres matarme de asco o qué demonios?

— ¡No! — la escuché reír. — Anoche bebiste mucho, y el té de jengibre te ayuda a reducir el malestar de la resaca. No sabe muy bien, pero es muy efectivo si lo tomas tres veces al día, igual con la infusión de menta, de plátano y de...— hizo una pausa, como recordando los ingredientes — Kiwi con lechuga y pomelo.

Me incorporé en la cama de nuevo, esta vez me tapé con las cobijas y le di la espalda.

— Eres una experta tratando la cruda, eh. — me burlé — Borracha.

— Si me llamas así otra vez, recalentaré el té y te lo tiraré encima.

— Sólo bromeaba. — gruñí.

Un recuerdo de la noche anterior me golpeó, yo contándole la peor parte de mi vida a Malkovich.
Un escalofrío me recorrió la espalda, de hecho abrí los ojos de golpe y volteé a verla, intentando conservar la calma.

— ¿Anoche te dije algo raro?

— Uh... Pues me hablaste de tu historia con Lucy — respondió, yo palmeé mi frente, avergonzado.

— Ugh, no... — apreté mis labios — ¿Todo?

— Todo... Me dijiste que iniciaste con "cartones" de...

— Sí, sí, sí. Ya lo sé, no lo digas. — le pedí, mis mejillas cada vez estaban más rojas — ¿Te conté hasta la parte de...?

— Hasta la muerte de Lucy — completó

Exhalé con pesar y con mis dedos índice y pulgar presioné el tabique de mi nariz.

— ¿Y luego? —pregunté, esperando que no hubiera pasado nada más.

— Me pediste que durmiera contigo.  — se encogió de hombros — Y ya.

— Bueno, ahora ya lo sabes todo... — dije, con pesar. — ¿Sabes? Tú eres la última persona en el mundo a quien le hubiera contado eso... Maldición — hice una mueca.

— Me alegra que le tengas tanta confianza a tu novia. — se cruzó de brazos. Su voz sonó levemente molesta. — ¿Quién crees que soy?

— Bien, lo pondré en otras palabras, no quería que una chica a la que acabo de conocer hace como medio año se enterara de la parte más traumante de mi vida, ¿entiendes? ¿O prefieres que te lo explique con manzanas?

— ¡Tú también sabes algo horrible de mí! — me gritó, yo cerré mis ojos y presioné mis sienes, ya que aquel repentino aumento de volumen por parte de Malkovich había empeorado mi dolor de cabeza. — ¿O crees que...?

— Yo creo — la interrumpí — que eres una princesita de mamá que no ha tenido dificultades toda su vida. ¿En serio piensas que un abuso sexual es la gran cosa? Por favor, madura ya mujer. Yo también pasé por uno y no me volví un alcohólico dramático que se tira a llorar por cualquier tontería. Y no, no me interesa tu trauma, seguramente saldrás con la tontería de que perdiste tu peluche favorito cuando eras pequeña, y créeme, no se compara ni de broma a lo que yo pasé con las drogas.

Step by Step (Ruki/the GazettE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora