Step by Step (Ruki/the GazettE)

Strangelove.

ADVERTENCIA:

Lemon.
Marcaré el inicio de este con una cruz, y el final también. (✞)
PD: Este capítulo no ha sido corregido, tengan piedad de mi alma. 😪
(Siete años más tagde xd: ya lo corregí. 😈)

13

Strangelove.

Terminada la filmación del PV, acordaron irse a un hotel debido a lo cansados que se sentían todos por igual. Reita y Uruha compartirían habitación; Kai y Aoi también; y Ruki dormiría en la de en medio, naturalmente acompañado de su subordinada que lo primero que hizo fue desaparecerse en el bar del hotel. Necesitaba uno, dos o tal vez tres tragos para armarse de valor y hacer lo que tanto había deseado los últimos dos meses, y con fuerza todo el día.
Tras shot de vodka, uno de tequila, y una copa de Shochu con cuarenta por cierto grados, aunque la joven olía a alcohol y todo a su alrededor se movía en círculos, era completamente consciente de sus acciones. Lo único que había cambiado en ella era que estaba llena de determinación.
Subió por el ascensor y una vez en su piso, se recargó en la pared, raspándola con la yema de sus manos a medida que avanzaba hacia la habitación docientos nueve casi al final del pasillo, llegando a tocar ligeramente las puertas, pero no le importaba.
El cabello le cubría la cara, y sus pasos un poco torpes por el mareo. Quien la viera creería que era un espíritu que atormentaba el hotel por las noches.
Por fin llegó a la habitación. Se sacó del bolsillo de su pantalón la tarjeta de acceso, abrió la puerta, la cerró empujándola con el pie, y se detuvo en el marco de la puerta del baño, que estaba abierta de par en par.
Frente al gran espejo se encontraba Takanori con el maquillaje algo corrido pues estaba despintándose, tenía audífonos puestos, y estaba recargándose hacia delante apoyado en su brazo izquierdo en el blanco lavabo de mármol, y con la otra mano aplicándose un bálsamo para la resequedad, dando pequeños toques sobre sus labios. De reojo pudo apreciar una figura de largo cabello acechándolo, cosa que, asustado, lo hizo alejarse de ella rápidamente a la par que soltaba un pequeño grito, quedando de espaldas contra el lavabo. Cuando se percató de que era su subordinada, respiró aliviado, pero no perdió tiempo para recriminarle.

—¡¿Por qué carajos me espías?! —le reclamó. —¡¿Quién te crees, la yankee fantasma?!

—Para ti, Matsumoto... —se acercó a él, acorralándolo contra la tarja y haciéndolo inclinarse hacia atrás en busca de alejarse de ella, exigiendo su espacio. —para ti soy un súcubo. —estas palabras hicieron que un escalofrío recorriese a Takanori de las mejillas al pecho y el vientre. Rel lo tomó con fuerza por los hombros y acercó su cuerpo al suyo con agresividad, atacando el delicado cuello de su jefe, quien se debatía entre el deseo y disgusto al ser dominado de esa manera por una mujer.

*✞*

—Ngh... —respingó y trató de separarse de ella, empujándola por las clavículas para que lo dejase en paz, pero sin mucho esfuerzo a decir verdad. —No. Suéltame, idiota... —se quejó.

Malkovich, siguiendo la regla sagrada de "no es no" decepcionada soltó un suspiro, hizo una mueca y se separó de él dispuesta a salir del cuarto de baño. No contaba con que en Japón a veces ese "no" significaba "sí", sólo que la persona era muy tímida para expresar sus sentimientos. Identificar esta situación es una de las más grandes y problemáticas diferencias culturales para cada visitante.
Ella no esperaba que luego de esto Takanori la tomase por las manos y la atrajera de vuelta a él, como pidiéndole que siguiera. Y así lo hizo, un poco desconcertada al principio, pero no tardó en verse tentada por esa pequeña boca rosada y carnosa que estaba entreabierta formando un corazón, así que la unió con la suya, a la par que su mano derecha bajaba por sus caderas.
Takanori, tratando de tomar el control, sacó delicadamente su lengua para acariciar los labios ajenos con la punta antes de encontrarse suavemente con la lengua de Rel, cuyo roce se sintió como terciopelo. Tuvo el impulso de subir sus manos a los pechos de su compañera, deseoso de estrujarlos y acariciarlos aún sobre la ropa.