La joven, tras regresar de aquella reunión, se dirigió a su habitación. Su mente estaba nublada, absorta en fantasías sobre qué haría cuando terminara los exámenes.
Abrió la puerta de su habitación y una corriente de aire gélido acarició su tez, sacudiéndole el cabello y molestándose por ello. No recordaba haber abierto la ventana esa mañana, así que pensó en la sirvienta y el posible descuido que pudo tener la señora. Estaba todo oscuro, por lo que solo venía las estrellas al fondo, por la ventana. Encendió la vela cercana a su cama y solo entonces reparó en aquellos ojos amarillos que le observaban desde la esquina de la habitación, unos ojos con mirada felina.
Shere gritó debido a la sorpresa que le causara. El mucho, más bien el hombre, se acercó a ella y cubrió su boca para que no emitiera más sonidos.
-Tranquilícese. No voy a hacerle nada. Solo estoy aquí para avisarle sobre un acontecimiento que ocurrió esta mañana donde un servidor estuvo involucrado.
Aquella voz le resultaba familiar, como si en lo más profundo de su mente hubiese un recuerdo donde esa voz se dirigiera a ella. Quizás era muy pequeña, o quizás olvidó, pero esa sensación le decía que no debía tener miedo.-Esta mañana me han propuesto un trato. Un traficante de menores busca vuestro asesinato por involucraros en sus asuntos. Negué su oferta, y por ello estoy aquí. Debe pedir escolta y protección para no ser sorprendida en cualquier sitio.
El peliazul la soltó. La princesa comenzó a analizar la situación. La situación era extravagante, mas ella realmente confiaba en aquellas palabras. Podría estar mintiéndole como un bellaco que ella confiaría en sus palabras.
-¿Mencionó qué exactamente hice? Realmente no me introduzco en esos problemas. He estado indagando sobre este tema con mi madre. Ella realmente quiere evitar la corrupción, sobre todo el tráfico de personas, en Hyrule. Quizás me vio al encontrarme en mis investigaciones. Esto es malo.
Anker no podía creerse lo fácil que había sido el convencerla. Imaginara miles de situaciones hipotéticas donde siempre acababa uno de los dos muerto. Shere, por su parte, comenzó a analizar la situación. Ella había mentido a Anker, obviamente se había entrometido en el camino de aquel mafioso, pero no quería más problemas y necesitaría la ayuda de aquel hombre que se encontraba ante ella.
- Hay que deshacerse del problema desde la raíz -comentó, aún pensativa-, porque sé que aunque fracasen una vez en mi asesinato, seguirán intentándolo hasta eliminarme.
Anker apenas atendió a los comentarios de ella. Estaba completamente ausente, fijándose en la muchacha en la que se había convertido y como era la viva imagen de su madre a excepción del cabello claro. Eso le ponía nervioso, mas no hizo ademán de mostrarlo. Fingió escuchar y asintió.
-En ese caso, necesitaría su ayuda, mercenario.
Esa palabra molestó a Anker, arrancándole de sus pensamientos.
- ¿Cuánto debería pagarle para que me ayudara a acabar con eses traficantes?
- Yo no pienso meterme en esos asuntos más de lo que acabo hacer.
Se subió al alféizar, dispuesto a marchar y dejar a la joven a su suerte. Ella simplemente contestó:
-Si me ayuda eliminaré su búsqueda y captura.
Anker se giró al escuchar aquel chantaje que acaba de oír.
- Le he visto en carteles de la ciudad vecina. Al principio no logré reconocerte,pero ahora sí. Se lo ruego. Nadie hará caso de mis palabras más que usted al saber el peligro de esa banda de criminales.
-Si te ayudo -contestó Anker sin molestarse en formalismos- me deberás mucho, y arriesgarás tu vida porque yo no pienso proteger más que la mía. ¿Estás de acuerdo con ello?
- Sí.
-Pues has de decirme dónde está esa guarida.Escondida entre las piedras se encontraba una casa hecha del mismo material. Les había llevado tres horas llegar en carruaje, más el tiempo que Shere había tardado en escapar sin ser vista.
Anker llamó a la puerta y un hombre con mirada de pocos amigos abrió la rendija de la puerta, dejándole ver a sus "invitados".
- ¿Qué buscas?
- he traído a la princesa que tanto buscaba vuestro jefe.
- Ah, ya. Ese que rechazó el trabajo. ¿Por qué ahora traer algo?
- Porque puedo ¿Acaso os molesta que traiga a quien más problemas os está causando capturada?
-Sí. Él supuestamente pidió que se matara, no trajera.
Anker tragó saliva por lo bajo. No recordaba esa parte.
-Y eso esta- comentó - preferí traer el cuerpo. Mejor no dejar pruebas.
-iré a comertarle al jefe. No te muevas.
Shere se agitó en el saco donde estaba guardada. No le gustaba el plan.
-Lo siento. Tú deseabas arriesgar tu vida, así que acatas. Estás muerta ahora.
La puerta se abrió y el hombre de antes le decidió el paso. Tras revisar que no había nadie cerca, su cuchillo rebanó la yugular del criminal. Uno menos que molestara.
Por suerte, ese acto osado no salpicó demasiado su ropa. Caminó rápido hasta llegar a una habitación contigua. En ella, las paredes se encontraban adornadas con terciopelo rojo, algo que seguramente había sido costoso. En la sala solo se encontraban tres hombres además de él. Igualmente,un movimiento en falso y estaría muerto.
- ¿Qué te hizo cambiar de padecer? ¿El dinero? ¿Los favores que podríamos ofrecer?
-Simplemente ella me pareció desagradable, y pensé: ¿Por qué no? En estes momentos necesito dinero, así que decidí aceptar. Era demasiado entrometida, ya que también quería meter las narices en mis asuntos. Unas gotas de veneno y muerta.
El hombre alzó una ceja, sin confiar en las palabras de Anker. Ordenó a su secuaz ver en el saco. Efectivamente, había un cuerpo de mujer en él.
- ¿Es ella?
-Sí- se acercó a Shere- Al fin nos libramos de esta molestia.
- ¿Mi dinero?
Anker se mantenía firme, intentando impedir que él tocara a la princesa.
- Gerard te lo dará. Acompá...
Y cayó al suelo, sin medio cuello. Aquel corte había sido rápido, pero sobre todo inesperado de parte de él. Los secuaces se acercaron a él, sacando sus armas, pero era tarde. Anker ya estaba en modo "éxtasis".
Le había ocurrido tan solo 2 veces antes que esta y ocurría tras asesinar a alguien en ocasiones. Su cuerpo comenzaba a temblar, sintiendo una enorme felicidad cada vez que el cuchillo atravesaba la carne de su víctima. Esa emoción de placer envolvía todo su cuerpo y su propia mente no podía detenerlo hasta terminar la matanza. La primera vez fuera con Larane, la segunda con un joven inocente, pero esta vez los objetivos lo tenían merecido.
Tras caer el tercer muerto, recuperó la cordura. Shere observaba encogida en su escondite. Aquel hombre no estaba bien. Asesinó sin vacilar, y aunque sabía que iba a ocurrir, la escena le revolvió el estómago.
-Quédate aquí. Me encargaré de los que quedan. Después liberaré a los niños y volveremos.Tras empaparse en el río cercano a aquel lugar, Anker ya no tenía rastro de la masacre ocurrida allí dentro. Acompañó a Shere hasta llegar a la ciudad, después le dedicó una sonrisa.
-Al llegar-dijo ella- eliminaré tu búsqueda. Te estaré eternamente agradecida.
Hizo una ligera reverencia y Anker se la devolvió.
-Princesa. He de pedir un favor además del ya mencionado. Nunca hables de mi a tus padres. ¿Me has oído? Nunca.
Shere no entendía el porqué pedía eso. Obviamente no iba a contar de lo ocurrido a sus padres. La matarían. Igualmente aceptó.
- ¿Y qué harás ahora, Anker?
- No lo sé exactamente. A una persona como yo no le quedan opciones.
La joven esbozó una ligera sonrisa de lástima. ¿Aquel hombre alguna vez había estado cuerdo?
-Hasta que el destino nos reúna de nuevo.
Giró y siguió su camino. Anker la observó hasta que desapareció entre el populacho y siguió su camino. Sabía que no había más salvación que su propia muerte. No tenía opción, recursos o siquiera fuerzas para seguir. Aquel hombre que compartía cuerpo con él volvería a vencer su lucha interna. Volvería a hacer daño, volvería a sentir aquella felicidad al matar. Non quería volver a su antiguo yo. Quería ser mejor persona. El primer paso para serlo era proteger a los demás de él mismo.
Con aquel cuchillo con el que había asesinado tantos, cortó sus propias venas, dejando que el tiempo le despojara de toda aquella sangre que él tenía pero pertenecía a otros. Por cada gota, su infidelidad se calmaba, sintiendo que finalmente había ganado aquella guerra en su mente. Cerró los ojos y pereció, dejándose guiar por aquella mujer que tanto había querido y llegado a obsesión. Llegó a la luz y finalmente pudo decir:
Mi alma está en paz.----------------------------------------------
Al fin he terminado la saga de Anker. Ya iba siendo hora, la verdad.
¿Y qué se publicará además de esto en la historia? Intentaré escribir otro capítulo pero basado en el pasado de Link y Zelda, y a ver si se me ocurre algo más.
Espero que os haya gustado. ¡Hasta la próxima!
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Trifuerza Corrupta: Extras
FanfictionTodo lo no mencionado en la primera parte, ahora será publicado en forma de pequeños relatos. Algunos se dividirán en partes y otros solo serán una pequeña historia. Espero que disfruten de este "Contenido adicional". Se aceptan sugerencias o pregun...