FUGITIVO

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El taxista no dejaba de hacerme preguntas sobre él bebe y solo le decía que "era mi hermanito y que íbamos directo con nuestra madre".

Al bajar del taxi me podía dar cuenta de que estaba en las afueras de Oxford, en un pequeño motel con nombre extraño que parecía árabe. Al entrar a la resección una mujer muy anciana me habla con mucho cariño, me pregunta por él bebe y que hacia yo solo con él en esta clase de motel. Solo le dije que era mi hermanito y que me tocaba cuidarlo mientras venía mi madre, que estaba en Oxford.

La mujer me creyó me dio las llaves de la habitación y al cerrar lo primero que hice fue ponerle seguridad a todo cerrando cada ventana y puerta con llave. Acosté al bebé en la cama y fui directo al baño quería darme una buena ducha ya que olía a hospital.

Entro al baño me quito la ropa y entro a una ducha que solo tenía agua fría. Me metí de rapidez, aguante el frio en ese momento al restregarme. Levanté la cabeza y podía ver que el agua que salía de ahí era sangre. Doy un brinco y me salgo de la ducha, tomo la toalla y me seco, pero la sangre no se salía, estaba pegada a mi cuerpo.

Luego oí un sonido. Más bien un crujido que provenía del suelo al ver como se hacía una grieta enorme y que salía de, él una garra enorme sucia de sangre. Grité tan fuerte que cerré los ojos y al abrirlos la grieta se había ido junto con esa escabrosa garra.

Me quede quieto por unos Segundos observando la supuesta grieta. Pero algo me distrajo. Era mi hijo, podía oírlo llorando con mucha fuerza. Corrí hacia él pero hay estaba sano y salvo. Podía verlo mal acomodado en la cama, Estaba boca abajo así que lo voltee y al verlo salte hacia atrás y di un grito ahogado.

-No. No. No puedes estar muerto- le grite.

Lo vi. su pequeño rostro. Grité tan fuerte al ver que no tenía ojos ni tampoco legua. completamente desfigurado.

¿Cómo pueden ser capaces de matar a un pequeño bebé sacándole los ojos y la lengua?

Me puse de rodillas y abrazó al pequeño cadáver que me había hecho engendrar un supuesto Dios.

Grite maldije a todos me llene de tanto odio que empecé a abrazar con más fuerza al cadáver de mi hijo luego...

Oigo un llanto. Era mi hijo, estaba vivo y tenía sus ojos y lengua "está jugando con mi mente" sabe que estoy aquí y no parará hasta encontrarme.


la ceremoniaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora