cinco

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ashton le puso su campera sobre los hombros y la guió hasta su auto.

-otra vez no vino por ti.

-no tenía caso que ambos nos mojaramos, ash. luke es práctico.

Ashton cerró los ojos ante la estupidez de juliet. abrió la puerta del copiloto y ella entró en el auto. dio la vuelta y ocupó su asiento, encendiendo el motor.

el camino a casa se estaba volviendo silencioso, y era extrañamente incomodo para juliet no escuchar a su compañero de piso reír o hablar animadamente de algo.

-¿ash?- se atrevió a penas a llamarlo. él sólo la miró y un vacío pequeño se abrió en el estómago de la castaña. Julie se encogió en el asiento y miró por la ventana, con unas estúpidas ganas de llorar. no entendía porqué le importaba tanto, pero lo hacía.

-no puedo creer que seas tan ciega.- soltó después de un rato.

-¿disculpa?

-no puedo creer que seas tan ciega. él no puede amarte como yo.

can he?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora