Baje a la cocina con una sonrisa de oreja a oreja, por fin nos habíamos besado. Puse la lavadora y saque la lechuga de la nevera para poder hacer una ensalada juntos a unos filetes de pollo. Saque un cuchillo del cajón y me vino a la cabeza la primera vez que entre a esa cocina, ese armario lleno de chuches y al pequeño Ismael enseñándomela, no dejo de sonreír cada vez que me acuerdo de cuando entro J enseñándomela.
-De que se ríe la chica más preciosa que mis ojos han visto
-No sé, cuando la veas se lo preguntas – Dije dejando en cuchillo sobre la encimera.
-Eso acabo de hacer – Dijo J en mi oído mientras posaba sus manos en mi cintura.
Me giré y allí estaba con sus vaqueros y sin camiseta, ¿Cuándo se la había quitado? Tenía el pelo alborotado y esa sonrisa que me transmitía a lugares que nunca veré si no es en su mirada. Por instinto rodee mis brazos en su cuello y me acercó más a él.
-Eres preciosa... ¿sabes qué?
-Que
-Que voy a besarte
-¿Cómo?... – Y me beso, fue un beso que empezó siendo lento y suave pero que poco a poco fue subiendo de intensidad, estaba paralizada nunca había sentido esto por nadie y la verdad no sabía si era bueno o malo.
-¿Sois novios?
Esa voz provocó que nos separáramos era Ismael. J y yo nos mirábamos, no sabía que decir, Ismael se acercó a nosotros.
-Tate – Dijo Ismael tirando a J del pantalón – Dime que sois novios como papá y mamá y por favor tate. Dana es mi amiga y quiero que sea de la familia.
-Ismael cariño ven aquí – Le dije mientras le cogía en brazos y le subía a la encimera – J podrías ir haciendo la ensalada mientras hablo con Ismael – No me contesto pero saco aceitunas, atún el vinagre y el aceite por lo que supuse que eso era un "No me importa" – Ismael cariño, alguna vez te ha gustado mucho mucho mucho un juguete pero ni mamá ni papá te lo han comprado – El pequeño asintió – Y después has ido con J a contarlo sin que se enteraran papá ni mamá – Ismael volvió a asentir – Genial, pues esto es igual, tu hermano y yo nos queremos mucho pero tenemos miedo de que tu papá y tu mamá se enteren y no nos dejen estar juntos.
-Así que esto tiene que ser nuestro pequeño secreto campeón – dijo J.
-¿Y si no quiero que sea un secreto y lo digo?
-No podre venir más a cuidarte cariño, además somos amigos verdad cielo, y los amigos no cuentan sus secretos a la gente.
Ismael se quedó pensativo, J y yo nos quedamos mirándonos con miedo de ser la última que nos viésemos. Volví a mirar a Ismael y me levanto los brazos para que le cogiera y le bajara. Cuando lo hice se dirigió a su hermano que ya había acabado de hacer la ensalada e iba a sacar el pollo del horno.
-Que sepas que si no digo nada es por Dana y no por ti – Le sacó la lengua a su hermano y me cogió de la mano – Hoy la mesa la pones tu solito, yo me voy con mi amiga al salón a hablar como hacen los mayores.
J y yo nos miramos y nos empezamos a reír. Ismael y yo nos dirigimos al salón y me mando sentar para después sentarse el encima mía.
-Así que mi tate y tu eh – Puso cara de interesante – Como te haga llorar mi tate le quito las chuches y nos la comemos nosotros dos
-jajajaja lo veo bien.
-Y... ¿Porque te gusta mi tate?
-Es una pregunta difícil. Haber del 1-10 ¿cuánto quieras a mamá?
-10 – Me hizo el 10 con los dedos de la mano.
-Y ¿porque la quieres tanto?
-Porque me regala chuches, me cuida cuando estoy malo, me da abrazos y besos, me deja ver la tele hasta las 21:00 sin que papá se entere.
-Pues por eso mismo quiero a tu hermano, porque me regala chuches, me cuida cuando estoy mala, me da abrazos pero ... J ¿porque solo me dejas ver la tele hasta las 20.30? – Ismael se rio – Cariño, yo he estado malita mucho tiempo, y tu hermano es el que me está cuidando y el que está consiguiendo que me ponga buena otra vez.
-Joo yo también quiero cuidarte – Y sin esperármelo Ismael me abrazo – Mi mamá dice que cuando alguien esta malo un abrazo ayuda a ponerte bueno.
-Y tu mamá tiene razón cariño.
-Mis queridos comensales, su comida ya está lista y en la mesa – Dijo J haciendo una reverencia.
-Si si, ya vamos – Y mando a su hermano que se fuera.
Me iba a levantar pero veo que Ismael aún sigue encima de mí.
-Que pasa cariño
-¿Qué es comensal?
-Cariño ¿te acuerdas la última vez que fuisteis a un restaurante?
-Siiii – dijo gritando
-Pues ese día eras un comensal ya que eras el que comía mientras los camareros te traían la comida.
-Que guay, vamos a comer que somos un comensal.
Me llevo de la mano hacía la mesa de la cocina, estaba todo perfecto J era un manitas cuando quería.
-Damisela, si me permite – J me saco la silla para que pudiera sentarme y después meterla.
-Ala, eso se lo hace papi a mami.
J y yo nos reímos, la verdad es que nos lo pasamos genial en la comida, cuando acabamos lleve a Ismael a la cama para que se echara la siesta, cayo rendido.
Cuando baje pude ver que Ismael no había sido el único en quedarse dormido, decidí tapar a J con una manta que había en el sofá de al lado del sillón donde J se había quedado dormido, cuando me di la vuelva para dirigirme al sofá con el móvil para no molestar a ninguno J me cogió de la muñeca y me tiro encima de él.
-¿Adónde vas?
-Al sofá, estabas frito
-Pues despiértame – Y me beso, fue un beso lento que volvió a subir la temperatura, bajo sus manos de mi cintura a mi culo, no era el primero que me tocaba el culo cuando me besaba pero si era con el primero que me entraba un gran cosquilleo en el estómago cada vez que sentía el roce de su piel sobre mí. Parecía que esto iba a llegar a más cuando llamaron a la puerta.
-¿Tu madre? – Pregunte a J
-Lo dudo, es muy pronto aun.
Me asome por la ventana y pude ver en la verja a mi madre con una bolsa de viaje pequeña, exactamente mi bolsa de viaje. La abrí la puerta de fuera y la de dentro para que pasara.
-Mamá ¿Qué haces aquí? – La di dos besos
-¿No te llamó Juana?
-No, ¿Por qué tendría que... - sonó el teléfono de la casa – Digame... si, acaba de llegar... a vale pero yo tenía un fiesta... a vale perfecto, gracias Juana.... Pues el peque durmiendo y el grande aquí al lado... vale, hasta esta noche.
-Bueno... ¿Qué ocurre? – Pregunto J desconcertado
-Pues que te hago de niñera todo el fin de semana.
-¿Y tú fiesta?
-Me ha dicho tu madre que mañana por la noche te ocupes tú de tu hermano, yo le dejare dormido y todo lo necesario por si se despierta.
-Toma cariño, te metí el vestido negro y el azul, con los tacones y los bolsos y el maquillaje
-Gracias mamá.
-Nada cariño, luego te llamo. Te quiero.
Mi madre se fue y yo volví a la casa, por suerte Ismael no se había despertado, J estaba en el sillón sentado me senté encima de él y le bese, pero no me correspondió el beso.
-¿Qué te pasa?
Me miro con los ojos llorosos y me dijo muy frio.
-No quiero que vayas a esa fiesta
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No me mires que me enamoras
RomansaDana es una chica de 18 años y J es un chico de 20 años que viven momentos que Dana nunca a vivido. Pero aparece David un chico amable, atento y cariñoso que cambiara todo.