Sechs.

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-¡Hyuk! -gritó el castaño, bordeando el llanto, conmocionado.

El rubio había viajado apenas fue informado de que Donghae había vuelto. Se encontraba en China, tratando de retomar una vida aunque fuese monótona, pero simplemente no podía. Aún le dedicaba su tiempo a leer las conversaciones intactas de la aplicación llamada Whatsapp, aún cuando le dolía tanto hacerlo. Los recuerdos del castaño lo invadían día y noche, así que cuando recibió una llamada de la madre de Donghae, y esta le dijo "regresó" su pecho se contrajo en felicidad y ganas de verlo. El vuelo se le hizo eterno sabiendo que Lee Donghae se encontraba en Corea, en su casa, vivo, esperándolo.

Los nervios lo atacaron cuando se vio a sí mismo parado frente a la casa del castaño, caminó a pasos de robot y le envió un mensaje a dedos torpes a la madre del menor avisándole que estaba afuera.

"Hijo, cambia esa cara, tienes visita" -oyó hablar a la mujer.

"Pero mamá, vienen todos los días, saben de mi rostro asqueroso" -su corazón palpitó con tanta fuerza al oír aquella voz que llegaba a doler.

"Como quieras, yo te advertí" -los pasos de la mujer se hicieron más fuertes hasta que la puerta se abrió y por esta se asomó ella- Pasa cariño, Donghae a estado insoportable por tu culpa -le dijo disculpándose con la mirada y guiñándole un ojos luego.

-Con su permiso... -dijo antes de entrar, mordiendo el interior de su mejilla para calmarse.

"¿Mamá...?" -escuchó susurrar casi con miedo a su chico. Sí, porque el castaño, Lee Donghae, seguía siendo suyo, lo presentía. Lo sabía.

-Los dejaré solos -sonrió y se fue a lo que el rubio reconoce como la cocina, el lugar que había sido refugio de los llantos de aquella desolada mujer.

-Dios mío... Estás vivo -dejó escapar un sollozo por la emoción, sin lograr contenerse realmente cuando frente a sus ojos por fin vio al castaño, de pie al lado del sofá, con lágrimas surcando su rostro.

-¡Hyuk! -gritó conmocionado.

-Creí que... -caminó hasta Donghae y lo abrazó, lo estrechó entre sus brazos sin intención de soltarlo- Por fin estás de vuelta -susurró hundiendo su rostro en el cuello del menor. Pronto sintió los brazos débiles rodeando su cuello sobre sus hombros.

-Tenía tanto miedo... -sollozó apegándose más al cuerpo del mayor- Hyuk, tenía tanto miedo de no volver a verte... 

-Dios, Hae... 

Se quedaron de pie, abrazados y llorando. No sintieron pasar el tiempo, no era importante. Nada era importante ahora que por fin estaban juntos, todo el sufrimiento valía la pena y la recompensa era poder estar así el uno con el otro. Se separaron lentamente, sin querer hacerlo realmente, para observarse a los ojos y sonreírse levemente.

-¿Dormirás conmigo? -murmuró mientras Hyukjae le quitaba las lágrimas del rostro con sus pulgares, procurando ser delicado.

-Si eso quieres -asintió acariciando sus mejillas y uniendo sus frentes.

-Subamos... -susurró con sus ojos cerrados, sosteniendo entre sus manos las manos del contrario.

Subieron lentamente las escaleras y entraron en la habitación del menor, cerrando la puerta detrás de ellos. Se dejaron caer a la cama, frente contra frente, abrazados de la cintura.

-Creí que te había perdido por siempre -susurró el rubio- creí que no volvería a verte... Y todo fue mi maldita culpa

-No, Hyuk... no lo fue, sólo... sólo así sucedieron las cosas y... lo importante es que por fin estamos aquí -unieron sus labios en un débil beso, pero que fue lo suficiente para darles el valor de dejar de llorar.

-Te amo -volvió a besarlo.

-Te amo -recibió otro beso y sintió como se sonrojaba.

-No volveré a perderte -acarició lentamente la cintura del castaño, con la punta de sus dedos.

Ambos cerraron los ojos, en paz al sentir la cercanía del otro y su calor corporal. Esa noche sus cuerpos descansaron por todas aquellas noches que les era imposible dormir por el recuerdo del uno hacia el otro. Al despertar Lee Hyukjae aún no terminaba de creer aquello... Lee Donghae dormía tranquilamente frente a él, respiraba, estaba vivo... Estaba ahí.



-Lamento interrumpir su momento romántico, pero tienes visita, Hae -habló su madre en cuanto entró al living y encontró a la pareja besándose en el sofá.

-¿Quién? -preguntó Donghae haciendo un puchero, Hyukjae sonrió y dejó un casto beso en sus labios, antes de apartarse por completo del castaño y dejarlo atender a quien sea que fuese el que había interrumpido.

El castaño se acercó a la puerta y la abrió para dar con un chico de cabellos largos y negros, sus ojos se llenaron de lágrimas y se abrazo al cuerpo aún fuera de la casa.

-Idiota... -dijo el chico abrazando con todas sus fuerzas a Donghae.

-¿Quién es? -preguntó Hyukjae poniéndose de pie, se asomó por detrás de Donghae y se encontró con el pelilargo.

-¿Por qué no habías venido? -preguntó golpeando levemente el pecho ajeno.

-Lo siento tanto, tenía tantas ganas de verte... es sólo que... he tenido tantos problemas... yo... Dios, estás vivo -hablaba dejando escapar algunos sollozos.

-No importa, hyung... por lo menos ya estás aquí -se separaron después de largos minutos y el castaño invitó al pelilargo a entrar.

-Heechul, cariño, ¿cómo has estado? -saludó la madre de Donghae al recién llegado, este sonrió y la abrazó.

-Señora Lee... estoy tan aliviado -se separó de ella y vio a Hyukjae, acercándose a él y abrazándolo también- está de vuelta, Hyuk -se encontraba demasiado emocionado, apenas se había enterado de la aparición del castaño hace un mes. Pero Donghae ya llevaba tres meses en su hogar.

-Sí... -susurró Hyukjae feliz.

Pasaron la tarde juntos, Heechul le comentó a Donghae acerca de sus problemas con su familia y como había acabado todo con Siwon. Se encontraba más calmado, ver a su mejor amigo de vuelta, sonriendo, era algo que lo hacía sentirse renovado.

-¿Cuándo volverás al colegio? -preguntó Heechul, antes de despedirse.

-Ya finalizó el año, debo retomar el curso el año que viene, supongo -suspiró recordando las clases y se abrazó a Hyukjae.

-Claro... entonces serás un curso menor que yo... -se rió- magnífico 

-Ya cállate -rodó los ojos el menor.

-Bien, me voy, cuídate -lo abrazó una última vez- cuídalo -le habló al rubio y se despidió con una mano de todos antes de irse.

-Esto es lindo -comentó Donghae acomodándose más en los brazos de Hyukjae.

-¿Qué cosa? ¿Estar conmigo? -preguntó en tono de broma.

-Sí, si. Pero aparte -rió- digo... ya me he reencontrado con todos quienes quiero, ¿no es eso genial? -levantó un poco su cabeza para así poder observar el rostro de Hyukjae.

-Claro que lo es -le sonrió.

Próximo encuentro {EunHae}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora