Junio

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2016

Pasaron cinco años, cinco años a lo largo de los cuales Noe no supo nada de Axel, cinco años que los cambiaron a los dos, cinco años de silencio absoluto.

Noe estaba sentada en el banquillo e la tienda de aventuras recogiendo la cuerda dinámica de 8 mm en doble cuando alguien entró por la puerta.

- Está cerrado. - exclamó obcecada en su tarea.

- ¿Cerrada? ¿ Eso quiere decir que has acabado de trabajar ?

Noe giró la cabeza aunque ya sabía quién la aguardaba tras la puerta.

- ¡Axel! - exclamó. Pero lo cierto es que en el instante en que oyó su voz se le paró el corazón.

No estaba contenta, triste o sorprendida, tan solo paralizada.

- ¿Eso es todo ? ¿ No vas a darme un abrazo ?

Axel hablaba con seguridad, pero lo cierto es que estaba haciendo un esfuerzo por mantenerse en pie. Ahí estaba Noe hecha una mujer, su Noe, tan bonita, se fijó en cada detalle, en los matices oscuros que había adquirido su pelo, en su estrecha cintura, en sus piernas largas y en su piel clara algo tostada por el sol. Pero sobre todo se fijo en todo lo que hacía que hubiese dejado de ser una niña.

Noe permanecía muda, observando cada detalle de Axel que le había brindado la pubertad, como el grosor de sus brazos, la longitud de su espalda, o sin duda el detalle más llamativo, su altura. Sin embargo mantenía aquel aire taciturno y aquella pose tranquila que mostraba el primer día que se conocieron.

Noe se levantó poco a poco, dejando cuidadosamente la cuerda sobre el están, acercándose a un ritmo tan lento como el sentido del ridículo le permitía y cuando no hubo más remedio lo rodeo con sus brazos. Pasó exactamente lo que ambos sospechaban, el olor de su camisa fue una oleada de recuerdos, la brisa de su pelo, calmó un poco la angustia de él y durante unos segundos fueron unos niños debajo de un árbol abrazándose por primera vez.

- Bueno, ¿Y cómo va todo por la gran ciudad ?

- He acabado mi primer curso en la facultad.

- Vaya, eso es genial ¿Inef?

-Ingeniería bioquímica.

- ¿Bioquímica? Pero si odiabas la química, aunque claro eso fue hace mucho tiempo....

El semblante serio de Axel se volvió aún más triste.

- A mi padre no le parecía un plan estable eso de ser director deportivo.

- Ya veo. Si eres feliz, está bien hagas lo que hagas.

- Supongo que sí.

Se quedaron mirándose el uno al otro durante unos instantes hasta que Noe, soltó la frase más inapropiada posible buscando romper aquel inquebrantable muro que los años habían forjado entre ellos, o tal vez solo pretendía quitarse un peso de encima.

- Estoy saliendo con alguien.

- Eso es estupendo Noe. - y Axel dijo esto sintiéndolo de verdad, porque por más que le doliese, ella merecía ser feliz, merecía algo mejor.

- Se llama Jorge es escalador, él le compró la tienda a Marga cuando falleció Benito.

- ¿Benito murió ?

- Sí.

-¿Por qué no me llamaste?

- Hacía años que no hablábamos.

- Yo habría venido.

- Ya lo sé pero a ti nunca te gusto Ansó y no quería que te vieses obligado a venir, son muchos quilómetros y no está lo que se dice bien comunicado.

- Habría venido.

- Lo sé.

- ¿ Sigues estudiando en casa ?

- Me compraron una moto cuando cumplí dieciséis para que pudiera ir al instituto. A mi abuela le aterraba la idea, pero parecía la única forma de acceder a la universidad así que tuvo que resignarse.

- Ya me imagino.

- ¿ Y a Jorge no le importa que estés en el instituto?

- No nos llevamos tanto como parece. Él solo tiene 23 años, intentó dedicarse a la escalada profesionalmente pero tuvo un accidente escalando el Anapurna y decidió retirarse. Nunca me ha hablado del tema, pero él no sabe hacer otra cosa así que con los pocos ahorros que tenía y algo de ayuda de sus padres abrió la tienda.

- ¿ 23 ?

- Sí.

La puerta de la tienda volvió a abrirse en ese momento.

- Noelia. -dijo una voz alegre. - ¿Vas a quedarte a dormir en mi casa ?

- Jorge.- dijo ella avergonzada.

- Perdona, no sabía que teníamos clientes.

- No es un cliente, este es... Axel.

-¿Axel ? Te imaginaba más bajito, con el pelo casco y gorras de rapero. Noe deberíais actualizar la foto de tu cuarto.

Noe agacho la cabeza, ¿ por qué diantres no había tirado esa foto a la basura? Lo había intentado en más de una ocasión, incluso se había llegado a conformar con retirarlo del corcho de su habitación, pero no podía, esa foto la había tomado su abuela la primera vez que quedaron oficialmente. Noe estaba tan ilusionada que había ido con su abuelo a la ciudad para revelarla y colgarla en su habitación y ahí seguía. Axel también sabía de que foto hablaba, porque era su foto.

Entre tú y yo: el fútbolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora