El fútbol

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2011

Era finales de Agosto y Axel llevaba meses sin jugar a fútbol. Axel solo tenía catorce años, pero tenía sueños grandes, sueños como el de llegar a ser un gran futbolista. Noe solo tenía doce años, pero tenía sueños pequeños, sueños como el de formar una familia. Jacobo ya tenía sesenta y cinco años, pero aún tenía sueños, sueños como el de ver a su nieta feliz. Jaime tenía más de cuarenta años, pero aún tenía sueños, sueños como el de dirigir su propio bufete.

Era finales de Agosto y Noe tenía sueños más grandes, Jacobo veía peligrar la felicidad de su nieta y Jaime planeaba abrir un despacho de abogados.

Noe irrumpió en la casa tan alegre como de costumbre un martes a las cinco de la tarde. Axel no se sorprendió al verla tan efusiva, había aprendido que eso era lo normal en ella. Pero Noe agitaba un papel en la mano sin parar, como esperando que él preguntase, así que Axel no tuvo más remedio que hacerlo:

- ¿ Qué llevas ahí ?

- Les falta uno.

- ¿Qué ?

- Vas a volver a jugar.

-Mira Noe o te explicas bien o te vas, pero no marees.

- El equipo del pueblo, de Jaca, hace las pruebas este domingo.

- El equipo del pueblo ¿ Eh? - Axel sonrió burlón.- Yo jugaba en el equipo A de mi categoría, en el Real Madrid, y me dices que haga las pruebas para un equipo de niñatos que ni siquiera sabe qué es un autonómico.

- Pensaba que te gustaba jugar al fútbol. - dijo decepcionada

Axel se volvió a quedar sin palabras, maldita Noe, siempre tan lista, ¿cómo podía ser una niña tan pequeña, tan inteligente? Noe tenía razón, el amaba ese deporte mucho más de lo que amaba ser popular, o tener dinero.

- ¿ A qué hora ?

-¿ Significa que vas a intentarlo?

- Yo no intento las cosas, yo las consigo y si no me dices la hora, dudo que pueda ir.

- A las doce. ¿ Puedo acompañarte?

- ¿ Quieres venir?

- Por supuesto.- dijo Noe con una enorme sonrisa. - No me perdería por nada del mundo ver tu cara cuando eres feliz, es decir, está claro que aquí no lo eres y tengo curiosidad.

Noe dio media vuelta y se dirgió hacia la puerta, satisfecha de haber conseguido su propósito, cuando Axel la llamó:

- Noe. - hizo una pausa y ella se giró. - Aquí también soy feliz a veces.

Noe se plantó en el porche de la casa de Axel a las diez en punto. Jaime estaba duchándose y Axel le abrió la puerta en calzoncillos, era la segunda vez que Noe lo veía sin ropa y se haía dado cuenta de que le gustaba verlo así. Axel apoyó un brazo en el marco de la puerta, se rascó la cabeza con la otra mano y resopló.

- ¿ Qué haces aquí ?

- Las pruebas.

- ¿ No me dijiste que eran a las doce ?

-Hay que llegar puntuales, no quiero que te eliminen por llegar tarde.

- Soy Axel Vázquez, me cogerían aunque llegase en pijama a las cinco de la tarde, soy el mejor centrocampista de mi categoría.

Ella se quedó escrutándolo, como si no comprendiera a que se refería él, para ella eran cosas totalmente inconexas, la puntualidad y tu habilidad en un deporte.

Entre tú y yo: el fútbolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora