La oscuridad

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2011

Las cosas entre Axel y Noe nunca volvieron a ser lo mismo después de la noche de Halloween. Noe estaba tan decepcionada con Axel que era incapaz de tratarlo igual, pese a que sabía que había pegado a Armando por hacer aquello y pese a que sabía que él aún se preocupaba por ella. Se había creado un espacio insalvable y no era por el hecho de no ser correspondida, pues hacía tiempo que en el fondo se sentía así, si no por la humillación a la que la había sometido. Axel nunca le pidió disculpas por aquello, pero tampoco se enfadó porque Noe le arruinase la fiesta, sencillamente cuando ella se alejó él no fue a buscarla. Ella ya no pasaba por su casa cuando volvía de la montaña, tampoco lo esperaba a la salida de los entrenamientos ni gritaba de alegría en los partidos. Era una sombra educada y cordial que se sentaba en la parte trasera de su coche todas las mañanas para ir a las clases de arte y que se despedía de él sin ningún tipo de afecto.

La distancia emocional es una de esas cosas de las que te das cuenta de repente y sin previo aviso y para cuando ocurre, esta es tan grande que parece difícil salvarla. Aquel 3 de diciembre sin embargo, aquel vacío que habían interpuesto entre uno y otro corazón se disolvió de forma instantánea. Como tantas otras veces fue fruto del azar.

El padre de Axel, había establecido un turno rotatorio de tareas, cansado de ocuparse él solo de la casa. Según dicho horario,  ese lunes 3 de diciembre a Axel le tocaba ir a comprar el pan. Como el día que se hicieron su primera foto,  Axel descendía las cuestas del pueblo en su monopatín y al pasar por la casa de Noe se dio cuenta de que algo había cambiado. Ya no habían geranios en las ventanas, las persianas estaban bajadas y la puerta atrancada. Preocupado por la posibilidad de que Noe se hubiese ido, llamó insistentemente a la puerta hasta que la abuela de Noe le abrió.

- Axel. -suspiró ella.

- ¿ Está Noe ? - le respondió él

- Verás hoy no es un buen día.

- ¿Ella... está bien? - palideció él.

- Pasa. -dijo al fin la anciana.

El recibidor de la casa estaba totalmente a oscuras y a penas podían vislumbrarse entre las tinieblas los objetos que lo ocupaban. En el salón había una pequeña lámpara de mesa que alumbraba débilmente la estancia y que le permitió a Axel darse cuenta del atuendo negro que lucía la mujer.

- Estamos de luto. - dijo la abuela al ver la confusión en el rostro de Axel.

- ¿Quién...? ¿ Quién ha...? ¿Quién ha muerto?- dijo al fin.

- Los padres de Noe, hace años que lo hicieron, pero cada 3 de abril los recordamos, rezamos por ellos y les dedicamos un día de luto. Jacobo y Noe se han acercado al cementerio, supongo que no tardaran en volver.

- Vaya no lo sabía, lo siento mucho, de haberlo sabido no habría llamado.

- Axel.- dijo Marta. - No te marches, este es un día muy duro para ella, tal vez le venga bien un amigo.

Axel no tuvo tiempo para responder porque en ese momento alguien entró por la puerta. De la forma más sigilosa que cabe imaginar Jacobo y su nieta se instalaron en los sofás y le hicieron a Axel un gesto a modo de saludo con la mano. Y entonces Noe abrió la boca:

- Cuéntale la historia abuela, que Axel no la ha oído.

- ¿ Qué historia ? - preguntó Axel.

- La de mis padres. - respondió Noe.

- Noe... - murmuró Marta.- Está bien.- se rindió al fin al ver los ojos suplicantes de su nieta.

Se la había contado tantas veces y ni una de ellas le había dolido menos que la vez anterior, porque el final no cambiaba nunca, y su hija ya no estaba allí.

- " Marian y Luis se conocieron en la facultad, ambos estudiaban derecho, Marian había recibido una beca para estudiar en un internado en Zaragoza y al acabar le habían facilitado un piso en la ciudad y un trabajo con el que mantenerse. Marian era una mujer ávida y despierta que pese a sus dificultades económicas había llegado más lejos que nadie en la comarca. Luis era un chico de clase media acomodada, tímido y reservado que observaba a Marian desde la última fila. Luis le pedía muy poco a la vida, quería una chica hermosa como Marian al llegar a casa y un plato de comida caliente en la mesa. Marian por el contrario quería cambiar el mundo, pensaba luchar por la mejora de las condiciones en su pueblo y los alrededores, promover la escolarización, la repoblación de las zonas más abandonadas del valle, la limpieza de los parques naturales y eso era solo el principio. Por cosas del azar un día Marian se encontró con Luis en el hall de un hotel. Ella iba a un meeting de greenpeace y el iba al servicio, pero cuando ella le preguntó si también estaba afiliado, él vio la oportunidad y no tuvo más remedio que mentir. El resto es historia, acabaron sus estudios, se casaron y tuvieron una niña preciosa. Vivían en Barcelona, pero pasaban las vacaciones con la familia de ella y viajaban constantemente al valle. Marian emprendió muchas de las reformas que quería en el valle y en otras zonas de España y eso no pasó desapercibido, pronto algunos activistas le propusieron hacer que su acción fuese más global y así terminó trabajando para Proyecto Inocencia, en uno de sus viajes a Emiratos Arabes Unidos ocurrió lo peor, un grupo de hombres la maltrató y la violó al salir del juicio en una de las esquinas del edificio del  juzgado, prácticamente a plena luz del día. Marian conocía la legislación chita y sabía que no debía denunciar, puesto que se consideraba que en este caso la mujer era culpable de mantener relaciones sexuales fuera del matrimonio era la cárcel o en el peor de los casos la muerte por lapidación. Ese día escribió una carta para su marido, otra para su hija y una tercera para la prensa. Esta decía.

" Cuando hice esta denuncia, sabía lo que pasaría, pero era necesario que alguien como ustedes, alguien que podría ser su mujer o su hija, pase por esto para que dejen de mirar hacia otro lado y yo soy consciente de ello. Es por esto que me arriesgué y lo volvería a hacer sin dudarlo a morir por la justicia, esto no es una cuestión de principios, esto es acerca del legado que le estoy dejando a mi hija, quiero que ella pueda llegar a ver un mundo en que nadie se arrepienta de haber nacido mujer. Hay que estar orgullosas de lo que tenemos, de lo que somos y de lo que podemos llegar a ser y espero que ella nunca lo olvide. Lo que ocurre en estos países es un acto de terrorismo contra la mujer y no sólo contra las que allí residen si no contra cualquiera del mundo y mientras permitamos estos actos siempre habrá alguien para recordarnos que no merecemos su respeto por ser diferentes.Así que les ruego para que se movilicen, para que busquen la amnistía, pero no solo para mí, si no para todas las mujeres que residen en este pabellón, si no lo hacen por todas no quiero ser salvada, como dijo Miguel Hernández :¿Quién encierra una sonrisa ? ¿ Quién amuralla una voz? No hay cárcel para el hombre, no podrán atarme no.

El gobierno del país se lo tomó como una amenaza y un acto terrorista contra su país y su cultura y a los dos mese la lapidaron. Luis fue más valiente que nunca y la acompañó en todo momento, pero finalmente cuando ella le dejó no pudo soportarlo y se quitó la vida. Marian quería revindicar al mundo la situación de injusticia que viven las mujeres en el mundo y lo quería hacer por Noe, para que ella creciera en un mundo distinto. Sin embargo yo conocía a mi hija, y si ella hubiese sabido que habría dejado una huérfana en el camino habría buscado otro método. "

Ese día Axel comprendió mucho de Noe y se pasó toda la tarde abrazándola, consciente de que había un motivo por el que nunca abandonaría ese lugar, ella era consciente de que sus abuelos no lo soportarían.

Entre tú y yo: el fútbolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora