Arriesgar sin pedir cuentas (Álvaro Auryn)

Capítulo 55

Ha pasado ya un mes desde que me mudé a mi nuevo piso. Entre Álvaro, María, Gabi y yo terminamos de decorarlo todo a mi gusto y la verdad es que ha quedado bastante bien. En este tiempo yo he seguido con mis prácticas y la verdad es que estoy súper contenta ya que me han dicho que dentro de poco me dejaran estar durante un partido a pie de campo. En cuanto a Álvaro ahora mismo se encuentra de vacaciones. Después de terminar la gira a principios de febrero decidieron darse un pequeño descanso antes de empezar a preparar su nuevo disco. Durante este tiempo se fue con los compañeros a Londres, ya que se lo habían regalado por el cumpleaños y aún no habían podido disfrutarlo. Además, aprovechamos para estar mucho más tiempo juntos. Prácticamente se ha pasado los días en mi piso y me ha ido presentando a mas amigos. Pero con los que más estábamos fue con "su grupo", con el cual hoy tenemos barbacoa. Un día de esta semana Carlos propuso hacerla hoy en su casa ya que daban muy buen tiempo y además así planificábamos lo de las fallas.

He quedado con Álvaro en que me pasaba a buscar a las siete y media para ir juntos a casa de Carlos así que empiezo a arreglarme para cuando llegué él marcharnos y no llegar tarde como siempre. Como hace tanto frio me pongo unos pantalones vaqueros, una camiseta negra y una chaqueta gorda y listo. Total, vamos a estar en casa y tampoco hace falta ir de punta en blanco. Me maquillo un poco para arreglar la cara y me siento a ver un poco la televisión hasta que llega mi chico el cual esta vez ni sube a casa. Al final vamos con el tiempo justo. Eso sí, hoy por su culpa. Me monto en el coche y tras saludarnos con un corto beso ponemos rumbo a la casa de Carlos.

Cuando llegamos ya están allí todos, sentados en unas sillas en la terraza del piso. Saludamos y nos sentamos allí con ellos.

Al poco rato de estar allí deciden comenzar a hacer la barbacoa y se ponen a ello Álvaro, Carlos y el otro Carlos. Sinceramente, no sé cuál de los tres tiene más peligro. Los demás nos quedamos charlando en la mesa hasta que comienzan a llegar los primeros platos.

-No vale empezar ¿eh? – nos advierte Carlos – aquí se espera

Nos echamos a reír pero esperamos como se nos ha mandado. La verdad es que creo que si a alguien se le ocurre meter la mano acaba sin ella. Pasados unos minutos terminan con todo y, por fin, podemos empezar a comer. Seguro que ya se ha quedado todo frio...

-Bueno, entonces decís que venís el jueves por la noche ¿no? – nos pregunta Carlos haciendo referencia a lo hablado anteriormente sobre las fallas

-Que si pesado – le contesta esta vez Noe

-Vale, ah, y recordad, no traigáis muchos coches que no tengo sitio en el garaje para todos

-¡Yo no llevo que no sé dónde está! – digo levantando las manos y echándome a reír

-¡A ti que te lleve tu churri que para eso le tienes! – dice esta vez Carlos haciendo reír a todos los allí presentes

Nos terminamos de organizar en todos los coches y al final quedamos en que con nosotros vienen Noe y Carlos. Vamos a tener un viaje movidito me da a mí. Terminamos de cenar y como todavía estamos en invierno el frio nos obliga a meternos dentro de casa a seguir con la velada. El dueño de la casa se anima a sacar el Monopoli y mientras unos preparamos el juego otros van preparando la bebida. Si antes tocó comer, ahora toca beber algo para amenizar el ambiente. A mi hoy no me apetece mucho, así que decido dejar beber a Álvaro y de vuelta a casa conduzco yo. Tan solo les pido a estos una cerveza, que creo que hoy me basta y me sobra. No sé por qué motivo pero de repente me he empezado a encontrar mal. Supongo que la cena era un poco fuerte y me habrá sentado mal al estómago.