Clinging to something|| Liam Dunbar

04;«everything you want»

Mire al fondo de la sala donde Gerard mantenía su frívola mirada en mí.

—Aunque odie decirlo, te necesitaremos Kelly

Ignoré sus palabras y me adelanté hacia la salida pero Chris apareció con su semblante serio.

—Te necesitamos junto a Parrish, es el deber de una Argent.

Me quede congelada en mi sitio pensando si responder o no, pero mi acción fue abandonar el apartamento

Había dejado de ser una Argent hace demasiado tiempo.

Saque mi celular mientras bajaba por el ascensor, la sensación me revolvió el estomago y en la pantalla apareció un numero.

Desconocido.

Silencie y guardé el celular, las puertas frente a mi se abrieron.

—Necesito tu ayuda.

Retrocedí asustada y pegue un pequeño grito al encontrarlo frente a mi.

—¿Mason?

Creía recordar que ese era su nombre, aunque me llamo la atención lo agitado que estaba.

—Necesito ayuda—Repitió y yo lo incentive a avanzar.—Liam necesita un pequeño empujón y creo que solo no podré.

—¿Y que esperas?—Regañe a la vez que el sonreía tranquilo—Mueve el culo.

...

—Prácticamente estamos rodeando una institución mental para salvar a la amiga de Scott y Liam, siendo que no la conozco.—Recalque a la vez que miraba hacia afuera buscando de acuerdo a su descripción.

—Exacto, pero recuerda, Liam apreciará esto.

Lo mire con la ceja alzada mientras el golpeaba frenéticamente el volante.

—¿Estas chantajeándome?—Pregunté.

—Tal vez.

Mire por tercera vez la gran pared y golpe su pierna logrando asustarlo.

—Soy gay

Lo mire asombrada un momento y luego negué con mal humor.

—Detén el auto.

Cerré la puerta a mis espaldas y mire de arriba a abajo la gran pared.

—¿Que tenemos que hacer?—Interrogué hacia Mason que mantenía una expresión seria de apoco desbloqueo su celular y marcó, mantenía mi mirada fija en sus movimientos y palabras.

—Liam, llámame, no tengo idea de que hacer, estoy entrando en pánico junto a Kelly mirandome así —dijo luego de unos minutos, mire sus bruscas acciones y me quejé hacia el—Hemos conducido alrededor del edificio unas cuatro veces y aun así no encontramos nada, en realidad sí, pero hay una maldita pared ya no existe caseta. He oído que la alarma se apagaban y ahora no se que hacer, solo llámame.

—Pienso matarte—dije, el trago saliva nervioso y le arranque la fotografía de las manos, la examine un momento y luego mire la gran pared.