Al día siguiente en la hora del descanso Karla y Ana eran aun mas unidas, compartían todo el rato del descanso. Mientras que por mi lado yo compartía todo el rato del descanso con Silvia, realmente ella es una persona que vale la pena conocer, es demasiado malpensada, terca e inexplicable, pero es genial.
Narra Karla:
-Así que te llamas Ana, dime ¿qué te gusta hacer?
-Pues me gusta escuchar música, comer, dormir.
-Ah ya.
-Y también me gusta un poco naruto.
¿Cómo? ¿le gusta naruto? -Wow a mi igual, me fascina.
Timbraron y el descanso acabo. El resto del día Karla se la paso hablando de Ana, nosotros solo la acuchábamos, no hay que negar que a veces aburría ese tema pero aun así nos daba hasta risa escucharla.
Ya en casa, como es de costumbre me conecte. Vi que Sebastián estaba conectado, el no era que le gustara mucho hablar por chat, pero aun así lo intente.
-Hola, ¿cómo estás?
-Hola, mal.
-¿mal? ¿Por qué?
-cosas.
-Amm ya, entonces sufre en silencio.
Creí que ahí iba a terminar la conversación pero el siguió.
-El único problema es que el mundo crece y mis días en la tierra se hacen más cortos, todo por un error que cometí. ¿Qué harías si ya supiera tu futuro?
Quede muda, él era el tipo de niño que le gustaba hacer bromas pero esto parecía serio. -Realmente no se que haría.
-Ves, ese es mi problema.
-¿Tienes alguna clase de pacto?
-Sí, el me dijo que era perfecto para esto.
-¿Qué tienes que hacer?
-1000 almas por dejarme libre.
Quede en shock, realmente este niño es raro. Por algún motivo le creí. Y desde ahí mi punto de vista sobre la vida cambio.