Capítulo 2

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-Claro que iré.- respondió Alissa.

¿Acaso sería esa Jade Anderson? ¿Mi amiga? ¿Acaso dejaría de preguntarme tantas estupideces? ¿Y dejaría de decir "acaso"?
Bueno, dejando las idioteces de lado, me apresuré a preguntar.

-¿Quién es Jade Anderson?-

Idiota, ¿no se te ocurrió otra pregunta mejor?

Jake me ignoró por completo, como si él fuera un ser superior que no puede responderles a los humanos como yo.

-Tu amiga...- dijo Alissa con un tono muy diferente al anterior. Ahora estaba siendo la Alissa que todos conocen.- Cierra la boca, y es normal que haga fiestas. No por ser tu amiga tiene que ser tan aburrida como tú.-

Cerré mi boca. Ni sé cuándo la había abierto. Jade iba a organizar una fiesta este viernes. Un momento... ESTE VIERNES IBA A SER MI CUMPLEAÑOS. Ella me había prometido pasarlo viendo series conmigo. Y ahora, me vengo a enterar que haría una fiesta.

Eso lo averiguaría luego. Ahora debía concentrarme en la clase.

-No sé por qué la fiesta.- dijo Jake de repente.- A mí no me interesa, iré de todos modos. Pero tú pregúntale luego.-

-Oh, obviamente que lo haré.- dije como si estuviera enfadada.

En realidad estaba enfadada. Aunque no sabía bien por qué. Seguro era porque en vez de hacerme compañía en mi cumpleaños, Jade haría una estúpida fiesta.

La clase pasó rápido, al igual que todo el día en la escuela. No había visto a Jade, ni siquiera en el almuerzo.

***

Apenas llegué a mi casa, mi mamá estaba tan ocupada como era de esperarse. Era empresaria y tenía mucho trabajo. La saludé y me respondió con un amargo "hola".
Subí corriendo las escaleras hasta llegar a mi habitación. En vez de agarrar mis carpetas y libros, y hacer los deberes como siempre, agarré mi Iphone y le marqué a Jade.
Al tercer tono respondió.

-¡Hola, Sheila!-

-¿Dónde estuviste en todo el día?- Pregunté directamente y de mala gana.

-Sobre eso quería hablarte.- respondió seria.

-Pues, yo también quiero que hablemos de una cosita.-

-Bueno... Me fui de la escuela luego de la primer clase, es que ...-

-¡Oh, Dios mío! ¡¿Por qué?!-

-Cállate y escúchame.- dijo de pronto.- Es que fui a comprar algunas cosas para... b-bueno... una.... fiesta.-

-¿La que harás el viernes?- dije indiferente.

-Sí... ¿Cómo lo sabes?-

-Pues... escuché a Jake y Alissa hablar sobre ella.-

-Oh...- dijo algo ¿decepcionada?- Okay, arruinaron la sorpresa.-

-¿Sorpresa? ¿Cuál sorpresa? Explícate.-

Empezó a contarme sobre la fiesta. Era para mí. Con razón Jake y Alissa no sabían de qué se trataba. Quería que fuera una sorpresa, ya que en mis diecisiete años nunca había ido a una, pero esos dos la habían, practicamente, arruinado sin intención.

Irían TODOS los de la escuela. Sí, todos. Siendo tan anti-social, sentía una especie de nervios con el tema de la fiesta.

Bueno, me había enfadado con Jade sin razón. Luego, seguimos hablando sobre otros temas sin importancia, hice mi tarea, y otras de las cosas de siempre.

Al llegar la noche, bajé porque me moría de hambre. Literalmente. Si no comía pronto, moriría. Obviamente, mi mamá no cocinó, así que pedí una pizza.

-¡Ma, pedí una pizza!-

-Genial, Shei. Ya me moría de hambre.-

-Igual yo.- Sonreí de lado.- Mamá... este viernes...

-Te quedarás viendo series mientras yo trabajo, lo sé.- dijo interrumpiéndome.

-No, em... iré a una fiesta. No puedo faltar.-

-¿Por qué no puedes faltar?-

-Porque... la hará Jade.- Dije, mintiendo pero no del todo. Solo que no quería darle detalles a mi mamá, de todos modos, no teníamos una relación de mucha confianza.

-Está bien. Solo usa protección.-

-¡Mamá!- exclamé con asco. Al parecer, ella ni siquiera me conocía del todo como para saber que era virgen, y lo seguiría siendo.

Cuando llegó el repartidor de pizzas, en menos de medio minuto, abrí la puerta, le arrebaté la pizza de las manos y le pagué.

Sí, me moría de hambre.

Habiendo abierto la caja en el camino a la mesa y robando una porción que ya casi terminaba, me senté enfrente de mi mamá, y le ofrecí que comiera.

-Mmm... sabe deliciosa.- dijo- Y bien, hija... Sabes que yo te permito hacer lo que quieras con tu vida, pero no es para ocultarme una cosa tan estúpida.-

-¿De qué hablas?- le pregunté confundida.

-¿Pensaste que tu amiga pagaría todos los gastos de tu fiesta?-

Mi vida soñadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora